miércoles, 29 de enero de 2014

Garrett - Relatos cortos, Serie nuevo Edén.



Garrett

Garrett sonrió al escuchar a Bárbara gemir ante las caricias suaves y lentas de sus manos, se movió por su vientre hasta su cadera, regreso a este y llegó a sus pechos suaves y llenos. Se acostó sobre ella y abrió sus piernas con sus rodillas.
Mientras mecía sus caderas contra ella, la escuchó suspirar y sintió sus dedos en su cabello.
Le gustaba tocarla suavemente, acariciar su cuerpo cálido y pequeño. Adoraba verla suspirar bajo su cuerpo, oír sus gemidos y sentir sus dedos en su piel. Pero por sobre todo eso, amaba tenerla así de cerca, besar sus labios o cualquier parte de ella. Era tan pequeña y frágil, que solo cuando estaba acompañada se sentía tranquilo.
Mientras besaba su cuello ella lo tomó por sorpresa y lo empujo a un lado, se acostó de espaldas y sonriendo la vio sentarse sobre él a horcajadas.
—Así que esta noche quieres estas arriba—le dijo con voz ronca, ayudándola a montarlo, como no lo llevó dentro de su cuerpo alzo una ceja.
Ella sonrió y se apoyó en él.
—¿Qué pasa?— preguntó tocando su rostro con cariño.

—Juguemos a algo—le dijo sin dejar de sonreír. Le devolvió el gesto entre sorprendido y divertido por su ocurrencia.
—Pensé que solo Isaac era el de los juegos.
Ella tocó su cuello y se movió por sus brazos, sintió la punta de sus dedos recorrer su pecho antes de que hablar.
—Vamos a hacer algo más rudo, juguemos a Simón dice…
—¿Simón dice?—dijo Garrett confundido.
—Sí—dijo ella y se movió más cerca—es un juego donde debes hacer todo lo que el otro diga mientras el otro diga Simón dice… ¿aceptas?
Ella sonrió suavemente. Entrecerró los ojos un segundo sin comprender exactamente lo que Bárbara deseaba antes de contestar.
—Este Simón dice…— pensó un segundo—¿cualquier cosa?—preguntó.
Bárbara asintió.
—Mm—dijo, no muy seguro.
—Está bien, solo por esta vez te dejare ser el primero.
Alzo una ceja un segundo y luego negó divertido.
—Así que en vez de hacer el amor, vamos a jugar a Simón dice—ella rio suavemente.
—¿Quien dice que no vamos a hacer el amor?—Garrett alzó una ceja un segundo, Bárbara se acercó a él y lo beso, luego mordió su labio inferior y lo tiro con sus dientes suavemente, gimió al sentir su caricia y la sintió sonreír contra sus labios.
—Ya veo—murmuro él.
Ella asintió, se puso de pie desnuda al lado de la cama y esperó.
—Vamos, tu primero, Simón dice…
Garrett observó su cuerpo desnudo largos segundos, no sabía que decir, solo podía pensar en una cosa con ella así, delante de él tranquilamente. Pero si ella deseaba jugar a este Simón dice… la dejaría, incluso si eso significaba no tenerla en ese momento.
Luego de unos segundos suspiró hasta que la miró a los ojos y sonrió con picardía.
—Simón dice…bésame lentamente.
Bárbara sonrió y se acercó, hizo lo que le pidió. Lo beso lentamente, muy lentamente, rozándolo, tentándolo, cuando pasaron segundos así se alejó sonriendo. Gimió. Algo le dijo que debió haber pedido otra cosa.
—Mi turno—le dijo, Garrett alzo una ceja—Simón dice…—ella se acercó a su boca y lo beso—intenta darme placer con tu boca.
Garrett gimió y la giro. Con cuidado separo sus piernas o quiso hacerlo, pero al ver que Bárbara se negaba la miró. Alzó una ceja al verla sonreír. Intentó de nuevo separar sus piernas pero al notar que ella no cedía la miró a la cara con la frente fruncida. Bárbara sonreía suavemente.
—¿Qué…
—Debes intentarlo mejor—ella se mordió el labio un segundo.
Vamos a hacerlo un poco más rudo, recordó y entendió en ese segundo lo que le pedía.
—Bárbara—comenzó a negar.
—Aceptaste jugar—se quejó ella, al sentir sus dedos en su cabello la miro—Simón dice…fóllame.
Tomó aire con fuerza al oírla.
Follarla. Si era tan pequeña y frágil. Y él demasiado grande para su delicado cuerpo.
Se observaron a los ojos unos segundos.
—No me voy a romper—dijo ella con suavidad.
—Aun así soy demasiado grande, no deseo hacerte daño—ella negó enseguida.
—No lo harás, y si llega ser así te lo diré.
Trago tensó ante su idea.
Más rudo, meditó. No podía, no es que no quisiera, solo que ella…en verdad se veía tan frágil a su lado. Él estaba cerca del metro noventa, y ella apenas alcanzaba el metro sesenta y cinco. Y si la dañaba, si la hería, no se lo perdonaría nunca.
—Garrett—lo llamó ella, suavemente, al observar su rostro notó que lo estaba mirando fijamente—piensa en esto—esperó—vivo con cinco hombres, cinco—arrugó su frente— y cada uno de ellos tiene un alto apetito sexual. Llevo casi dos años viviendo aquí, y no hay día que no tenga sexo con alguno de ellos.
Él soltó un bufido divertido.
—Te aseguro que se eso, he sido consiente de cada uno de esos encuentros, este o no esté presente—ella sonrió.
—Ves—sonrió—y sigo aquí, y creo, que con más energía que el día que desperté en el hospital.
Él suspiro.
—He soportado, acostumbrado y disfrutado a Isaac y sus juegos, a Alec y sus bromas, a Martin y su energía, incluso a Altaír y su manía, ¿por qué crees que me harás daño?
Él suspiro y luego arrugo su frente.
—¿Qué manía tiene Altaír?—ahora ella alzo una ceja.
—En serio no lo has notado—él se encogió de hombros—vamos, cada vez que tiene un turno largo en el hospital y llega a casa me busca, lo más probable es que se asegure de que aún sigo aquí, pero luego, bam—ella aplaudió con sus manos sorprendiéndolo—tenemos relaciones. Esa es su manía.
Siguió sonriendo.
—¿Y cuál es la mía?—preguntó intrigado, aunque algo le decía que conocía su respuesta.
Bárbara acaricio su mandíbula con sus dedos, muy suavemente, siguió el contorno de sus labios apenas tocándolo, bajo por su cuello y se movió por su pecho. Esa caricia le provoco un estremecimiento, apenas lo tocaba, pero la sentía claramente. Era algo desesperante y excitante, quería más, no solo la punta de sus dedos.
Como ella siguió por algunos segundos, solo acariciando su piel cayó en cuenta.
—Debiste decírmelo—suspiro y apoyo su frente en la curva de su cuello.
—Pero es que me gusta—murmuro ella, la miró—pero sé que te concentras en ser suave y lo que quiero es que te dejes llevar—solo la observo—por favor, por esta vez—susurro ella y se acercó a sus labios—juega conmigo esta vez Garrett—lo beso—prometo detenerte si no me gusta, por favor.
Él se quejó al oírla. Le pedía por favor que solo la follara, por esta vez. Volvió a quejarse y oculto su rostro en su cuello. Pero la verdad, es que lo quería, y ella debía saberlo muy bien. No es que no disfrutara de sus caricias, de sus besos, de enterrarse en ella, solo que…nunca se había dejado llevar completamente.
Pensó en sus palabras, en que tenía razón, en que si era capaz de soportar y disfrutar de a cada uno de ellos, claramente no la dañaría. Suspiro. Se iba a dejar llevar, por esta vez, para saber, para aprender, para no pensar. Solo por esta vez.
Levantó la cabeza y observo sus ojos.
—Está bien—dijo.
Ella sonrió un segundo antes de morder su labio inferior. Luego la sintió moverse bajo él y observó sus piernas cruzadas, claramente dándole un mensaje. La miró y alzó una ceja.
—Tienes que poner más empeño—le dijo con suavidad—recuerda que no has cumplido con Simón dice.
Asintió.
—Cierto—murmuró—se supone que debo poner mi lengua allí—apunto con su mano su entrepierna, ella rio enseguida.
—En primer lugar—oyó murmurar.
—Bien—la miro—entonces luego será mi turno—Bárbara asintió—voy a usar mi turno ahora—ella arrugo su frente—Simón dice…que no puedes correrte hasta que yo lo diga.
—No puedes…—se alejó de ella y se movió a su lado.
—Si te corres no te dejare hacerlo de nuevo por la noche, te mantendré en el borde por horas y horas—la observó a la cara y sonrió al ver que tenía la boca abierta—¿aceptas?
Ella tragó.
—Bien—susurro Bárbara.
—Bien—la imito y toco sus muslos. Se observaron a los ojos unos segundos, intentando averiguar qué haría el otro hasta que él se movió.
Garrett agarro su rodilla con la mano y la levanto con facilidad.
—¿Qué?—jadeo ella.
Sonrió mientras separaba sus piernas y ella intentaba mantenerlas juntas. Posiciono una rodilla entre las suyas para impedir que las cerrara de nuevo y metió una mano entre sus muslos hasta alcanzar su centro. Ella jadeo y tragó.
Garrett acaricio con sus dedos su humedad mientras separaba más sus piernas, al notarlo ella jadeo e intento alejar su mano de su sexo, rio suavemente por su pobre empuje y la escuchó gruñir molesta.
Luego, de un solo movimiento se posiciono entre sus muslos y empujo con su sexo el de ella, la empujo contra la cama y tomó sus manos para mantenerlas sobre su cabeza, las dejo allí y mantuvo en ese lugar con una de las suyas. Bárbara jadeo al sentirlo y observó su rostro.
—Quizás, tú deberías intentarlo mejor—aseguró, sonrió al verla arrugar su frente y mordió su labio inferior con suavidad. Luego gruño al sentirla empujar contra él y mover sus manos con energía. Mientras lo hacia la beso enseguida con intensidad, enterró su lengua en la cavidad de su boca y chupo su lengua cuando ella lo imito.
Minutos después ella seguía luchando y empujando con su cadera, balanceándose en su contra, y ya no podía seguir aguantándolo. Con un jadeo se alejó de su boca y levanto de una vez una de sus rodillas para abrirlas bajo él.
—Esto quieres—gruñó y se preparó para penetrarla, Bárbara asintió enseguida y trago—dímelo—jadeo y volvió a besarla—dime que lo quieres—ella gimió al sentir entrar solo un poco.
—Garrett—susurró, se movió hacia su oído y negó.
—No cariño—mordió su lóbulo—dime lo que realmente quieres—empujó un poco solo para salir de su cuerpo, ella se quejó bajo él al no sentirlo, pero quería oírselo decir, que se lo pidiera, casi que lo rogara.
Ella jadeo y se quejó, intento moverse bajo él pero al no obtener resultado movió su rostro hasta acercar su boca a su oído, se estremeció al sentirla respirar.
—Follame Garrett—susurró ella—hazlo ahora, te necesito, con fuerza.
La beso enseguida y de paso, entro a su cuerpo de un empuje, uno que provoco que ella gimiera con energía contra sus labios, que se tensara un segundo y lo preocupara. Al alejarse observó la expresión de su rostro buscando algún signo de dolor. Ella tenía los ojos cerrados y los labios levemente separados, intentando respirar. Espero quieto hasta que ella abrió los ojos lentamente y se encontró con su mirada.
—Hazlo—susurró Bárbara y gimió.
Comenzó a empujar enseguida, a estrellar su cadera contra la de ella mientras la afirmaba de un hombro para que no se alejara, pero no era suficiente. No lograba llegar lo suficientemente profundo. Jadeo contra ella y salió de su cuerpo, Bárbara se quejó y la empujo de la cama hasta llevarla contra la pared, la hizo abrazar su cadera con sus piernas mientras la afirmaba del trasero. Gruño al entrar en ella y luego gimió. Eso era lo que quería, sentirla a su alrededor completamente, húmeda y apretada.
—Oh Dios—susurró ella y arqueo su espalda. Siguió pistoneando con energía hasta que comenzaron a gemir abiertamente, a jadear y gruñir.
Garrett apenas podía respirar, jamás se había sentido así, tan desesperado, tan abriendo de ella. Se quejó al sentir las uñas de Bárbara contra sus hombros y cuando ella comenzó a temblar y alcanzo su liberación llevo una mano a su nudo y lo acaricio con su pulgar. Ella gritó sorprendida, sus manos lo empujaron lejos y acercaron a la vez, enterró sus uñas en su piel mientras seguía corriéndose hasta que le rogo detenerse. Lo hizo, gruño al sentirla apretarlo dentro de su cuerpo y dejo de tocarla. Empujo más rápidamente hasta que se dejó llevar y también gritó su liberación más que sorprendido.
Cuando recuperó la compostura descubrió que estaban en el piso, acostados sobre la alfombra mirando el techo. Garrett se quejó y observó a Bárbara detenidamente. Estaba recostada a su lado, con una mano sobre sus ojos y la otra sobre su vientre, respiraba suavemente.
—Cariño—la llamó y se levantó un poco.
—Mm—murmuró ella y se movió hasta poner su cabeza sobre su pecho y abrazarlo con un de sus piernas, ella suspiró y arrugó su frente.
—¿Estas dormida?—dijo sonriendo.
—Mmm—se quejó ella y lo abrazo con fuerza un segundo. Se rio entre dientes ante su reacción.
—Deberíamos movernos a la cama, no crees—ella suspiró y levantó la cabeza para verlo, parecía que sí se había quedado dormida.
Se levantó y la llevó con el hasta la cama, ella rio contra su pecho cuando la dejó en el centro y se movió a su lado, luego de cubrirlos la abrazo y deposito un beso en su cabello. Comenzó a quedarse dormido, pero al sentirla temblar contra él arrugó su frente y la miró enseguida.
Bárbara se estaba riendo.
—¿Qué?—preguntó sorprendido.
—Jamás imagine…—ella tomó aire y se tranquilizó—jamás imagine que serias así, tan…—ella miró alrededor sin dejar de sonreír—brioso —alzo una ceja al oírla y la recostó en la cama, se subió sobre ella con cuidado.
—Mm—beso su nariz—tú lo pediste—ella se mordió el labio y lo imito, también alzo una ceja.
—Yo te pedí que hicieras otra cosa, con tu lengua.
—Y yo—la besó—te dije—volvió a besarla—que si te corrías sin que te lo dijera—mordió su labio inferior con cuidado—no iba a permitir que te volvieras a correr en toda la noche—ella suspiró y lo abrazó.
—Creo que he liberado a un monstruo—parpadeo sorprendido al oírla, al verla sonreír entrecerró los ojos y se alejó enseguida de ella hasta posicionarse cerca de su sexo. Bárbara jadeo y lo observo fijamente.
—Sí, lo has hecho—sonrió con malicia y la acaricio con dedos, Bárbara se estremeció enseguida, por esto sonrió aún más—ahora vas a tener que soportarlo.
Garrett besó su muslo y lo mordió suavemente.
—Pobre de mí—susurró ella—tener que soportar todo esto—le sonrió y acaricio su mentón, beso sus dedos—pues, voy a tener que soportarlo.
—En completo silencio—gruño.
Ella lo miro sorprendida pero la calló al acariciarla con su lengua suavemente.
—Está bien—le oyó decir, sonrió un segundo antes de continuar.

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