Garrett
Garrett
sonrió al escuchar a Bárbara gemir ante las caricias suaves y lentas de sus
manos, se movió por su vientre hasta su cadera, regreso a este y llegó a sus
pechos suaves y llenos. Se acostó sobre ella y abrió sus piernas con sus
rodillas.
Mientras
mecía sus caderas contra ella, la escuchó suspirar y sintió sus dedos en su
cabello.
Le gustaba
tocarla suavemente, acariciar su cuerpo cálido y pequeño. Adoraba verla
suspirar bajo su cuerpo, oír sus gemidos y sentir sus dedos en su piel. Pero
por sobre todo eso, amaba tenerla así de cerca, besar sus labios o cualquier
parte de ella. Era tan pequeña y frágil, que solo cuando estaba acompañada se
sentía tranquilo.
Mientras
besaba su cuello ella lo tomó por sorpresa y lo empujo a un lado, se acostó de
espaldas y sonriendo la vio sentarse sobre él a horcajadas.
—Así que
esta noche quieres estas arriba—le dijo con voz ronca, ayudándola a montarlo,
como no lo llevó dentro de su cuerpo alzo una ceja.
Ella sonrió
y se apoyó en él.
—¿Qué pasa?—
preguntó tocando su rostro con cariño.
—Juguemos a
algo—le dijo sin dejar de sonreír. Le devolvió el gesto entre sorprendido y
divertido por su ocurrencia.
—Pensé que
solo Isaac era el de los juegos.
Ella tocó
su cuello y se movió por sus brazos, sintió la punta de sus dedos recorrer su
pecho antes de que hablar.
—Vamos a
hacer algo más rudo, juguemos a Simón dice…
—¿Simón
dice?—dijo Garrett confundido.
—Sí—dijo
ella y se movió más cerca—es un juego donde debes hacer todo lo que el otro
diga mientras el otro diga Simón dice… ¿aceptas?
Ella sonrió
suavemente. Entrecerró los ojos un segundo sin comprender exactamente lo que
Bárbara deseaba antes de contestar.
—Este Simón
dice…— pensó un segundo—¿cualquier cosa?—preguntó.
Bárbara
asintió.
—Mm—dijo,
no muy seguro.
—Está bien,
solo por esta vez te dejare ser el primero.
Alzo una
ceja un segundo y luego negó divertido.
—Así que en
vez de hacer el amor, vamos a jugar a Simón dice—ella rio suavemente.
—¿Quien
dice que no vamos a hacer el amor?—Garrett alzó una ceja un segundo, Bárbara se
acercó a él y lo beso, luego mordió su labio inferior y lo tiro con sus dientes
suavemente, gimió al sentir su caricia y la sintió sonreír contra sus labios.
—Ya veo—murmuro
él.
Ella
asintió, se puso de pie desnuda al lado de la cama y esperó.
—Vamos, tu
primero, Simón dice…
Garrett
observó su cuerpo desnudo largos segundos, no sabía que decir, solo podía
pensar en una cosa con ella así, delante de él tranquilamente. Pero si ella
deseaba jugar a este Simón dice… la dejaría, incluso si eso significaba no
tenerla en ese momento.
Luego de
unos segundos suspiró hasta que la miró a los ojos y sonrió con picardía.
—Simón
dice…bésame lentamente.
Bárbara
sonrió y se acercó, hizo lo que le pidió. Lo beso lentamente, muy lentamente,
rozándolo, tentándolo, cuando pasaron segundos así se alejó sonriendo. Gimió.
Algo le dijo que debió haber pedido otra cosa.
—Mi turno—le
dijo, Garrett alzo una ceja—Simón dice…—ella se acercó a su boca y lo beso—intenta
darme placer con tu boca.
Garrett
gimió y la giro. Con cuidado separo sus piernas o quiso hacerlo, pero al ver
que Bárbara se negaba la miró. Alzó una ceja al verla sonreír. Intentó de nuevo
separar sus piernas pero al notar que ella no cedía la miró a la cara con la
frente fruncida. Bárbara sonreía suavemente.
—¿Qué…
—Debes
intentarlo mejor—ella se mordió el labio un segundo.
Vamos a
hacerlo un poco más rudo, recordó y entendió en ese segundo lo que le pedía.
—Bárbara—comenzó
a negar.
—Aceptaste
jugar—se quejó ella, al sentir sus dedos en su cabello la miro—Simón
dice…fóllame.
Tomó aire
con fuerza al oírla.
Follarla.
Si era tan pequeña y frágil. Y él demasiado grande para su delicado cuerpo.
Se
observaron a los ojos unos segundos.
—No me voy
a romper—dijo ella con suavidad.
—Aun así
soy demasiado grande, no deseo hacerte daño—ella negó enseguida.
—No lo
harás, y si llega ser así te lo diré.
Trago tensó
ante su idea.
Más rudo,
meditó. No podía, no es que no quisiera, solo que ella…en verdad se veía tan
frágil a su lado. Él estaba cerca del metro noventa, y ella apenas alcanzaba el
metro sesenta y cinco. Y si la dañaba, si la hería, no se lo perdonaría nunca.
—Garrett—lo
llamó ella, suavemente, al observar su rostro notó que lo estaba mirando
fijamente—piensa en esto—esperó—vivo con cinco hombres, cinco—arrugó su frente—
y cada uno de ellos tiene un alto apetito sexual. Llevo casi dos años viviendo
aquí, y no hay día que no tenga sexo con alguno de ellos.
Él soltó un
bufido divertido.
—Te aseguro
que se eso, he sido consiente de cada uno de esos encuentros, este o no esté
presente—ella sonrió.
—Ves—sonrió—y
sigo aquí, y creo, que con más energía que el día que desperté en el hospital.
Él suspiro.
—He
soportado, acostumbrado y disfrutado a Isaac y sus juegos, a Alec y sus bromas,
a Martin y su energía, incluso a Altaír y su manía, ¿por qué crees que me harás
daño?
Él suspiro
y luego arrugo su frente.
—¿Qué manía
tiene Altaír?—ahora ella alzo una ceja.
—En serio
no lo has notado—él se encogió de hombros—vamos, cada vez que tiene un turno
largo en el hospital y llega a casa me busca, lo más probable es que se asegure
de que aún sigo aquí, pero luego, bam—ella aplaudió con sus manos
sorprendiéndolo—tenemos relaciones. Esa es su manía.
Siguió
sonriendo.
—¿Y cuál es
la mía?—preguntó intrigado, aunque algo le decía que conocía su respuesta.
Bárbara
acaricio su mandíbula con sus dedos, muy suavemente, siguió el contorno de sus
labios apenas tocándolo, bajo por su cuello y se movió por su pecho. Esa
caricia le provoco un estremecimiento, apenas lo tocaba, pero la sentía
claramente. Era algo desesperante y excitante, quería más, no solo la punta de
sus dedos.
Como ella
siguió por algunos segundos, solo acariciando su piel cayó en cuenta.
—Debiste
decírmelo—suspiro y apoyo su frente en la curva de su cuello.
—Pero es
que me gusta—murmuro ella, la miró—pero sé que te concentras en ser suave y lo
que quiero es que te dejes llevar—solo la observo—por favor, por esta vez—susurro
ella y se acercó a sus labios—juega conmigo esta vez Garrett—lo beso—prometo
detenerte si no me gusta, por favor.
Él se quejó
al oírla. Le pedía por favor que solo la follara, por esta vez. Volvió a
quejarse y oculto su rostro en su cuello. Pero la verdad, es que lo quería, y
ella debía saberlo muy bien. No es que no disfrutara de sus caricias, de sus
besos, de enterrarse en ella, solo que…nunca se había dejado llevar
completamente.
Pensó en
sus palabras, en que tenía razón, en que si era capaz de soportar y disfrutar
de a cada uno de ellos, claramente no la dañaría. Suspiro. Se iba a dejar
llevar, por esta vez, para saber, para aprender, para no pensar. Solo por esta
vez.
Levantó la
cabeza y observo sus ojos.
—Está bien—dijo.
Ella sonrió
un segundo antes de morder su labio inferior. Luego la sintió moverse bajo él y
observó sus piernas cruzadas, claramente dándole un mensaje. La miró y alzó una
ceja.
—Tienes que
poner más empeño—le dijo con suavidad—recuerda que no has cumplido con Simón
dice.
Asintió.
—Cierto—murmuró—se
supone que debo poner mi lengua allí—apunto con su mano su entrepierna, ella
rio enseguida.
—En primer
lugar—oyó murmurar.
—Bien—la
miro—entonces luego será mi turno—Bárbara asintió—voy a usar mi turno ahora—ella
arrugo su frente—Simón dice…que no puedes correrte hasta que yo lo diga.
—No puedes…—se
alejó de ella y se movió a su lado.
—Si te
corres no te dejare hacerlo de nuevo por la noche, te mantendré en el borde por
horas y horas—la observó a la cara y sonrió al ver que tenía la boca abierta—¿aceptas?
Ella tragó.
—Bien—susurro
Bárbara.
—Bien—la
imito y toco sus muslos. Se observaron a los ojos unos segundos, intentando
averiguar qué haría el otro hasta que él se movió.
Garrett
agarro su rodilla con la mano y la levanto con facilidad.
—¿Qué?—jadeo
ella.
Sonrió
mientras separaba sus piernas y ella intentaba mantenerlas juntas. Posiciono
una rodilla entre las suyas para impedir que las cerrara de nuevo y metió una
mano entre sus muslos hasta alcanzar su centro. Ella jadeo y tragó.
Garrett
acaricio con sus dedos su humedad mientras separaba más sus piernas, al notarlo
ella jadeo e intento alejar su mano de su sexo, rio suavemente por su pobre
empuje y la escuchó gruñir molesta.
Luego, de
un solo movimiento se posiciono entre sus muslos y empujo con su sexo el de
ella, la empujo contra la cama y tomó sus manos para mantenerlas sobre su
cabeza, las dejo allí y mantuvo en ese lugar con una de las suyas. Bárbara
jadeo al sentirlo y observó su rostro.
—Quizás, tú
deberías intentarlo mejor—aseguró, sonrió al verla arrugar su frente y mordió
su labio inferior con suavidad. Luego gruño al sentirla empujar contra él y
mover sus manos con energía. Mientras lo hacia la beso enseguida con
intensidad, enterró su lengua en la cavidad de su boca y chupo su lengua cuando
ella lo imito.
Minutos
después ella seguía luchando y empujando con su cadera, balanceándose en su
contra, y ya no podía seguir aguantándolo. Con un jadeo se alejó de su boca y
levanto de una vez una de sus rodillas para abrirlas bajo él.
—Esto
quieres—gruñó y se preparó para penetrarla, Bárbara asintió enseguida y trago—dímelo—jadeo
y volvió a besarla—dime que lo quieres—ella gimió al sentir entrar solo un
poco.
—Garrett—susurró,
se movió hacia su oído y negó.
—No cariño—mordió
su lóbulo—dime lo que realmente quieres—empujó un poco solo para salir de su
cuerpo, ella se quejó bajo él al no sentirlo, pero quería oírselo decir, que se
lo pidiera, casi que lo rogara.
Ella jadeo
y se quejó, intento moverse bajo él pero al no obtener resultado movió su
rostro hasta acercar su boca a su oído, se estremeció al sentirla respirar.
—Follame
Garrett—susurró ella—hazlo ahora, te necesito, con fuerza.
La beso
enseguida y de paso, entro a su cuerpo de un empuje, uno que provoco que ella
gimiera con energía contra sus labios, que se tensara un segundo y lo
preocupara. Al alejarse observó la expresión de su rostro buscando algún signo
de dolor. Ella tenía los ojos cerrados y los labios levemente separados,
intentando respirar. Espero quieto hasta que ella abrió los ojos lentamente y
se encontró con su mirada.
—Hazlo—susurró
Bárbara y gimió.
Comenzó a
empujar enseguida, a estrellar su cadera contra la de ella mientras la afirmaba
de un hombro para que no se alejara, pero no era suficiente. No lograba llegar
lo suficientemente profundo. Jadeo contra ella y salió de su cuerpo, Bárbara se
quejó y la empujo de la cama hasta llevarla contra la pared, la hizo abrazar su
cadera con sus piernas mientras la afirmaba del trasero. Gruño al entrar en
ella y luego gimió. Eso era lo que quería, sentirla a su alrededor completamente,
húmeda y apretada.
—Oh Dios—susurró
ella y arqueo su espalda. Siguió pistoneando con energía hasta que comenzaron a
gemir abiertamente, a jadear y gruñir.
Garrett
apenas podía respirar, jamás se había sentido así, tan desesperado, tan abriendo
de ella. Se quejó al sentir las uñas de Bárbara contra sus hombros y cuando
ella comenzó a temblar y alcanzo su liberación llevo una mano a su nudo y lo acaricio
con su pulgar. Ella gritó sorprendida, sus manos lo empujaron lejos y acercaron
a la vez, enterró sus uñas en su piel mientras seguía corriéndose hasta que le
rogo detenerse. Lo hizo, gruño al sentirla apretarlo dentro de su cuerpo y dejo
de tocarla. Empujo más rápidamente hasta que se dejó llevar y también gritó su
liberación más que sorprendido.
Cuando
recuperó la compostura descubrió que estaban en el piso, acostados sobre la
alfombra mirando el techo. Garrett se quejó y observó a Bárbara detenidamente.
Estaba recostada a su lado, con una mano sobre sus ojos y la otra sobre su
vientre, respiraba suavemente.
—Cariño—la
llamó y se levantó un poco.
—Mm—murmuró
ella y se movió hasta poner su cabeza sobre su pecho y abrazarlo con un de sus
piernas, ella suspiró y arrugó su frente.
—¿Estas
dormida?—dijo sonriendo.
—Mmm—se
quejó ella y lo abrazo con fuerza un segundo. Se rio entre dientes ante su
reacción.
—Deberíamos
movernos a la cama, no crees—ella suspiró y levantó la cabeza para verlo,
parecía que sí se había quedado dormida.
Se levantó
y la llevó con el hasta la cama, ella rio contra su pecho cuando la dejó en el
centro y se movió a su lado, luego de cubrirlos la abrazo y deposito un beso en
su cabello. Comenzó a quedarse dormido, pero al sentirla temblar contra él
arrugó su frente y la miró enseguida.
Bárbara se
estaba riendo.
—¿Qué?—preguntó
sorprendido.
—Jamás
imagine…—ella tomó aire y se tranquilizó—jamás imagine que serias así, tan…—ella
miró alrededor sin dejar de sonreír—brioso —alzo una ceja al oírla y la recostó
en la cama, se subió sobre ella con cuidado.
—Mm—beso su
nariz—tú lo pediste—ella se mordió el labio y lo imito, también alzo una ceja.
—Yo te pedí
que hicieras otra cosa, con tu lengua.
—Y yo—la
besó—te dije—volvió a besarla—que si te corrías sin que te lo dijera—mordió su
labio inferior con cuidado—no iba a permitir que te volvieras a correr en toda
la noche—ella suspiró y lo abrazó.
—Creo que
he liberado a un monstruo—parpadeo sorprendido al oírla, al verla sonreír
entrecerró los ojos y se alejó enseguida de ella hasta posicionarse cerca de su
sexo. Bárbara jadeo y lo observo fijamente.
—Sí, lo has
hecho—sonrió con malicia y la acaricio con dedos, Bárbara se estremeció
enseguida, por esto sonrió aún más—ahora vas a tener que soportarlo.
Garrett besó
su muslo y lo mordió suavemente.
—Pobre de
mí—susurró ella—tener que soportar todo esto—le sonrió y acaricio su mentón,
beso sus dedos—pues, voy a tener que soportarlo.
—En
completo silencio—gruño.
Ella lo
miro sorprendida pero la calló al acariciarla con su lengua suavemente.
—Está bien—le
oyó decir, sonrió un segundo antes de continuar.
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