El siguiente micro
relato fue escrito por Dragón Rosa, para la primera fase de este proyecto de Adictos a las Escrituras, a continuación lo comparto:
“Una vez más me
encuentro en el subterráneo, esta tan lleno como de costumbre. Después de
algunos empujones he logrado llegar al área de unión entre vagones. Está más
despejado, podre relajarme de los empujones de la puerta por varias estaciones.
Observando el lugar, mi
vista se desvió hacia un pequeño botón rojo a menos de 40 cm de distancia. No
tenía nada escrito era la primera vez que veía un botón así. Inevitablemente
acerque mi dedo y lo presione.
En ese momento mi
cuerpo se estremecía sentí electricidad recorriéndome. Me quede unido al botón,
inmóvil, no sé cuánto tiempo...”
Fase B de micro relato
En esta segunda fase,
se debía escribir un relato en base al micro relato anterior, espero haya
quedado bien, saludos.
Quien me diría que
después de tres meses, una semana, cinco días, catorce horas, veintitrés
minutos, no, veinticuatro, estaría en esta situación.
Llegué a esta
sobrepoblada y pequeña ciudad con la idea de cambiar de aires, quería cambiar
el agobiante aire libre del campo por el de una ciudad. Así que elegí esta,
porque al parecer, tenía muchas cosas divertidas que se podían hacer por el
alrededor. Claro, aún no había tenido el placer de disfrutar ninguna.
Ese día, como cualquier
otro, me encontraba subterráneo, apretujada entre varias personas decidí moverme,
con bastante dificultad, hacia el área de unión entre los vagones. Ya allí
respire con tranquilidad y pase una mano por mi sudada frente. Luego de
apoyarme contra la pared me encontré observando un extraño y pequeño botón rojo
a menos de cuarenta centímetros de distancia.
Observé alrededor y luego de un segundo otra vez lo observé, no había
nada escrito alrededor, a decir verdad no había nada más que el botón allí.
Observé ese particular
objeto unos segundos preguntándome ¿qué haría?, ¿qué pasaría si alguien, como
yo, lo presionaba? ¿Se detendría el tren?, ¿sonaría una alarma?, ¿se iría la
luz?, ¿no pasaría nada?, ¿alguien aparecería con un vaso de agua y hielo
ofreciéndomelo? Me reí de mis ideas y observé otra vez alrededor. Me
observaban.
Frente a mi había un
hombre de no más de treinta años, más alto que yo y de cabello negro, vestía un
elegante y aburrido traje. Él observó mi botón, ya a esas alturas era mío, y
luego mi rostro.
Alzó una ceja como
pregunta, yo contesté con un encogimiento de hombros. Ambos volvimos a mirar el
botón.
Llevé mi dedo índice a
mi boca pensando, ahora más curiosa que antes, que pasaría si lo presionaba.
Observé al hombre y como noté que seguía mirándome arrugue mi frente. Él
observó el botón y luego a mí, como diciendo: presiónalo.
Voltee mis ojos, mi
respuesta le dijo: hazlo tú.
Observó el botón y se movió
levemente hacia él, levantó su dedo, con la idea de tocarlo, solo que antes de
hacerlo me miró, yo lo observaba embelesada. Al final no lo hizo, solo me miró
y se encogió de hombros, se apoyó frente a mí y se cruzó de brazos. Me estaba retando
a que lo hiciera, yo.
Dudé un segundo pero
luego volví a mirar ese botón, que ahora extrañamente me parecía más grande, más
rojo, mas… todo. Sentía que en cada segundo llamaba más mi atención, era como
si dijera presióname, presióname, presióname. En un momento dado el tren paso
por un túnel, done la luz se fue por unos segundos, gracias a eso, y la luz que
había en el lugar, que parecía parpadear, ir y venir, el botón, rojo, brillaba
y se apagaba, una y otra vez. La sensación se hizo peor. Ahora parecía llamarme
con más fuerza.
Cuando la luz regreso
me congelé, sobre todo al ver que mi mano estaba alzada, y que mi dedo índice
apenas estaba a dos centímetros de ese botón.
Miré frente a mí y me
encontré con los ojos del hombre, que estaban tan abiertos como los mío. Alejé
mi dedo enseguida, como si un elástico lo hubiera lanzado hacia mí.
No pasaron ni diez
segundos antes de que otra vez me encontrara observando el botón, el hombre
frente a mí también lo observaba debes en cuento, sentí que alguien tenía el
mismo problema que yo con ese botón rojo.
Al observar a un lado
me di cuenta que solo quedaba una estación para que ya tuviera que bajar,
estaba muy cerca de mi destino, y aun no sabía para que servía ese… botón.
Ya irritada alce mi
mano y lo acerque a esa circunferencia, el hombre alzo ambas cejas al ver lo
que iba a hacer, el negó con su cabeza y yo asentí, sonreí al ver que volvía a
negar y miraba alrededor, y yo volví a asentir y por fin, lo presioné.
Al principio no pasó
nada, que decepción, pensé, pero
luego, sentí una corriente eléctrica recorrer mi cuerpo. Me congelé ante la
sensación y mi dedo prácticamente se pegó a ese estúpido botón rojo. Aunque
fueron segundos, lo sentí como horas, y cuando por fin pude alejarme jadee y me
apoye a la pared, caí al suelo sentada. Allí noté que alguien estaba cerca de mí
hablándome, aunque no era capaz de entender nada, y también que la luz a mí
alrededor no estaba, se había cortado.
Unos brazos me alzaron
del suelo y me ayudaron a permanecer de pie. Allí la luz regreso, además del
hecho de que la capacidad de entender lo que me decían. La gente alrededor se
quejaba, de que otra vez había pasado lo mismo, yo solo observé al botón a un lado, ahora preguntándome porque lo
había oprimido si no parecía tan llamativo, ni siquiera tan rojo. Observé
al hombre que aún me sostenía.
Sonreía.
Arrugue mi frente.
—Yo también lo oprimí
una vez—. Abrí y cerré mi boca.
—¿Y por qué no me
avisaste? —jadee indignada. Siguió sonriendo y se encogió de hombro. Y aun así,
sin entender porque, solo me reí.
Cuando el tren se
detuvo supe que era hora de bajar, me alejé del hombre y un tanto adolorida
caminé lejos de él. La última vez que lo vi, fue antes de subir las escaleras,
seguía sonriendo, y en ese segundo me pregunté: ¿cuántas personas más tocarían
ese botón?, sería divertido de ver.
Me he quedado con ganas de presionar el botón rojo. Me ha gustado como lo vas diciendo poco a poco sin prisas y al final todos esperan al proximo. Muy bueno. Te mando un abrazo.
ResponderEliminarGracias por comentar, y me alegra que te haya gustado, saludos.
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