viernes, 15 de agosto de 2014

La fantasía de Leslie. Epilogo.


Epilogo

Años después
Leslie puso una bandeja llena de vasos sobre la mesa y observó a su alrededor. El patio de su hogar no podía estar más repleto de hombres y apenas un grupo de mujeres.
Max, su perro, pasó corriendo a su lado y dos segundos después cinco niños de diferentes edades pasaron también corriendo frente a ella. Cuando uno de ellos, un niño rubio cayó sobre sus rodillas, tres mujeres llegaron cerca para ayudarle.
Bárbara tomó a su hijo de cuatro años y lo levantó. Leslie sonrió al ver que él quería llorar pero intentaba no hacerlo.
—Ves —dijo su amiga—, no pasó nada.
El niño asintió, depositó un beso en la mejilla de Bárbara y luego se alejó.

Las cuatro lo miraron unos segundos.
—No sé cómo pueden hacerlo —les dijo a todas.
La observaron enseguida.
—¿Qué? —dijo Jenna sonriendo—, ¿quieres uno?, tienes mucho de donde elegir.
Las cuatro se rieron y otro grupo de niños, más cerca de la adolescencia pasó cerca de ellas.
—Yo no tengo problemas en regalarte al que desees —dijo Jenna y llevó una mano a su vientre hinchado.
Bárbara soltó un bufido y negó divertida.
—Ese es un muy mal chiste —dijo Anais.
Jenna abrió y cerró la boca luego de mirar a Leslie.
—Lo siento —murmuró—, es un mal chiste.
Leslie rió suavemente enseguida.
—Calma, ya está bien, cuando van a dejar de hacer eso a mi alrededor, no me molesta que hablen de sus hijos. Me molesta que se preocupen tanto.
Todos asintieron enseguida.
—¿Cuándo nos dirás el motivo de esta fiesta? —le preguntó Jenna.
Ella sonrió y observó a Anais enseguida. Su amiga también sonrió.
—¿Y por qué Anais lo sabe y nosotras no? —dijo Bárbara.
Leslie rió y Anais volteo sus ojos.
—Porque ella me fue de mucha ayuda, por eso.
Todas se giraron cuando Alex y Yerie llegaron cerca de su mujer.
—Ya es hora hermosa —dijo Yerie, Leslie asintió y tomó a Anais de la mano.
—Ven conmigo.
Todos caminaron hacia un lado. Leslie liberó a Anais que se alejó un poco y esperó.
Cuando todos la miraron Leslie comenzó a hablar.
—Gracias a mis amigas y todos sus hombres por estar hoy en mi hogar —todos sonrieron —aunque todos aceptaron venir nadie sabe, excepto Anais, el motivo de esta celebración.
Anais sonrió.
—Y no es justo para nada—soltó Jenna, algunos se rieron.
—Pero ella lo sabe porque ayudo a mí y mi familia en algo muy importante, además sé que pasó horas de su tiempo preocupada en esto y se lo agradezco de corazón—. La miró—Anais, sé que sin tu ayuda no sería posible—. Anais sonrió.
Leslie suspiró y observó a ambos hombres a sus lados, tomó la mano de cada uno de ellos  y observó a todos sus amigos alrededor.
Por días había imaginado como decir esto, el discurso que soltaría y las miles de palabras que les diría a todos, al final nada de eso le importo y solo soltó la noticia como la bomba que era.
—Estoy embarazada.
Todos se callaron enseguida. Ella observó a Jenna y Bárbara que tenían la boca abierta de la sorpresa y a Anais sonreír abiertamente.
—Y esto se pone mejor —dijo Alex.
—Vamos a tener gemelos —terminó Yerie.
Ahora Jenna y Bárbara gritaron por la emoción y la abrazaron enseguida.
Anais llegó cerca de ella y también la abrazo. Así, las cuatro se quedaron unos segundos, riendo y llorando, diciéndose toda clase de cosas y felicitándola. Al final, cuando se alejaron se miraron entre sí.
—Así que eso era lo que se traían entre manos —soltó Jenna.
Anais sonrió.
—Aunque nos tomó tiempo pudimos hacer que los espermatozoides de Alex y Yerie fecundaran dos óvulos de Leslie, y sorprendentemente ambos sobrevivieron y ahora crecen dentro de ella —sonrió—. Leslie está embarazada de ambos.
—¡Felicidades! —dijo Bárbara aplaudiendo.
—Dios Anais —se quejó Jenna—, debes ser tan grafica para tu explicación, me acabo de imaginar todo el proceso, gracias —soltó con ironía.
Todos se rieron.
—Dioses —dijo Bárbara, ella observó a sus hombres—, quiero otro bebé.
Jenna volteo sus ojos y Leslie se rio entre dientes.
—Cuando quieras, cariño—dijo Garrett.
—Esta misma noche nos ponemos a ello.
—Mamá —se quejaron dos niños, uno de 14 años y otro de 12.
—Entonces serias la única —dijo Anais.
Todas la miraron.
—Yo también estoy embarazada.
Los hombres tras ella sonrieron enseguida. Bárbara suspiró y miró a Leslie. Luego las observó a cada una de ellas. Leslie sonrió.
—¿Quién diría que todas terminaríamos en un lugar así?
Ellas asintieron.
Leslie observó a los hombres a su lado y les sonrió, ambos le devolvieron el gesto. Mientras sus amigas se movían alrededor y todos los hombres se acercaron a sus asignados para felicitarlos ella caminó alrededor y tomó un vaso de jugo.
Max llegó a su lado y la observó. Acaricio su cabeza unos segundos y miró tras de sí.
 —Nuevo Edén —murmuró y observó a Max —sé que estás pensando igual que yo. Quien hubiera imaginado que un lugar así existía.
El perro la miró enseguida, moviendo su cola de un lado a otro.
—Sabes, también te tengo una sorpresa para ti, solo que esta llegara en unos días —volvió a acariciar su cabeza y sonrió —es una perra muy bonita —alzó ambas cejas —ya es tiempo que también tengas tu familia, eh Max.
Leslie se levantó y rió, casi pudo ver la sorpresa en los ojos del animal.
Yerie llegó a su lado y lo abrazó enseguida.
—¿Cómo te sientes? —preguntó suavemente.
—Bien —le aseguró —no he hecho nada más que estar de pie unos minutos, calma.
Él suspiró y besó su frente.
—Si por mí fuera no te dejaría salir de nuestra cama—. Ella depositó un beso en su mentón.
—Estaré bien, ya lo veras, permaneceré todo el tiempo descansando —Yerie asintió suavemente—, vamos —le dijo y tomó su mano—sigamos compartiendo con nuestros amigos.
Él sonrió.
—Menos mal que no tenemos más amigos —dijo él, rió.
—No caería más gente en esta casa.
Él negó enseguida.
—No, claramente —ambos sonrieron.
Cuando Alex también llegó a su lado y depositó un beso en su mejilla le sonrió suavemente. Él recorrió su mejilla con su pulgar antes de observar a Yerie unos segundos.
—Un brindis —escuchó a decir a Barbará de repente, todos la miraron. —Por Nuevo Edén y sus hombres.
Jenna y Anais rieron como ella, se acercaron y levantaron sus copas, solo Bárbara bebía vino, los demás solamente jugo. Ya frente a frente juntaron las copas una vez.
—Por nuevo Edén —dijeron las cuatro, Leslie miró sobre su hombro a Yerie y Alex que sonreían al verlas, observó a sus amigas que también observaban a sus asignados.
Ella sonrió y soltó.
—Por Bárbara —la miraron y la aludida alzó una ceja —que si no se le hubiera ocurrido pedir de deseo en su cumpleaños, tener a un grupo de hombres a su disposición, nada de esto hubiera pasado.
Ella sonrió al escuchar unos cuando “iww” de algunos adolecentes. Pero rió con más ganas, al igual que sus amigas al ver que se sonrojaba y miraba a sus asignados unos segundos. Estos también se reían.
—Pues agradézcanmelo, que sin mí no los hubieran conocido —ella apuntó a los demás hombres.
—Pues por eso —dijo Jenna —por el loco deseo de nuestra amiga y por Nuevo Edén.
—Ya brindamos por eso —dijo Anais.
Jenna sonrió y alzó una ceja.
—Creo que hay que hacerlo dos veces, vale la pena —volvieron a brindar.
Unos brazos rodearon a Leslie mientras Alec le preguntaba a Bárbara que clase de deseo había pedido, él sonreía abiertamente. Ella rio y observó a Alex.
—Hay muchas cosas por las que brindar —le dijo suavemente.
—Y habrá muchas más —dijo Yerie y observó su vientre un segundo, luego la miró y sonrió.

—Sí —suspiró y se giró para observar a Alex —habrá muchas más.

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