Tercera parte
Capitulo 4
Alex caminó hasta detenerse al lado
de Yerie, luego tomó una silla y se sentó entre los dos.
La miró unos segundos después.
—Nuestra sociedad no prohíbe estas
relaciones antes de ser asignado, no las promueve tampoco porque no le dice a
los demás que hacer con sus vidas —dijo Alex, miró un segundo a Yerie —solo son
muy estrictos con ello luego de ser asignado a una mujer, pero solo si ambos
hombre no están con la misma mujer. Si eso llega a pasar, es que has tenido
mucha suerte, si no, solo debes dejar atrás esa relación.
Él la miró.
—Eso es… triste —murmuró ella.
—Es la realidad, todos lo saben, nosotros
lo sabíamos antes de estar juntos —dijo Yerie.
Leslie los observó de ida y vuelta,
varias veces.
Asintió.
—Entonces aparecí yo y ustedes
vieron la oportunidad de estar juntos.
Yerie hizo una mueca, Alex suspiró.
—Sí, de cierta manera si —dijo
Alex.
Ella negó con su cabeza enseguida.
—No de cierta manera —repitió sin
creerlo, más molesta que antes —ustedes si lo hicieron así, no fue de cierta
manera Alex. Solo se aprovecharon de eso. Y no sé si molestarme por eso o no,
ustedes al final solo hicieron lo que creyeron correcto para estar juntos,
ustedes se aman —los miró a ambos al decirlos, ninguno lo negó, solo la
observaron fijamente —lo único que me preocupa ahora, es donde me deja eso. Qué
hago yo en esta extraña relación que ahora tenemos, ustedes —los apuntó con sus
manos —son una pareja, yo soy la que se está metiendo entre los dos.
Al final ella suspiró y llevó una
mano a sus ojos. Estaba comenzando a dolerle la cabeza.
—Está en nosotros querer formar un
familia —dijo Alex, lo miró —es prácticamente el objetivo que todos en este
lugar tenemos en común. Nosotros tuvimos suerte porque fuimos asignados a la
misma mujer.
—Les preguntaron si querían —les
recordó ella —porque conmigo no podrán cumplir ese objetivo del que tú hablas
—ahora estaba molesta—jamás serán padres.
Ambos se tensaron al oírlo y ella
se puso de pie. Alex la detuvo al agarrar su brazo.
—Leslie…
Lo miró enseguida.
—Solo quiero saber que significa mi
presencia aquí, qué soy yo, ¿la tercera rueda? Díganme, ustedes se acostaron
conmigo porque era una obligación.
—¡No! —soltó enseguida Yerie, lo
miró un segundo y luego a Alex —no es así Leslie, lo sabes. Si fuera de ese
modo ni siquiera nos hubiéramos acercado a ti, solo hubiéramos estado
preocupados de convencerte de que continúes en esta familia así nosotros
podríamos estar juntos para siempre.
Ella se alejó de él y abrazos su
cuerpo.
—¿Y no es así? —murmuró. Yerie
suspiró —¿no es eso?, ustedes intentando convencerme de que finjamos que todo,
dentro de esa familia, es como debe ser pero que en realidad yo solo soy una
intrusa.
—No Leslie, jamás te pediríamos
algo así —dijo Alex —si tu deseo ahora es alejarte de nosotros no te
detendremos, seremos responsables por nuestros actos.
Ella observó el piso enseguida,
tenía ganas de llorar.
—Entonces eso significa que esto se
acabó —susurró.
—Alex —casi gruñó molesto Yerie y
se acercó a ella, levantó su rostro con ambas manos —él no lo está explicando
bien—le dijo con suavidad. —Hermosa —le dijo y se estremeció levemente —él no
se equivoca al decir que no te pediríamos algo así, pero eso no quiere decir
que no estemos interesados en ti —ella tomó aire enseguida —hemos pasado horas
desde que supimos sobre ti hablando e intentando pensar en cómo decirte esto, o
cuando decírtelo…
—¿Por qué no me lo dijeron
enseguida?
—Porque deseábamos mostrarte que
podemos ser una familia, los tres —Yerie suspiró —la idea era que después de
asegurarnos de que ya considerara este lugar tu hogar, o por lo menos confiaras
en nosotros te lo íbamos a decir, íbamos a pedir tu opinión.
—Sobre qué —murmuró ella —sobre qué
debo opinar, ustedes ya son una pareja.
—Sobre si aun así nos quieres a
ambos —él miró a Alex un segundo —y si te molestaría que estuviéramos juntos.
Lo miró a uno y luego a otro.
—Si les hubiera dicho que no,
¿hubieran dejado de…
Alex negó con su cabeza.
—No, solo jamás nos verías juntos
—ella tragó al oírlo, ¿verlos juntos? —Si esa fuera tu decisión solo estaríamos
juntos en privado.
Ella cerró los ojos unos segundos.
—Pero qué tan justo ese eso
—susurró, los miró a ambos cansada —jamás podría pedirles algo así, que se
ocultaran.
—Pero si tú lo quisieras, si eso te
hiciera sentir más cómoda —dijo Yerie —lo haríamos. No es nuestra intensión
perderte, Leslie.
Ella volvió a tragar y pensó en lo
que le decían. ¿Ella podría ser capaz de verlos juntos, de soportar esa relación?
¿Por qué le fue más fácil aceptar que podría estar con más de dos hombres, que
la idea de que ellos estén juntos? ¿Acaso esa la convertía en alguien egoísta?
—Ustedes me engañaron —susurró y se
alejó de Yerie —me mintieron…
—Leslie —la llamó Alex.
—Por lo menos sean lo
suficientemente hombres para aceptarlo, porque desde un principio han sabido
todo de mí.
Alex se movió un poco hacia ella.
—Está bien —casi gruñó —si lo
hicimos, cuando nos dijeron de esto, sobre ti, y nos preguntaron si aceptábamos
ser tus asignados, el hecho de que ambos lo fuéramos si tuvo mucho que ver con
la decisión que tomamos, pero nunca, escúchame bien, nunca consideramos la idea
de hacerte daño, de… —él apuntó y luego a sí mismo —solo tener una relación entre
nosotros sin importarnos lo que tú sintieras.
Él tomó aire y lo exhalo despacio.
—Debes entender que esto no es fácil
para nosotros. Leslie —él se movió más cerca —debes entender que yo amo a
Yerie —ella tomó aire con fuerza al oírlo —pero eso no me impide llegar a amarte
a ti.
Leslie miró a Yerie un segundo,
luego a él y por último el piso de la cocina.
—Y qué va a pasar si Yerie te dije
que me ama—lo miró a la cara —si yo te digo que lo amo, ¿Cómo te haría sentir
eso?
—Me alegraría la noticia —dijo el
con calma.
—No te alegraba antes.
—Antes estaba celoso, y no de él,
sino de ambos —ella alzó una ceja —lo estaba porque él estuvo contigo, y también
porque yo deseaba estarlo.
—Ya no entiendo nada—suspiro al
fin.
—Solo no te niegues la posibilidad
de ser feliz con nosotros, de amar —pidió Yerie —porque como dice Alex, lo que
yo sienta por él no va a afectar lo que pueda sentir… lo que siento por ti,
Ella se tensó al oírlo y lo miro a
los ojos. Yerie la observaba con cierto miedo y anhelo. Observó a Alex a su
lado, que estaba tranquilo, esperando.
Intentarlo, pensó.
—Si acepto esto también estaría con
los dos —casi se arrepintió de eso al ver la sonrisa de Alex, pero al ver que
Yerie se relajaba un poco se controló.
Por qué esa idea sí le parecía
interesante. No debería preocuparse de otras cosas, de que ellos se amaban
entre sí pero no a ella, de que no le dijeron la verdad desde el principio, al
final de cuentas la habían engañado. Pero no, tenía que interesarle más la
parte… sexual del asunto.
—Sí, claro que sí —dijo Yerie
sacándola de sus pensamientos —cada vez que lo desees. Debes entender que entre
los tres no habría preferencias, no dejaríamos de lado al tercero ni nada que
se le parezca. Nosotros podríamos tener relaciones e invitar a Alex a unirse si
lo deseamos, o él y tú, solos o conmigo. O ambos, si así lo quisiéramos.
Compartiríamos entre los tres.
Él acaricio su rostro con sus dedos
suavemente.
—Podemos tomarnos las cosas con
calma —dijo Yerie —no te estamos diciendo que nos veras justo ahora teniendo
sexo, iremos avanzando en ello como tú lo desees, y el día que estés lista los
tres estaremos juntos sin vergüenzas ni complicaciones.
Ella tomó aire y suspiró.
En verdad si estaba considerando
eso, se dio cuenta, con las ideas que él puso en su cabeza debía aceptar que le
gustaba, seguía sintiéndose un poco traicionada, pero quizás solo era su ego
herido. Aun así prefirió ver que salía de todo eso, quizás si resultaría después
de todo. Porque si no era eso, solo tenía un camino, regresar a la tierra y
olvidarse de todo de este lugar y su gente. Y por lo menos estaba segura, de
que eso era aún más difícil.
Solo debía intentarlo, se dijo, ver
como salía todo, hacer la prueba. Si no siempre se preguntaría que hubiera
pasado entre los tres, por lo menos quería saber que lo intento si al final de
cuentas nada de eso resultaba bien.
Ella tomó aire y observó a ambos
hombres.
—Quiero… intentarlo entonces
—murmuró ella —sí, lo voy a hacer.
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