Segunda parte
Capitulo 9
Alex se alejó de ella solo un poco, lo suficiente para
que ambos se vistieran.
Leslie observó a Alex al acabar, esperó.
—Debes preguntarte como sé de esa cicatriz —ella
asintió apenas, solo se mantuvo allí, él suspiró y cerró los ojos unos
segundos, luego dio un paso hacia atrás—. Me sorprendí mucho al verte ese
primer día —él negó con su cabeza —cuantas probabilidades hay de volver a ver a
una mujer, más a ti, casi 0.
—¿Nos conocíamos de antes? —Leslie estaba confundida —
de dónde.
—Soy médico Leslie y estuve en la tierra por casi 10
meses, trabajé en un hospital, atendiendo en urgencias —él la miró a los ojos—,
te lo contaré de esta forma. La primera semana que llevaba trabajando allí una
enfermera me llevó a una habitación privada para que atendiera a una mujer —Leslie
se tensó enseguida —esta mujer esta inocente y parecía que había salido de una
pelea.
No es posible,
pensó ella.
—Me sorprendí mucho al verla, por dos cosas: la
primera, esta mujer era —él sonrió sin humor—es, increíblemente hermosa; la
segunda, tenía dos costillas rotas, un dedo fracturado, y media docena de
hematomas por todo su cuerpo, pero no en su rostro.
Leslie palideció.
—La vi una segunda vez, y una tercera, en esos meses —ella
apretó la mandíbula —la última de esas veces estaba media consiente aunque las
heridas eran más graves —él apuntó su cabeza—, recuerdo bastante bien coser la
que tenía en su cabeza.
—Esto no es posible —susurró ella antes de llevar su
mano a la cicatriz, ella bajó de la encimera sin saber que decir.
—Y fue ese día también que vi al causante de tales
heridas.
Lo miró enseguida.
—Ya estaba decidido que una semana después regresaría
a Nuevo Edén. Así que días antes de eso me encargué de que ese hombre no
volviera a dañarla, de ninguna forma.
Ella alzo ambas manos.
—Espera, es imposible… él se fue, yo lo vi, él dijo que
no…
Ella abrió la boca sorprendida, luego la cerró cuando
él solo la miró, ya era más que obvio que hablaba de ella. Sobre todo que sabía
lo que ella había sufrido.
—Tú hiciste que se fuera —susurró, Alex solo la
observó—, por un año intenté alejarme de él y al final tú hiciste que él se
fuera —ella negó con su cabeza —cómo, por qué, ¿Yerie lo sabe? —eso último la
hizo palidecer un poco más.
—Cómo: lo visite en su casa, nosotros somos más
fuertes que los hombres de la tierra y él era un cobarde, simplemente le hice
lo mismo que él te hizo a ti —ella se estremeció al oírlo decir eso con tanta
facilidad, como si no le importara nada—. Por qué: porque no podía soportar la
idea de que otra vez regresaras a un hospital en tal estado, no me importaba si
no volvía a verte, solo quería asegurarme de que no hubiera una última vez —él
se acercó un paso hacia ella— y no, Yerie no lo sabe, para nada, y prefiero que
siga así.
Leslie lo observó a los ojos, tanto rato que él terminó
por acercarse y tomar su rostro con ambas manos.
—Sé que no me recuerdas Leslie, pero yo sí, y ese día
cuando saliste del bosque supe enseguida que sería asignado a ti.
Ella se estremeció otra vez y cerró los ojos.
—Entonces por eso te has mantenido alejado de mi —él
se tensó—no soportas la idea de verme y recordar lo que hiciste, o como yo me
veía esos días…
Él negó enseguida con su cabeza.
—Volvería a hacerlo si fuera necesario, una y mil
veces, aun prefiero que nunca vuelvas a pasar por algo así, jamás —enfatizo él —y
mi comportamiento no tiene que ver con eso, es solo que…
Él trago nervioso.
—En verdad esto no es fácil —susurró él.
—Qué —preguntó ella.
—Sabes lo que es temer perder algo —ella solo lo
observó.
Un segundo después él la atrajo a su cuerpo para
abrazarla, Alex acaricio su espalda suavemente.
Si lo recuerdo,
pensó ella. Si recordaba a un hombre en un hospital, la última vez que ella fue
ingresada grave por recibir maltratos físicos. Recodaba la fuerza que desprendía,
como de nerviosa había estado por sentirlo molesto a su alrededor, pero también
recordaba su amabilidad y preocupación. Pero no su rostro, se había encerrado
en sí misma como antes, no le prestó atención a nada más.
Ella no podía creer lo que estaba pasando, no sabía si
reír o llorar por estas coincidencias, si sentirse avergonzada ahora, o
agradecerlo por lo que había él hecho.
Claro que debes
agradecer, pensó. Alex
logró que él por fin dejara de seguirte, de atormentarte, el hizo lo que la
policía no, lo que cambiarse de casa y contratar seguridad no había hecho.
Él la puso a salvo.
Pero aun así, aun no le explicaba porque se mantuvo
lejos, a qué le tenía miedo.
Ella se alejó de Alex y lo miro, justo cuando iba a
abrir la boca la puerta se abrió, ambos se tensaron
—¿Donde…—comenzó a decir Yerie antes de congelarse
igual que ellos al verlos.
Leslie se sonrojó sin saber porque. Observo un segundo
a Alex que miraba a su compañero antes de alejarse por completo de él. Yerie
también miraba fijamente a Alex, casi parecían que hablaban entre ellos.
Un tanto fuera de lugar ella se limpió la garganta.
Yerie la miró enseguida.
—Yo iré… —no supo que decir —voy a darme una ducha
—soltó al fin.
Ella dio dos pasos, luego recordó algo y se giró. Solo
cuando tuvo su ropa interior en su mano abandono la cocina y luego llegó a su
habitación. Ya allí gimió y pasó una mano por su cabello.
—Y ahora qué va a pasar —susurró.
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