Cuarta parte
Capitulo 1
Leslie tragó y observó la
televisión fijamente. Si no conociera a Yerie como lo hacía le habría creído
todo lo que decía, con esa tranquilidad agradable. Pero solo le bastaba con ver
sus ojos preocupados o la muy leve palidez de su cara para darse cuenta de que
las cosas no están bien.
Ella saltó del susto cuando Alex se
sentó a su lado. Él la observó un poco preocupado antes de agarrar sus brazos y
atraerla hacia sí. Leslie se acomodó sobre sus piernas y siguió observando las
noticias.
—Es más grave —murmuró luego de unos
segundos. Los brazos de Alex se tensaron unos segundos. Él tomó aire para
calmarse.
—Sí, lo son.
Ella esperó que le dijera algo pero
como no fue así se movió y lo miró a la cara.
—Dime qué pasa.
Él miró alrededor un segundo antes
de suspirar. Levantó una mano y acaricio su mejilla.
—Los rebeldes están más
desesperados que antes, cada vez lo están más.
Ella se estremeció.
—Ya han atacado dos hospitales y
hubo problemas en un laboratorio. El consejo se está preocupando cada vez más
con esto.
—¿Qué piensan hacer?
Ella observó la televisión y las
imágenes de los rebeldes arrestados en las últimas horas.
—Aumentar el turno de los soldados
y guardias, no permitir la salida de mujeres a lugares donde puedan estar
expuestas, un sinfín de cosas.
—Al final los presos seremos
nosotros —murmuró.
—Eso es lo que me temo.
En se segundo Yerie siguió
informando sobre el ataque que habían recibido los pueblos vecinos. Ella
observó sus facciones y suspiró, luego miró a Alex de reojo.
Habían pasado semanas desde que
habían estado los tres juntos, y eso se había vuelto a repetir un par de veces,
pero nada más. Además de un par de besos entre ellos no había presenciado
ninguna otra caricia y ella sabía que las había. Sobre todo porque un día los
oyó cuando pasó distraída por delante de la puerta de la habitación de Alex. Se
había sorprendido mucho al oírlos y al notar la puerta esta estaba levemente
abierta se había acercado a ver.
Suspiró contra el pecho de Alex al
recordar lo poco que había visto pero si oído. Se estremeció un poco ante ese
recuerdo, Alex la acomodó sobre él y la miró.
—¿Qué pasa? —le preguntó. Negó con
su cabeza y observó hacia la ventana.
Quería decirle que su curiosidad
por verlos juntos cada día crecía más, pero de cierta manera encontraba tan
íntimo sus relaciones que no sabía si debía meterse entre ellos o no. Solo que
aun así, el deseo seguía allí y parecía que no iba a desaparecer a menos que
hiciera algo al respecto.
—¿Cómo van tus pinturas? —le
preguntó Alex de forma distraída.
Sonrió enseguida y lo miró.
—Muy bien—. Él sonrió al verla.
—Ahora ya puedo hacer algo decente sin usar tantos borradores.
Él alzó una ceja.
—Decentes—. La miró divertido y
dijo —pero si lo haces muy bien, es mucho más que decente tú trabajo, no le
quites el mérito.
Ella se sonrojó un poco, siempre le
pasaba cuando él le decía un cumplido.
—Mm, gracias —murmuró luego de unos
segundos. Alex solo sonrió.
—¿Siempre pintas objetos y
paisajes?
Ella arrugó su frente.
—No, a decir verdad me gusta más
pintar a las personas, es más interesante intentar llevar al papel las formas
del cuerpo, o las expresiones de la cara —ella sonrío con suavidad —me gusta
plasmar las emociones de las personas mientras las pinto.
—Lo hiciste mucho.
Ella se encogió de hombros.
—Un par de veces —ella negó con su
cabeza—, bueno, más que un par de veces pero cada vez que lo hacía lo
disfrutaba mucho.
Alex la observó largo rato, hasta
que volvió a sonreír como si nada. Leslie tragó al sentir su boca seca. No
podía creer lo que le pasaba a su cuerpo con cada una de las sonrisas de ese
hombre. Era como cuando Yerie le decía hermosa, algo dentro de ella se encendía
enseguida.
—¿Quieres pintarme?
Ella jadeó.
—¿Me dejarías hacerlo?
Él rió por su entusiasmo.
—Claro—. La empujó para que se
levantara. —Vamos.
—Ahora —dijo ella sorprendida.
—Claro—. Él se acercó a su rostro y
la besó suavemente —así podrás avanzar cada vez que esté aquí. ¿Quieres?
Asintió enseguida con su cabeza y
lo siguió hacia el cuarto que ocupaba. Luego d acomodar un lienzo tomó la mano
de Alex y lo guio hasta una silla. Le pidió que se sentara y se alejó para
verlo unos segundos. Sonriendo regresó con él y le quitó su camisa. Alex solo
le permitió hacer.
Cuando observó su pecho firme y
desnudo, suspiro. Volvió a acercarse y pasó sus manos por su cabello negro,
Alex alzó una ceja cuando ella acomodo su cabello para que se viera más
desordenado.
Si parecía que recién se estaba
levantando, pensó ella y sonrío. Y esa era la imagen que más le gustaba de él.
Todo relajado.
Alex no se movió mientras ella comenzaba
a trazar líneas en el lienzo con un carboncillo. Leslie sonrió sin que él
pudiera verla por la quietud que mantenía. Si solo parpadeaba y respiraba, nada
más.
Veinte minutos después ella ya
tenía un borrador de él y se había hecho en su cabeza una idea del cómo
quedaría la pintura. Se movió un poco y observó a Alex, quien alzó una ceja.
Sonriendo le pidió que se acercara.
Ella rió cuando él hizo una mueca
al moverse, Alex volteo sus ojos y llegó a su lado.
—Vaya —murmuró Alex y observó el
dibujo varios segundos.
—Es solo un borrador —explicó ella
mientras miraba su trabajo—, más adelante te pediré que poses otras vez pero
después de unos días yo creo que podrás verlo terminado.
—Solo un borrador —murmuró Alex, lo
miró —y yo ya pensaba que ese era el dibujo.
—No, aun… —él la besó.
—Me encantará verlo terminado
—Leslie suspiró al sentir su caricia.
Y justo cuando él volvía a
acercarse para besarla se escuchó una fuerte explosión y la casa se estremeció.
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