Segunda parte
Capítulo 5
Cuando Leslie despertó la mañana
siguiente descubrió que estaba sola. Un tanto confundida observó su habitación
buscando alguna señal de Yerie, solo el hecho de ver la manta cubriéndola le
dijo que él lo había hecho posiblemente antes de irse.
Sonriendo un poco se sentó en la
cama, luego tomó aire y decidió que era hora de desayunar.
Al llegar a la cocina se congeló
enseguida. Allí estaba Yerie y Alex, muy cerca y al parecer discutiendo en voz
baja. El primero la miró y sonrió, aunque levemente forzado, el segundo ni
siquiera la miró. Alex solo se movió por el lugar, arrojó un paño sobre la
encimera y luego dejó la habitación.
Alex pasó a su lado como si ella
fuera invisible. Sorprendida observó a Yerie enseguida. Él había hecho una
mueca ante el gesto de su amigo.
—Lo siento, hermosa —él suspiró —no
le hagas caso.
—No —susurró ella, ya no
confundida, sino molesta —qué le he hecho para que me trate así.
—Hermosa… —comenzó Yerie, ella negó
con su cabeza enseguida.
—No, no tengo porque aguantar esto.
Con eso se giró y salió al pasillo,
vio justo a tiempo a Alex tomar su chaqueta y dirigirse a la puerta.
—Alex —lo llamó, se movió
rápidamente hacia él, pero él la ignoro, abrió y salió de la casa. Ni siquiera
miró hacia atrás cuando volvió a llamar. Solo cerró la puerta, dejándola allí
sola, con la palabra en la boca.
Leslie apretó la mandíbula, sentí
que su temperamento iba a salir pronto a flote con ese hombre, y lo quería,
quería estar molesta con él, no herida, no triste.
—Leslie —murmuro Yerie, se giró
para verlo.
Él se veía cansado.
—No entiendo —confeso.
Él negó con su cabeza.
—Yo tampoco, si viene al caso.
Ella observó la puerta.
—Lo peor es que fue él quien
decidió estar aquí—ella suspiro.
Yerie llego tras ella y la atrajo a
su pecho, Leslie se giró y lo abrazó. Cerró los ojos y suspiró contra su pecho.
—Él no ha cambiado de opinión en
eso, eso lo sé.
—Entonces…
Yerie la apretó un segundo
suavemente y luego suspiró.
—Es esta…
Justo antes de que él pudiera
terminar la oración, se tensó. Leslie levantó su rostro confundida, y al verlo
observar algo sobre su cabeza se giró.
Una pequeña luz roja parpadeaba
sobre la puerta. No hacia ningún sonido, solo parpadeaba.
—¿Qué es… —no puedo terminar de
preguntar, unos segundos después se escuchó una sirena.
Yerie tomó su mano y la alejó de la
puerta enseguida, él llegó a la sala y encendió la televisión. Leslie se movió
un poco y llegó a una de las ventanas que daba a la calle. La gente se movía
rápidamente alrededor. Hombre rodeaban a las mujeres y las guiaban dentro de
sus casas. Ella observó la casa justo enfrente de ella, donde vio ingresar a
dos hombres y una mujer y un segundo después, como uno de ellos salía e
ingresaba rápidamente a un vehículo antes de partir. Minutos después ya no
había nadie en las calles.
Con la boca levemente abierta por
la sorpresa se giró, Yerie estaba sentado en el borde del sillón, observando
las noticias. Ella prestó atención. Un reportero se movía rápidamente por una
calle.
—¿Dónde está? —preguntó y caminó
hacia el sillón, se sentó al lado de Yerie.
—No es este pueblo —murmuró él —es
uno que está a una hora de aquí, al norte.
Leslie saltó cuando se escuchó una
explosión proveniente de la televisión. El hombre allí se detuvo y apuntó hacia
un edificio que se incendiaba.
—Mierda —murmuró Yerie.
Leslie lo observó sorprendida
enseguida, jamás lo había escuchado decir una grosería, y jamás pensó que justo
sería esa palabra. Al ver su expresión se olvidó del asunto y se concentró en
lo que pasaba en televisión.
—Es eso…
—Un hospital —murmuró él.
—¿Están atacando un hospital?
Él asintió y apretó la mandíbula.
—Yerie… —lo miró —¿qué está
pasando?
Él la miró enseguida, pero fue el
reportero el que contestó.
—…según algunos soldados, este
ataque fue hecho desde el interior del edificio, en la zona donde mantienen a
los presos que están heridos… —ella observó fijamente la televisión, al hombre
que hablaba y a los otros que corrían tras él.
—Quieren sacar a alguien —murmuró
Yerie.
Lo miró.
—Lo más probable es que deseen
liberar a algún de los presos, la poca información que tenemos es que habían un
grupo de cuatro hombres allí, uno de ellos ya había estado en prisión pero
debido a heridas auto infligidas tuvo que ser traído al hospital de emergencia.
—Él sabía que esto iba a pasar
—murmuró ella, Yerie asintió suavemente.
—Lo más probable —suspiró él.
Leslie observó la televisión y
soltó un suspiro tranquila al ver que el fuego estaba desapareciendo, el
reportero seguía hablando de los presos, sin informar realmente por qué estaban
allí.
Horas después, Leslie tenía su
cabeza apoyada en el muslo de Yerie. Ambos seguían observando las noticias, que
repetían el incidente o entrevistaba a diferentes hombres sobre lo sucedido.
Uno de ellos, el último, un hombre
de rostro duro y serio, informó lo preocupante de la situación. Al parecer
jamás habían tenido un ataque de esta índole, y eso quería decir que los
atacantes estaban cada vez más desesperados, ya no le importaba a quien
dañaban.
Ella se movió un poco y observó a
Yerie. Desde hacía horas que estaba tenso, ella sabía que él debía querer salir
y ver qué pasaba con sus propios ojos, era su trabajo.
—Si lo deseas puede ir a tu trabajo
—le dijo con calma, solo que no esperó que él se tensara a un más y casi
gritara.
—¡No!
Leslie se levantó enseguida y se
alejó de él, lo miró sorprendida. El solo hecho de oírle hablar en eso tonó
produjo que su cuerpo se tensara y preparara para lo peor, era como si algo se
hubiera encendido ante su reacción. Ambos se miraron fijamente sin saber que
decir. Leslie observó la sorpresa y arrepentimiento de Yerie por lo que hizo, y
quizás por su reacción. Se veía un tanto confundido.
Él tomó aire, cerró los ojos y
luego de unos segundos la miro.
—Lo siento —susurró él, se movió un
poco hacia ella pero se alejó.
Por un segundo ella se había
sentido asustada. Jamás había oído a Yerie hablarle así.
—Lo siento —repitió él y se alejó,
regresó a su lugar y pasó las manos por su rostro, se veía cansado y
avergonzado.
Leslie se obligó a relajarse. Solo
había sido una respuesta con demasiado energía, se dijo, nada más.
—Hermosa —dijo él, lo miró—, no
pretendía asustarte, es que no podría siquiera pensar en dejarte sola.
Ella lo observó unos segundos hasta
que asintió y se movió hacia él, Yerie la sentó sobre su regazo y la abrazo.
—Lo siento —murmuró él contra su
cabello.
—También lo siento, exageré
—murmuró ella, él la apretó contra su pecho unos segundos.
Permanecieron así hasta que las
noticias terminaron y decidieron comer algo. Horas después Leslie observaba la
ventana de su habitación. Yerie estaba acostado tras ella, abrazado a su
cintura. Como ella, sabía que él tampoco podía dormir. Ella le había preguntado por qué razón había
sonado una alama en este lugar si estaban en otro pueblo, él le contestó que
era por seguridad, en caso de que ese ataque fuera solo una distracción , así
todos estarían en sobre aviso.
No sabía porque él no podía dormir,
quizás porque Alex aún no regresaba, pero ella no lograba cerrar sus ojos
simplemente porque sabía que iba a tener pesadillas, unas que había creído
dejar atrás.
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