miércoles, 30 de julio de 2014

La fantasía de Leslie. Segunda parte, Capítulo 5.


Segunda parte
Capítulo 5
Cuando Leslie despertó la mañana siguiente descubrió que estaba sola. Un tanto confundida observó su habitación buscando alguna señal de Yerie, solo el hecho de ver la manta cubriéndola le dijo que él lo había hecho posiblemente antes de irse.
Sonriendo un poco se sentó en la cama, luego tomó aire y decidió que era hora de desayunar.
Al llegar a la cocina se congeló enseguida. Allí estaba Yerie y Alex, muy cerca y al parecer discutiendo en voz baja. El primero la miró y sonrió, aunque levemente forzado, el segundo ni siquiera la miró. Alex solo se movió por el lugar, arrojó un paño sobre la encimera y luego dejó la habitación.
Alex pasó a su lado como si ella fuera invisible. Sorprendida observó a Yerie enseguida. Él había hecho una mueca ante el gesto de su amigo.

—Lo siento, hermosa —él suspiró —no le hagas caso.
—No —susurró ella, ya no confundida, sino molesta —qué le he hecho para que me trate así.
—Hermosa… —comenzó Yerie, ella negó con su cabeza enseguida.
—No, no tengo porque aguantar esto.
Con eso se giró y salió al pasillo, vio justo a tiempo a Alex tomar su chaqueta y dirigirse a la puerta.
—Alex —lo llamó, se movió rápidamente hacia él, pero él la ignoro, abrió y salió de la casa. Ni siquiera miró hacia atrás cuando volvió a llamar. Solo cerró la puerta, dejándola allí sola, con la palabra en la boca.
Leslie apretó la mandíbula, sentí que su temperamento iba a salir pronto a flote con ese hombre, y lo quería, quería estar molesta con él, no herida, no triste.
—Leslie —murmuro Yerie, se giró para verlo.
Él se veía cansado.
—No entiendo —confeso.
Él negó con su cabeza.
—Yo tampoco, si viene al caso.
Ella observó la puerta.
—Lo peor es que fue él quien decidió estar aquí—ella suspiro.
Yerie llego tras ella y la atrajo a su pecho, Leslie se giró y lo abrazó. Cerró los ojos y suspiró contra su pecho.
—Él no ha cambiado de opinión en eso, eso lo sé.
—Entonces…
Yerie la apretó un segundo suavemente y luego suspiró.
—Es esta…
Justo antes de que él pudiera terminar la oración, se tensó. Leslie levantó su rostro confundida, y al verlo observar algo sobre su cabeza se giró.
Una pequeña luz roja parpadeaba sobre la puerta. No hacia ningún sonido, solo parpadeaba.
—¿Qué es… —no puedo terminar de preguntar, unos segundos después se escuchó una sirena.
Yerie tomó su mano y la alejó de la puerta enseguida, él llegó a la sala y encendió la televisión. Leslie se movió un poco y llegó a una de las ventanas que daba a la calle. La gente se movía rápidamente alrededor. Hombre rodeaban a las mujeres y las guiaban dentro de sus casas. Ella observó la casa justo enfrente de ella, donde vio ingresar a dos hombres y una mujer y un segundo después, como uno de ellos salía e ingresaba rápidamente a un vehículo antes de partir. Minutos después ya no había nadie en las calles.
Con la boca levemente abierta por la sorpresa se giró, Yerie estaba sentado en el borde del sillón, observando las noticias. Ella prestó atención. Un reportero se movía rápidamente por una calle.
—¿Dónde está? —preguntó y caminó hacia el sillón, se sentó al lado de Yerie.
—No es este pueblo —murmuró él —es uno que está a una hora de aquí, al norte.
Leslie saltó cuando se escuchó una explosión proveniente de la televisión. El hombre allí se detuvo y apuntó hacia un edificio que se incendiaba.
—Mierda —murmuró Yerie.
Leslie lo observó sorprendida enseguida, jamás lo había escuchado decir una grosería, y jamás pensó que justo sería esa palabra. Al ver su expresión se olvidó del asunto y se concentró en lo que pasaba en televisión.
—Es eso…
—Un hospital —murmuró él.
—¿Están atacando un hospital?
Él asintió y apretó la mandíbula.
—Yerie… —lo miró —¿qué está pasando?
Él la miró enseguida, pero fue el reportero el que contestó.
—…según algunos soldados, este ataque fue hecho desde el interior del edificio, en la zona donde mantienen a los presos que están heridos… —ella observó fijamente la televisión, al hombre que hablaba y a los otros que corrían tras él.
—Quieren sacar a alguien —murmuró Yerie.
Lo miró.
—Lo más probable es que deseen liberar a algún de los presos, la poca información que tenemos es que habían un grupo de cuatro hombres allí, uno de ellos ya había estado en prisión pero debido a heridas auto infligidas tuvo que ser traído al hospital de emergencia.
—Él sabía que esto iba a pasar —murmuró ella, Yerie asintió suavemente.
—Lo más probable —suspiró él.
Leslie observó la televisión y soltó un suspiro tranquila al ver que el fuego estaba desapareciendo, el reportero seguía hablando de los presos, sin informar realmente por qué estaban allí.
Horas después, Leslie tenía su cabeza apoyada en el muslo de Yerie. Ambos seguían observando las noticias, que repetían el incidente o entrevistaba a diferentes hombres sobre lo sucedido.
Uno de ellos, el último, un hombre de rostro duro y serio, informó lo preocupante de la situación. Al parecer jamás habían tenido un ataque de esta índole, y eso quería decir que los atacantes estaban cada vez más desesperados, ya no le importaba a quien dañaban.
Ella se movió un poco y observó a Yerie. Desde hacía horas que estaba tenso, ella sabía que él debía querer salir y ver qué pasaba con sus propios ojos, era su trabajo.
—Si lo deseas puede ir a tu trabajo —le dijo con calma, solo que no esperó que él se tensara a un más y casi gritara.
—¡No!
Leslie se levantó enseguida y se alejó de él, lo miró sorprendida. El solo hecho de oírle hablar en eso tonó produjo que su cuerpo se tensara y preparara para lo peor, era como si algo se hubiera encendido ante su reacción. Ambos se miraron fijamente sin saber que decir. Leslie observó la sorpresa y arrepentimiento de Yerie por lo que hizo, y quizás por su reacción. Se veía un tanto confundido.
Él tomó aire, cerró los ojos y luego de unos segundos la miro.
—Lo siento —susurró él, se movió un poco hacia ella pero se alejó.
Por un segundo ella se había sentido asustada. Jamás había oído a Yerie hablarle así.
—Lo siento —repitió él y se alejó, regresó a su lugar y pasó las manos por su rostro, se veía cansado y avergonzado.
Leslie se obligó a relajarse. Solo había sido una respuesta con demasiado energía, se dijo, nada más.
—Hermosa —dijo él, lo miró—, no pretendía asustarte, es que no podría siquiera pensar en dejarte sola.
Ella lo observó unos segundos hasta que asintió y se movió hacia él, Yerie la sentó sobre su regazo y la abrazo.
—Lo siento —murmuró él contra su cabello.
—También lo siento, exageré —murmuró ella, él la apretó contra su pecho unos segundos.
Permanecieron así hasta que las noticias terminaron y decidieron comer algo. Horas después Leslie observaba la ventana de su habitación. Yerie estaba acostado tras ella, abrazado a su cintura. Como ella, sabía que él tampoco podía dormir.  Ella le había preguntado por qué razón había sonado una alama en este lugar si estaban en otro pueblo, él le contestó que era por seguridad, en caso de que ese ataque fuera solo una distracción , así todos estarían en sobre aviso.

No sabía porque él no podía dormir, quizás porque Alex aún no regresaba, pero ella no lograba cerrar sus ojos simplemente porque sabía que iba a tener pesadillas, unas que había creído dejar atrás.

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