Cuarta parte
Capitulo 9
Leslie estaba cansada.
Cansada de siempre dudar, de
preguntarse si los demás la querían en verdad, de por qué estaban a su lado.
Incluso había dudado en un principio con Bárbara, Jenna y Anais, y solo con el
paso del tiempo logró ver que ellas en verdad la consideraban y trataban como
su verdadera amiga.
Ahora, solo deseaba dejar de dudar
de Alex y Yerie, estaba decidida a dejar de hacerlo. Por eso tenía que hablar
con ellos otra vez, averiguar que sentían por ella, sin importarle la respuesta
que podían darle, bueno o mala. Solo así estaría por fin en paz.
Y por todo esto, había maquinado un
simple plan, una parte de ella creía que no era buena idea, ya habían hablado
de eso, lo habían aclarado, pero solo así ella creía que ellos le confesarían
realmente lo que sentían por ella.
Luego de cumplir 24 horas en esa
habitación tenía un plan, uno un poco malvado, pero uno al fin.
Cuando la puerta se abrió suspiró
al ver a Yerie y Alex ingresar, ambos la miraron enseguida y llegaron a su lado
para abrazarla. Volvió a suspirar cuando se sintió rodeaba, cubierta, otra vez
por ese capullo.
—Oh hermosa —susurró Yerie —no
sabes como de preocupados estábamos.
Ella tragó y lo miró. Antes de que no
pudiera alejarse de ellos o actuar dio un paso hacia atrás. Se alejó de ambos y
se cruzó de brazos. Estos la miraron confundidos.
—Tenemos que hablar —murmuró ella.
—Claro —dijo Alex —pero primero
salgamos de aquí, no es bueno…
Ella negó con la cabeza y él se
cayó.
—No, aquí es un buen lugar —ella
apuntó la cama. Ambos hombres se sentaron y se miraron entre sí.
—Sé que hablamos de esto pero debo
estar segura, es importante para mí—. Estaba nerviosa y eso hacía que le
temblara un poco la voz.
Ellos esperaron.
—Ustedes aceptaron ser mis
asignados para poder estar juntos —les dijo a ambos.
Ella esperó, tensa. Ambos se
observaron entre si unos segundos. Más confundidos que antes, perdidos. Hasta
que Yerie quiso ponerse de pie y llegar a ella. Lo detuvo y él regresó a la
cama.
—Leslie —dijo Yerie —ya hemos
hablado de esto.
Leslie negó con su cabeza.
—Solo díganmelo —pidió.
Yerie observó a Alex y luego a
ella.
—¿Por qué deseas hacerte este daño?
—soltó Alex, se veía molesto. Ella tragó más nerviosa aun. Quizás se estaba
pasando un poco.
—Porque quiero la verdad, solo eso.
Alex negó con su cabeza y se cruzó
de brazos.
—Esto no es necesario, debes seguir
adelante, dejar de preocuparte de una vez…
—No —soltó un poco molesta —solo
díganmelo.
Todo, pensó ella. Luego
miró a Yerie.
—Ustedes aceptaron ser mis
asignados para poder estar juntos —dijo, no preguntó.
Yerie asintió suavemente.
—Yerie —gruñó Alex molesto.
Leslie cerró los ojos un segundo, más
herida de lo que esperó por esa afirmación. Lo sabía, sabía que había sido así
y ellos se lo explicaron, aun así dolía.
—Alex —lo llamó, él la miró luego
de unos segundos, avergonzado y triste.
—Sí.
Jadeo y observó el piso.
—¿Le preguntaron a alguien más
sobre mí?
—Ya es suficiente —dijo Alex. Este
se puso de pie —qué es esto, ya hablamos de porque estamos aquí, contigo, te lo
explicamos, tú nos creíste. Por qué…
—Solo dímelo —pidió en un susurró y
observó su expresión fijamente.
—¿Quieres hacerte daño? —dijo él y
dio un paso en su dirección, Yerie
agarró su brazo para detenerlo, Alex solo la observó —sí, Leslie, se les
preguntó a cuatro hombres.
—Solo ustedes aceptaron —susurró
ella.
—Sí —confirmó Alex —solo nosotros.
Ella asintió suavemente y pasó una
mano por su cabello.
Bien, punto uno aclarado, pensó, vamos por el dos.
—Así que se les preguntó a cuatro
hombres y solo ustedes aceptaron porque vieron una oportunidad aquí.
Ella observó a Alex a los ojos.
—A pesar de que tu hermano me rechazo
por no poder concebir.
—No te atrevas —soltó él sorprendiéndola.
—Leslie —susurró Yerie acongojado.
—Mi hermano eligió tener una vida
miserable, y de paso, hacer la de los demás un infierno —él negó con su cabeza —no te
atrevas a pensar que lo que él pudo haber dicho era la verdad, o que nosotros
pensamos como él —él dio un paso hacia ella —no busques algún motivo para alejarte
Leslie, yo no te lo voy a dar.
—Pero es la verdad no —dijo, sonrió
sin humor —ustedes se aman lo suficiente para hacer algo así, buscaron una
oportunidad y al verla se aprovecharon de ella.
Alex cerró los ojos un segundo.
—No nos aprovechamos, Leslie —dijo
Alex y lo miró.
Ninguno dijo nada más.
—Está bien —intentó tranquilizarlos
y tranquilizarse a sí misma.
Ahora quería saber que sentían por
ella, ellos ya se amaban, era la hora de saber si ella podía entrar en ese
amor, ser parte de él. Cuando levantó la cabeza se congeló al ver a Alex en
frente de sí.
—No nos aprovechamos —susurró él
—no lo veas de esa forma.
Ella comenzó a negar un poco
intimidada, Alex tomó su rostro con ambas manos, la obligó a mirarlo.
—Debes entender —dijo él suavemente
—solo lo vimos como una oportunidad de completar nuestra familia. No niego que
pensé que de esta forma podríamos estar juntos, pero no hubiera sido lo mismo
si tú no estuvieras aquí. Leslie —susurró él —siempre he sabido que Yerie sería
parte de mi vida, pero también siempre he sabido que algún día una mujer me
completaría.
Leslie lo observó sus ojos.
Congelada en su sitio.
—Que ame a Yerie no quiere decir
que no te ame a ti—. Ella dejó de respirar al oírlo.
Amarme, pensó.
—Y es gracias a ti que somos una
familia, que podemos estar juntos, sin ti nada de esto sería posible.
—Pero ustedes…
—Nos habrían asignado a alguien,
separándonos y no habríamos podido hacer nada —murmuró Yerie, él se acercó —es
gracias a ti que sabemos que eso jamás acabara.
Él acarició su rostro.
—Leslie, hermosa, tu no fuiste una
salida para nosotros. Llegaste para mantenernos juntos, para formar una familia
por fin, contigo aquí estamos completos.
Ella tragó y observó a Alex, él
asintió.
—Debes creernos —susurró él y
depositó un suave beso en sus labios —eres lo que nos faltaba para estar
completos, sin ti esto no sería igual, nunca hubiera sido así.
Leslie se estremeció y ocultó su
rostro contra el pecho de Alex. Sintió el cuerpo de Yerie cubrirla por detrás y
también abrazarla. Volví a estremecerse al saber y sentir que estaba entre los
dos. Que ambos la sostenían, la cuidaban, incluso que la amaban. Y eso era más
de lo que había querido saber. Le hubiera sido suficiente con un estamos comenzando a tomarte cariño. En
vez de eso obtuvo un te amo.
Ellas también los amaba, y no como
otras veces que había creído estar enamorada. Lo que sentía por ellos calentaba
su corazón y tenía la capacidad de destruirla si no hubiera sido correspondida.
Los amaban a ambos y quería formar una familia, para siempre, con ellos. Ahora
estaba más que segura.
Al pensar en eso Leslie sintió que
algo entraba en su vientre, como si algo la hubiera empujado suavemente y
sacado el aire de sus pulmones. Se inclinó en dirección a Alex, quien la afirmó
de la cintura. Ella jadeo cuando sintió que su cuerpo se calentaba por unos
segundos antes de regresar a la normalidad.
Escuchó a Alex tomar aire
sorprendido al igual que a Yerie.
Unos segundos después, Alex la
acomodó con suavidad sobre una silla, luego se sentó en otra. Yerie llegó a un
lado y también se sentó. Los tres suspiraron como uno.
—¿Qué fue eso? —preguntó un tanto
asustada.
Ambos la miraron, Alex tomó aire y
lo liberó, luego extendió su mano y acarició su rostro. Leslie sintió que algo
pasaba por los dedos de Alex hacia ella, como una extraña sensación que la
invadió de repente. Lo miró sorprendido hasta que unos segundos después él alejó
su mano con la misma expresión.
—¿Qué fue eso? —preguntó él.
—Qué —dijo Yerie —¿qué pasa?
—No lo sé —dijo ella —algo paso
cuando me tocaste —miró a Alex. El asintió y observó sus dedos.
Leslie arrugó su frente y lo imitó,
tocó su rostro y lo acaricio un poco. Enseguida sintió que algo entraba en
ella, solo que esta vez era como algo revuelto.
Es como sentir confusión,
pensó ella.
Rápidamente dejó de tocar a Alex y
tocó el rostro de Yerie. Él también tenía esa sensación de confusión, pero
había algo más allí, como curiosidad.
Leslie jadeo y alejó su mano, la
observó unos segundos hasta que recordó.
—¿Qué pasa cuando te vinculas con
alguien? —los hombres la miraron enseguida.
—Surge algún tipo de conexión mágica
entre ellos, alguna habilidad entre los la mujer y los asignados que solo podrán
utilizar entre si —soltó Yerie antes de observar su mano, luego la miró y sonrió
enseguida, volvió a tocarla.
—Eso sería alegría —él rió y ella
sintió que su propia alegría aumentaba un poco.
—¿Qué? —preguntó Alex, Yerie tocó
su rostro y él abrió mucho los ojos.
—No lo ves, tú eres el médico —él
rió y Leslie sonrió aun mas, incluso Alex sonrió un poco —nos hemos vinculado,
podemos compartir nuestras emociones.
—¿Cómo lo sabes? —preguntó ella
enseguida.
Alex suspiró y lo miró.
—Sus padres tienen esa habilidad
—lo miró.
—¿Ellos compartían eso contigo? —él
negó.
—No, esto solo pasa entre los
asignados, pero mi madre me lo explicó una vez, creo que es lo mismo.
Él tocó su mano y depositó un beso
en su palma. Ella tomó aire suavemente al sentir que algo caliente ingresaba en
ella, algo que la inundo por completo. Al ver que él sonreía como si nada y
luego tocaba a Alex sonrió, Alex también cambio su expresión al sentirlo. Notó
enseguida como sus ojos se volvían más oscuros por el deseo. Un tanto divertida
también toco el rostro de Alex, quien gimió.
—Ustedes me van a matar —murmuró
él, su voz estaba más ronca.
—Como si no te gustara —bromeo
Yerie.
Leslie rió y luego los abrazo a
ambos, estos rieron y la envolvieron enseguida. Al sentir sus dedos contra su
piel se estremeció, porque fue invadida con la doble de calidez y deseo. Ella
gimió y giró su rostro hacia Alex quien la besó enseguida. Yerie se adueñó de
su cuello, depositó besos de arriba abajo lentamente.
—Los amo —susurró contra la boca de Alex. Él gimió y
la besó con más desesperación. Luego unas manos la alejaron con cuidado y la
hicieron girar un poco. Yerie también se adueñó de su boca —los amo —volvió a
decir.
—Nosotros igual te amamos cariño
—murmuró Alex en su oído, se estremeció —a ambos —susurró él.
—Lo sé —dijo ella y sonrío —estoy
segura de que también me aman —miró a uno y luego a otro —como se aman entre
ustedes.
Yerie se alejó para verla y luego besó
a Alex.
Leslie suspiró al verlos y luego
sonrío. Eran como un triángulo amoroso, y en el buen sentido, pensó divertida.
Ambos la miraron al oírla reír y volvió a abrazarlo.
Rió contra ellos sin poder
evitarlo. Estaba más que feliz.
—Basta —murmuró Alex, lo
miraron—quiero salir del hospital, por mucho que sea médico me merezco estar
lejos de este lugar unos días.
Yerie y ella asintieron y lo
siguieron fuera de la habitación y del edificio, de regreso a su hogar.
***
Unas horas después ella estaba
entre los brazos de Yerie. Ambos observaban a Alex moverse en la cocina, solo
como siempre. Ella suspiró y sonrío suavemente, los dedos de Yerie recorrieron
sus brazos de arriba abajo lentamente.
—Estas contenta —murmuró él contra
su oído.
—Tu igual —le respondió a sentir su
alegría en la punta de sus dedos.
Hacía apenas unas horas que
obtuvieron esa extraña habilidad, la de sentir y compartir emociones, y ya
habían experimentado con ella, con las partes más dulces.
Ella volvió a reír entre los brazos
de Yerie y él observó a Alex. Cuando tuvo una idea lo miró enseguida.
—¿Quiero un perro? —ambos la
miraron enseguida, sorprendidos.
—Un perro —murmuró Alex, como si
intentara imaginar algo así.
—Sí, que gustaría tener uno,
siempre lo he querido pero nunca había tenido el tiempo para cuidarlo.
Ella observó a Yerie un segundo y
luego a Alex.
—¿Si? —preguntó suavemente.
Yerie rió y la apretó contra si un
segundo, lo miró.
—Puedes tener lo que desees—. Ella
sonrío abiertamente, ambos miraron a Alex.
—Bueno, creo que ya tomaron la
decisión —él se acercó a ambos y sonrío.
Leslie casi suspiró al verlo
sonreír, le gustaba mucho cuando hacia eso.
—Así que adelante —continuó
—tengamos un perro.
Ella rió y lo atrajó para besarlo,
luego se giró hacia Yerie para darle el mismo trato. Antes de que Alex se
alejara lo agarró de su chaqueta y lo empujo levemente hacia Yerie, quien
sonrío enseguida. Luego de besarlo la miró y alzó una ceja.
—Pervertida —le susurró en su oído,
besó su cuello y más abajo.
Ella volvió a reír antes de
estremecerse.
—La cocina —susurró.
Alex se alejó enseguida con una
maldición y corrió hacia la estufa.
Ambos se rieron mientras lo veían.
—¿Quieres ayuda? —preguntó Yerie.
Ambos sabían su respuesta.
Alex los miró y alzó una ceja.
—Claro —se sorprendieron y él
sonrío —hagan una ensalada mientras acabo.
Leslie observó a Yerie, quien la
miraba igual de sorprendido.
—El hombre quiere que le ayudemos
—dijo él. Asintió.
—Hagámoslo antes de que se
arrepienta.
Riendo comenzar a ayudarle. Leslie
suspiró y pensó que solo le faltaba una cosa para que todo fuera perfecto,
quitó ese pensamiento de su cabeza. Las cosas ya eran así, y no había nada que
hacer. Ellos eran su familia y la amaban de igual manera. Tenía más de lo que
jamás espero tener, estaba muy feliz por ellos, además de tranquila y segura.
Yerie la observó y le sonrío, luego
a Alex que refunfuñaba contra la cocina.
Si, pensó, su vida allí no podía ser mejor.
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