lunes, 25 de agosto de 2014

Alex y Yerie (Relación MM) - Relatoc cortos, Serie Nuevo Edén.


Serie nuevo Edén
Relatos cortos
Yerie tenía 5 años la primera vez que se encontró con Alex, él era unos meses mayor así que ambos estaban en el mismo grupo de estudiantes.  Él observó al niño de cabello negro mirar alrededor como si buscara algo hasta que se encontró con él, casi saltó al verse sorprendido espiándolo. Y se puso aún más nervioso al observarlo soltar la mano de su madre y caminar en su dirección como si nada.
Cuando él se detuvo delante y sonrío Yerie volvió a sorprenderse.
Es como un ángel, pensó.
—Yo soy Alex—dijo el apuntándose con una mano—ellos son mis papas y mi mama—luego apunto detrás de él, aunque Yerie no miro.
—Yo… —él se puso nervioso.

—Vamos, cariño —le dijo su madre que estaba justo a su lado—, preséntate con él.
—Yo soy Yerie —murmuro al fin y miro el piso un segundo.
—Ven —le dijo Alex y agarro su mano, casi lo arrastro hacia los juegos frente al salón de clases. Yerie lo miro sorprendido—, vamos a jugar, de ahora en adelante seremos los mejores amigos.
Yerie solo le quedo asentir, porque no podía decir otra cosa, y porque sabía que el seria su amigo el resto de su vida.
Casi 10 años después Yerie estaba aterrado de ver a Alex, su mejor amigo. Había soñado con él, y no que hablaban y jugaban y esto hacia que su estómago se hiciera nudos dolorosos.
No quería ver a Alex, quizás el notara lo que paso, se diera cuenta de que él, un hombre, había tenido sueños eróticos con otro, que resultaba ser justo su mejor amigo. Y si Alex lo sabía, estaba muy seguro de que lo golpearía antes de decirle que no quería volver a tenerlo cerca.
Tenía que pensar en otra cosa, se dijo Yerie, no en lo que soñó o lo que sintió al despertar. Dioses, pensó, si incluso había metido él las sabanas en la lavadora por la vergüenza.
—Esto no está bien —susurró y se sentó delante de su escritorio.
Un hombre no tiene esos sueños con su amigo, él no podía pensar así, sentirse así. Quizás solo fue un error, estaba en la adolescencia de todas maneras, algo dentro de él debió haber funcionado mal durante la noche, por eso en vez de soñar con una mujer como debería soñó con él. Porque… porque a él no podían gustarle los hombres, claro que no.
Molesto se puso de pue y salió de la casa, decidido a demostrarse que él no sentía esa clase de cosas. Se detuvo en una de los parques y observo discretamente a varios hombres y chicos allí, pero nada paso, siquiera un pensamiento errante, solo tenía deseos de jugar con ellos como lo hacían pero nada más, además ya se sentía raro mirándolos.
Regresó a su casa lentamente, y cuando ingresó y llegó su habitación casi jadeo.
Alex estaba allí, como muchas otras veces, sentado tras su escritorio observando un libro con tranquilidad. A allí si lo examino con más confianza, sin quererlo en verdad. Se fijó en su rostro elegante, su cabello negro y un poco largo, la línea de su mentón y su espalda inclinada hacia adelante. Él era un poco más alto que Yerie, pero casi eran iguales en contextura física.
Y justo allí lo sintió, sus pantalones se sintieron muy apretados de repente. Yerie soltó una grosería que hizo girar a Alex en su dirección.
—Qué te pasa, hombre —soltó Alex divertido.
—Nada —dijo con demasiado energía, tomó aire y se movió a su cama para sentarse y ocultar su erección —solo estoy cansado.
Alex alzó una ceja.
—¿Pesadillas?
—Si —murmuró —pesadillas.
—Mm, bueno, hagamos esta tarea luego quieres, así podremos jugar con los demás en el parque.
Yerie casi gimió y solo hizo una meca cuando Alex le dio la espalda. Él no iba a ser capaz de jugar a nada con Alex cerca.
—No sé si vaya —Alex volvió a mirarlo y alzo una ceja—, solo estoy cansado —tomó su libreta y la puso sobre sus piernas —trabajemos mejor.
Alex lo observó unos segundos fijamente. Justo ahora odio eso, pensó Yerie, siempre observaba a la gente así.
—Bien, como quieras —dijo su amigo y ambos se pusieron a trabajar.
Tengo un pequeño problema, pensó Yerie, y ojala solo sea temporal.
Pero no lo fue.
Fue a los 20 años, cuando ambos estaban en la habitación de Alex, solos, porque no había nadie en la casa y no lo habría por unos días, que Yerie se llevó una gran sorpresa.
Cando llegó a la casa de Alex con una mochila en su mano Yerie observó alrededor. Alex lo había invitado a quedarse unos días porque sus padres habían salido de viaje y sus hermanos ya no Vivian allí. Él decidió aceptar solo para estar más cerca de él, y aunque eso le sonaba patético era lo más que tendría con su mejor amigo, por mucho que estuviera enamorado de él sabía que más allá de una amistad su relación siempre sería igual.
—Alex —gritó Yerie y no tuvo respuestas. Arrugó su frente y llegó al segundo piso, caminó hacia la habitación de su amigo y tocó la puerta antes de entrar.
Arrugó su frente al no verlo.
—Alex —murmuró e ingresó, la puerta del baño estaba abierta y se oía la ducha.
Yerie tragó al saber que Alex estaba allí y sus piernas se movieron por propia voluntad en esa dirección. Si había visto desnudo a Alex, más de un par de veces pero lo evitaba en realidad. Ya soñar con él lo torturaba mucho para además agregarle esas escenas en su vida.
Solo que justo en ese momento, se olvidó de todo eso y solo llego a la puerta del baño entre abierta. Se congeló cuando el reflejo en el espejo le mostro a Alex de espalda y desnudo bajo la ducha. Observó los músculos moverse con suavidad y tragó, luego casi gimió, ahora tenía una erección.
Yerie apretó sus manos contra su pantalón para no tocarse.
Esto es muy malo, pensó.
Debo irme, se dijo, y justo cuando se giraba lo oyó. Alex gimió. Yerie abrió mucho los ojos y volvió a observar a su amigo que ahora estaba de lado, con una mano en la pared de la ducha y la otra más abajo, y añuque no podía verlo sabía lo que hacía.
Alex se estaba masturbando en la ducha, a menos de dos metros de él.
Cuando su amigo volvió a gemir él se tensó para evitar hacer lo mismo. Oh Dioses, pensó, tenía que alejarse de él, de allí, si Alex lo veía, estaría en serios problemas. Pero no podía, no podía moverse, su cuerpo ya no le hacía caso, y menos su mano que justo estaba ahora sobre su erección.
Alex volvió a gemir mientras su respiración se volvió más rápida. Yerie estudio su rostro, la expresión que mantenía, como separaba levemente los labios para respirar mejor, e imaginando que eso era lo más que vería, casi salto fuera de su piel cuando Alex alzo el rostro y se encontró con su mirada en el espejo.
Yerie pasó por todos los colores, desde el rojo al pálido.
Ninguno se movió.
Alex solo continuo allí, tocándose sin perderlo de vista, Yerie sentía que no podía moverse, que él lo tenía atrapado justo en ese lugar. Y en contra de lo que había pensado también se tocó por sobre el pantalón, jadeo levemente y Alex volvió a gemir. Fueron tres segundos después que Yerie vio a Alex alcanzar su liberación, y él gimió cuando le pasó lo mismo sin querer.
Yerie abrió los ojos luego de recuperarse y miró al espejo. Alex también lo observaba, solo que ahora más despierto, y tanto, que la sorpresa en su cara era evidente. Él volvió a palidecer y se giró para salir huyendo de allí.
—Yerie —gritó Alex al notar que corría lejos. No se detuvo a verlo.
Yerie solo huyo de esa habitación y Alex lo más rápido que puso. Escuchó a Alex volver a llamarlo pero no le importo. Fue antes de llegar a la escalera que sintió el cuerpo de Alex tras el suyo y uno de sus brazos rodeándolo para detener su huida.
Ambos se congelaron y respiraron con agitación.
Yerie tomó aire tres veces entes de hablar, lo mejor que pudo.
—Lo siento —se limpió la garganta —no quería… no pretendía… solo fue un accidente, no volverá a pasar.
Intentó alejarse de Alex pero este no lo soltó.
—Que fue un accidente —dijo Alex, tenso, con esa voz baja que lo hacía estremecerse —verme en la ducha, observarme mientras me masturbaba, que te corrieras cuando yo lo hice.
Yerie se quejó y otra vez lucho contra él, Alex apretó su agarre con ambos brazos, de paso pegándolo más a su cuerpo, que Yerie notó estaba húmedo y desnudo.
—Alex —dijo —ya me disculpe, no volverá a pasar, no sé porque lo hice si, ahora déjame ir, no quiero pelear contigo.
Alex soltó un bufido.
—No hasta que me digas que hacías en mi habitación.
—Te buscaba—dijo molesto.
—Y si te diste cuenta de que me duchaba porque no me esperaste abajo—Yerie enrojeció.
—Solo… no… no lo sé —volvió a moverse y esta vez logro alejarse de Alex, se giró para verlo.
Tragó, sí estaba desnudo aun, todo mojado, y para su sorpresa con una erección. Observó su cara y notó que Alex se veía divertido.
—¿Te gusta lo que ves?
Yerie borró la expresión de su rostro y lo miró molesto.
—Te estas burlando de mi —Alex arrugo su frente—ya dije que lo sentía, es mejor que me vaya a mi casa.
—Yerie —dijo Alex mientras se giraba —Yerie —insistió su amigo y otra vez lo afirmo.
Solo que esta vez agarró su brazo y lo empujó contra la pared. Yerie se aprendió al verlo y tenerlo tan cerca.
—Hace años que me he preguntado algo —murmuró Alex.
Yerie solo trago nervioso.
—¿Qué estás haciendo? —murmuró.
—Quiero saber que se siente besar.
Yerie apretó la mandíbula.
—sabes que podrás experimentar eso con una mujer en la tierra cuando vayamos…
—No me refería a eso, me exprese mal, quiero decir que quiero saber que se siente besarte, a ti —abrió la boca si saber que decir —así que voy a hacerlo.
—Qué.
—Voy a besarte Yerie —lo miró a los ojos —dime si no lo desea, porque si es así no lo haré.
No fue capaz de decirle que no, o si, solo se quedó allí esperando.
—Bien —murmuró Alex antes de unir su boca a la suya.
Yerie gimió ante la caricia. Alex se alejó enseguida sorprendido, pero un segundo después volvió a besarlo, con torpeza pero confianza.
Alex afirmó su cabeza con una mano y lo besó con suavidad primero y luego con intensidad. Ambos volvieron a gemir, y más cuando Yerie abrazo a Alex y recorrió su espalda con sus manos.
Dioses, pensó él, estoy soñando.
Cuando Alex se alejó jadeo y lo miro a la cara.
—Hace mucho tiempo que quería hacer eso —murmuró Alex.
—Enserio —dijo el, Alex asintió y lo vio sonrojarse un poco, sonrío con suavidad —yo también.
Se miraron a los ojos antes de que ambos volvieron a sonreirá y besarse.
—Ven —murmuró Alex y llevo a Yerie a su habitación.
—Alex, yo… —este lo miró y se calló—, está bien —termino por decir, Alex sonrío y siguió caminando.
Allí se miraron de pies a cabeza, Yerie estaba completamente nervioso, porque sabía lo que iba a pasar y las consecuencias de eso, lo que significaría para los dos.
—Esto… —murmuró él.
Alex negó con su cabeza.
—Pensaremos en ello cuando pase—lo tranquilizo, Yerie asintió—yerie, sino quieres esto lo entiendo, quizás voy muy rápido pero hace mucho tiempo que he deseado…
—Yo también —se adelantó, Alex lo estudio.
—¿Si? —preguntó —pero es a mi o a otro hombre.
Yerie se sonrojo y al verlo sonreír alzo una ceja.
—A ti —arrugó su frente —pero solo a ti, nunca a otro hombre.
Lo cual lo confundía un poco. Alex se rió entre diente y lo miró enseguida.
—Ya somos dos —confeso —pero esto solo me pasa cuando te tengo a ti cerca —él apuntó su erección pero ahora si se dio el lujo de mirar  con confianza —no con otros hombres.
Yerie caminó hacia él y sonriendo cayo de rodillas, Alex lo miró sorprendido.
—He soñado con esto en verdad —murmuró antes de quitarse su camiseta y tocarlo.
Alex jadeo y luego gimió enseguida haciéndolo sonreír.
Yerie lo toco con curiosidad, además de así mismo nunca había tocado el pene un hombre, y se sorprendía de las diferencias que habían. Alex era más ancho que él y su piel estaba igual de caliente y dura que la suya. Siguió acariciándolo mientras sentía que su propio sexo se levantaba, y levanto la cabeza para observar a Alex cuando lo oyó gemir otra vez. Este lo observaba con los parpados entrecerrados y los labios separados. Se estremeció levemente ante su expresión. Luego sonrió como si nada y para sorpresa de él y Alex lo llevó a su boca.
Ambos gimieron, Alex por su acto y el por su sabor. Aunque se sintió extraño Yerie siguió acariciando, chupando y lamiendo el sexo de Alex, y solo unos segundos después su amigo termino por correrse en su boca, ahora sorprendiéndolo a él.
Cuando se alejó unos segundos después Alex cayó sentado sobre su cama, respirando con dificultad. Yerie los estudio unos segundos hasta que se puso de pie. Alex lo miro.
—Lo siento —jadeo suavemente—, no pude siquiera avisarte, debí haberme retirado.
Él se encogió de hombros.
Si había sido raro que se corriera en su boca, pero no desagradable en sí.
—No te preocupes, no fue tan malo —Alex se rio enseguida como si sus palabras fueran muy graciosas, solo lo miro.
—Ven aquí —dijo este y se acercó.
Alex se levantó un poco y comenzó a quitarle la ropa. Cuando estuvo desnudo lo estudio antes de tocar su pecho y más abajo. Yerie gimió cuando lo agarro con una mano como él lo había hecho.
—Eres más largo que yo —murmuró Alex, Yerie se rio entre dientes al oírlo y lo miró. Alex volteo sus ojos y volvió a acariciarlo, se estremeció y se mordió el labio —se siente bien no —fijo su amigo, asintió enseguida.
Luego lo vio llevar su mano libre a su muslo y subió hasta agarrar sus testículos con suavidad. Esta vez gimió abiertamente y movió sus caderas contra él. Yerie se afirmó del hombro de Alex mientras lo acariciaba.
—Me voy a… —jadeo y si se corrió, justo cuando Alex lo llevaba a su boca y lo chupaba con fuerza —Dioses —gruñó mientras se corría.
Al acabar se dejó caer a la cama, a lado de Alex y se quejó. Abrió los ojos para ver que Alex lo estudiaba abiertamente.
—Te gusta lo que vez —murmuró. Alex lo miró y sonrió como si nada.
—Sí, y mucho —soltó con bastante facilidad.
Yerie se sonrojó y él sonrió aún más.
Alex se recostó a su lado y ambos miraron el techo.
—Y que haremos ahora —murmuro.
—Intentar y probar otras cosas —dijo Alex—, porque hay un lugar en el cual me quiero meter —lo miró con los ojos muy abiertos —y uno al cual tú te vas a meter —ahora abrió la boca —pero lo haremos en un rato más.
Yerie sacudió su cabeza para borrar todos los pensamientos que se le vinieron a la mente al oírlo.
—Me referida a esto de nosotros, que va a pasar…
—Seguiremos siendo amigo —Alex arrugó su frente—, además de pareja.
—¿Qué? —jadeo Yerie.
—¿No quieres? —Alex arrugo aún más su frente.
—Sí quiero —soltó sin pensarlo, Alex sonrió y se relajó —pero sabes que solo lo seremos hasta que…
Alex suspiró y asintió.
—Lo sé —aseguro —hasta el día que uno de nosotros se asignado a una mujer.
Yerie volvió a recostarse y meditó.
Él sí quería ser asignado a una mujer, quería tener una familia como la suya, amar a una mujer y sus hijos, incluso a los otros asignados que ella pudiera tener, pero ahora, justo ahora que sabía que lo que sentía por Alex era más que una simple amistad, ya no sabía que pensar.
—No te preocupes por eso —murmuró Alex y paso un brazos por su pecho, lo miró —lo veremos cuando suceda, solo disfrutemos de esto.
Yerie suspiro y asintió. Luego gimió cuando Alex lo besó y volvió a tener una erección.
—Ahora —murmuró Alex contra su boca —quiero hacerlo de nuevo.
Se quejó y jadeo cuando Alex bajó a su sexo para llevarlo a su boca enseguida. Ya se preocuparía del futuro en otra ocasión, ahora solo quería sentir a Alex contra él y nada más.

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