Serie nuevo Edén
Relatos cortos
Yerie
tenía 5 años la primera vez que se encontró con Alex, él era unos meses mayor así
que ambos estaban en el mismo grupo de estudiantes. Él observó al niño de cabello negro mirar
alrededor como si buscara algo hasta que se encontró con él, casi saltó al
verse sorprendido espiándolo. Y se puso aún más nervioso al observarlo soltar
la mano de su madre y caminar en su dirección como si nada.
Cuando
él se detuvo delante y sonrío Yerie volvió a sorprenderse.
Es como un ángel, pensó.
—Yo
soy Alex—dijo el apuntándose con una mano—ellos son mis papas y mi mama—luego
apunto detrás de él, aunque Yerie no miro.
—Yo…
—él se puso nervioso.
—Vamos,
cariño —le dijo su madre que estaba justo a su lado—, preséntate con él.
—Yo
soy Yerie —murmuro al fin y miro el piso un segundo.
—Ven
—le dijo Alex y agarro su mano, casi lo arrastro hacia los juegos frente al
salón de clases. Yerie lo miro sorprendido—, vamos a jugar, de ahora en adelante
seremos los mejores amigos.
Yerie
solo le quedo asentir, porque no podía decir otra cosa, y porque sabía que el
seria su amigo el resto de su vida.
Casi
10 años después Yerie estaba aterrado de ver a Alex, su mejor amigo. Había
soñado con él, y no que hablaban y jugaban y esto hacia que su estómago se
hiciera nudos dolorosos.
No
quería ver a Alex, quizás el notara lo que paso, se diera cuenta de que él, un
hombre, había tenido sueños eróticos con otro, que resultaba ser justo su mejor
amigo. Y si Alex lo sabía, estaba muy seguro de que lo golpearía antes de
decirle que no quería volver a tenerlo cerca.
Tenía
que pensar en otra cosa, se dijo Yerie, no en lo que soñó o lo que sintió al
despertar. Dioses, pensó, si incluso
había metido él las sabanas en la lavadora por la vergüenza.
—Esto
no está bien —susurró y se sentó delante de su escritorio.
Un
hombre no tiene esos sueños con su amigo, él no podía pensar así, sentirse así.
Quizás solo fue un error, estaba en la adolescencia de todas maneras, algo
dentro de él debió haber funcionado mal durante la noche, por eso en vez de
soñar con una mujer como debería soñó con él. Porque… porque a él no podían
gustarle los hombres, claro que no.
Molesto
se puso de pue y salió de la casa, decidido a demostrarse que él no sentía esa
clase de cosas. Se detuvo en una de los parques y observo discretamente a
varios hombres y chicos allí, pero nada paso, siquiera un pensamiento errante,
solo tenía deseos de jugar con ellos como lo hacían pero nada más, además ya se
sentía raro mirándolos.
Regresó
a su casa lentamente, y cuando ingresó y llegó su habitación casi jadeo.
Alex
estaba allí, como muchas otras veces, sentado tras su escritorio observando un
libro con tranquilidad. A allí si lo examino con más confianza, sin quererlo en
verdad. Se fijó en su rostro elegante, su cabello negro y un poco largo, la
línea de su mentón y su espalda inclinada hacia adelante. Él era un poco más
alto que Yerie, pero casi eran iguales en contextura física.
Y
justo allí lo sintió, sus pantalones se sintieron muy apretados de repente.
Yerie soltó una grosería que hizo girar a Alex en su dirección.
—Qué
te pasa, hombre —soltó Alex divertido.
—Nada
—dijo con demasiado energía, tomó aire y se movió a su cama para sentarse y
ocultar su erección —solo estoy cansado.
Alex
alzó una ceja.
—¿Pesadillas?
—Si
—murmuró —pesadillas.
—Mm,
bueno, hagamos esta tarea luego quieres, así podremos jugar con los demás en el
parque.
Yerie
casi gimió y solo hizo una meca cuando Alex le dio la espalda. Él no iba a ser capaz
de jugar a nada con Alex cerca.
—No
sé si vaya —Alex volvió a mirarlo y alzo una ceja—, solo estoy cansado —tomó su
libreta y la puso sobre sus piernas —trabajemos mejor.
Alex
lo observó unos segundos fijamente. Justo ahora odio eso, pensó Yerie, siempre
observaba a la gente así.
—Bien,
como quieras —dijo su amigo y ambos se pusieron a trabajar.
Tengo un pequeño problema, pensó Yerie,
y ojala solo sea temporal.
Pero
no lo fue.
Fue
a los 20 años, cuando ambos estaban en la habitación de Alex, solos, porque no
había nadie en la casa y no lo habría por unos días, que Yerie se llevó una
gran sorpresa.
Cando
llegó a la casa de Alex con una mochila en su mano Yerie observó alrededor. Alex
lo había invitado a quedarse unos días porque sus padres habían salido de viaje
y sus hermanos ya no Vivian allí. Él decidió aceptar solo para estar más cerca
de él, y aunque eso le sonaba patético era lo más que tendría con su mejor
amigo, por mucho que estuviera enamorado de él sabía que más allá de una amistad
su relación siempre sería igual.
—Alex
—gritó Yerie y no tuvo respuestas. Arrugó su frente y llegó al segundo piso,
caminó hacia la habitación de su amigo y tocó la puerta antes de entrar.
Arrugó
su frente al no verlo.
—Alex
—murmuró e ingresó, la puerta del baño estaba abierta y se oía la ducha.
Yerie
tragó al saber que Alex estaba allí y sus piernas se movieron por propia voluntad
en esa dirección. Si había visto desnudo a Alex, más de un par de veces pero lo
evitaba en realidad. Ya soñar con él lo torturaba mucho para además agregarle
esas escenas en su vida.
Solo
que justo en ese momento, se olvidó de todo eso y solo llego a la puerta del
baño entre abierta. Se congeló cuando el reflejo en el espejo le mostro a Alex
de espalda y desnudo bajo la ducha. Observó los músculos moverse con suavidad y
tragó, luego casi gimió, ahora tenía una erección.
Yerie
apretó sus manos contra su pantalón para no tocarse.
Esto es muy malo, pensó.
Debo
irme, se dijo, y justo cuando se giraba lo oyó. Alex gimió. Yerie abrió mucho
los ojos y volvió a observar a su amigo que ahora estaba de lado, con una mano
en la pared de la ducha y la otra más abajo, y añuque no podía verlo sabía lo
que hacía.
Alex
se estaba masturbando en la ducha, a menos de dos metros de él.
Cuando
su amigo volvió a gemir él se tensó para evitar hacer lo mismo. Oh Dioses, pensó, tenía que alejarse de él,
de allí, si Alex lo veía, estaría en serios problemas. Pero no podía, no podía
moverse, su cuerpo ya no le hacía caso, y menos su mano que justo estaba ahora
sobre su erección.
Alex
volvió a gemir mientras su respiración se volvió más rápida. Yerie estudio su
rostro, la expresión que mantenía, como separaba levemente los labios para
respirar mejor, e imaginando que eso era lo más que vería, casi salto fuera de
su piel cuando Alex alzo el rostro y se encontró con su mirada en el espejo.
Yerie
pasó por todos los colores, desde el rojo al pálido.
Ninguno
se movió.
Alex
solo continuo allí, tocándose sin perderlo de vista, Yerie sentía que no podía
moverse, que él lo tenía atrapado justo en ese lugar. Y en contra de lo que había
pensado también se tocó por sobre el pantalón, jadeo levemente y Alex volvió a
gemir. Fueron tres segundos después que Yerie vio a Alex alcanzar su
liberación, y él gimió cuando le pasó lo mismo sin querer.
Yerie
abrió los ojos luego de recuperarse y miró al espejo. Alex también lo
observaba, solo que ahora más despierto, y tanto, que la sorpresa en su cara
era evidente. Él volvió a palidecer y se giró para salir huyendo de allí.
—Yerie
—gritó Alex al notar que corría lejos. No se detuvo a verlo.
Yerie
solo huyo de esa habitación y Alex lo más rápido que puso. Escuchó a Alex
volver a llamarlo pero no le importo. Fue antes de llegar a la escalera que
sintió el cuerpo de Alex tras el suyo y uno de sus brazos rodeándolo para
detener su huida.
Ambos
se congelaron y respiraron con agitación.
Yerie
tomó aire tres veces entes de hablar, lo mejor que pudo.
—Lo
siento —se limpió la garganta —no quería… no pretendía… solo fue un accidente,
no volverá a pasar.
Intentó
alejarse de Alex pero este no lo soltó.
—Que
fue un accidente —dijo Alex, tenso, con esa voz baja que lo hacía estremecerse —verme
en la ducha, observarme mientras me masturbaba, que te corrieras cuando yo lo
hice.
Yerie
se quejó y otra vez lucho contra él, Alex apretó su agarre con ambos brazos, de
paso pegándolo más a su cuerpo, que Yerie notó estaba húmedo y desnudo.
—Alex
—dijo —ya me disculpe, no volverá a pasar, no sé porque lo hice si, ahora
déjame ir, no quiero pelear contigo.
Alex
soltó un bufido.
—No
hasta que me digas que hacías en mi habitación.
—Te
buscaba—dijo molesto.
—Y
si te diste cuenta de que me duchaba porque no me esperaste abajo—Yerie enrojeció.
—Solo…
no… no lo sé —volvió a moverse y esta vez logro alejarse de Alex, se giró para
verlo.
Tragó,
sí estaba desnudo aun, todo mojado, y para su sorpresa con una erección. Observó
su cara y notó que Alex se veía divertido.
—¿Te
gusta lo que ves?
Yerie
borró la expresión de su rostro y lo miró molesto.
—Te
estas burlando de mi —Alex arrugo su frente—ya dije que lo sentía, es mejor que
me vaya a mi casa.
—Yerie
—dijo Alex mientras se giraba —Yerie —insistió su amigo y otra vez lo afirmo.
Solo
que esta vez agarró su brazo y lo empujó contra la pared. Yerie se aprendió al
verlo y tenerlo tan cerca.
—Hace
años que me he preguntado algo —murmuró Alex.
Yerie
solo trago nervioso.
—¿Qué
estás haciendo? —murmuró.
—Quiero
saber que se siente besar.
Yerie
apretó la mandíbula.
—sabes
que podrás experimentar eso con una mujer en la tierra cuando vayamos…
—No
me refería a eso, me exprese mal, quiero decir que quiero saber que se siente
besarte, a ti —abrió la boca si saber que decir —así que voy a hacerlo.
—Qué.
—Voy
a besarte Yerie —lo miró a los ojos —dime si no lo desea, porque si es así no
lo haré.
No
fue capaz de decirle que no, o si, solo se quedó allí esperando.
—Bien
—murmuró Alex antes de unir su boca a la suya.
Yerie
gimió ante la caricia. Alex se alejó enseguida sorprendido, pero un segundo
después volvió a besarlo, con torpeza pero confianza.
Alex
afirmó su cabeza con una mano y lo besó con suavidad primero y luego con
intensidad. Ambos volvieron a gemir, y más cuando Yerie abrazo a Alex y recorrió
su espalda con sus manos.
Dioses, pensó él, estoy soñando.
Cuando
Alex se alejó jadeo y lo miro a la cara.
—Hace
mucho tiempo que quería hacer eso —murmuró Alex.
—Enserio
—dijo el, Alex asintió y lo vio sonrojarse un poco, sonrío con suavidad —yo
también.
Se
miraron a los ojos antes de que ambos volvieron a sonreirá y besarse.
—Ven
—murmuró Alex y llevo a Yerie a su habitación.
—Alex,
yo… —este lo miró y se calló—, está bien —termino por decir, Alex sonrío y
siguió caminando.
Allí
se miraron de pies a cabeza, Yerie estaba completamente nervioso, porque sabía
lo que iba a pasar y las consecuencias de eso, lo que significaría para los
dos.
—Esto…
—murmuró él.
Alex
negó con su cabeza.
—Pensaremos
en ello cuando pase—lo tranquilizo, Yerie asintió—yerie, sino quieres esto lo
entiendo, quizás voy muy rápido pero hace mucho tiempo que he deseado…
—Yo
también —se adelantó, Alex lo estudio.
—¿Si?
—preguntó —pero es a mi o a otro hombre.
Yerie
se sonrojo y al verlo sonreír alzo una ceja.
—A
ti —arrugó su frente —pero solo a ti, nunca a otro hombre.
Lo
cual lo confundía un poco. Alex se rió entre diente y lo miró enseguida.
—Ya
somos dos —confeso —pero esto solo me pasa cuando te tengo a ti cerca —él apuntó
su erección pero ahora si se dio el lujo de mirar con confianza —no con otros hombres.
Yerie
caminó hacia él y sonriendo cayo de rodillas, Alex lo miró sorprendido.
—He
soñado con esto en verdad —murmuró antes de quitarse su camiseta y tocarlo.
Alex
jadeo y luego gimió enseguida haciéndolo sonreír.
Yerie
lo toco con curiosidad, además de así mismo nunca había tocado el pene un
hombre, y se sorprendía de las diferencias que habían. Alex era más ancho que él
y su piel estaba igual de caliente y dura que la suya. Siguió acariciándolo
mientras sentía que su propio sexo se levantaba, y levanto la cabeza para
observar a Alex cuando lo oyó gemir otra vez. Este lo observaba con los
parpados entrecerrados y los labios separados. Se estremeció levemente ante su
expresión. Luego sonrió como si nada y para sorpresa de él y Alex lo llevó a su
boca.
Ambos
gimieron, Alex por su acto y el por su sabor. Aunque se sintió extraño Yerie
siguió acariciando, chupando y lamiendo el sexo de Alex, y solo unos segundos
después su amigo termino por correrse en su boca, ahora sorprendiéndolo a él.
Cuando
se alejó unos segundos después Alex cayó sentado sobre su cama, respirando con
dificultad. Yerie los estudio unos segundos hasta que se puso de pie. Alex lo
miro.
—Lo
siento —jadeo suavemente—, no pude siquiera avisarte, debí haberme retirado.
Él
se encogió de hombros.
Si
había sido raro que se corriera en su boca, pero no desagradable en sí.
—No
te preocupes, no fue tan malo —Alex se rio enseguida como si sus palabras
fueran muy graciosas, solo lo miro.
—Ven
aquí —dijo este y se acercó.
Alex
se levantó un poco y comenzó a quitarle la ropa. Cuando estuvo desnudo lo
estudio antes de tocar su pecho y más abajo. Yerie gimió cuando lo agarro con una
mano como él lo había hecho.
—Eres
más largo que yo —murmuró Alex, Yerie se rio entre dientes al oírlo y lo miró.
Alex volteo sus ojos y volvió a acariciarlo, se estremeció y se mordió el labio
—se siente bien no —fijo su amigo, asintió enseguida.
Luego
lo vio llevar su mano libre a su muslo y subió hasta agarrar sus testículos con
suavidad. Esta vez gimió abiertamente y movió sus caderas contra él. Yerie se afirmó
del hombro de Alex mientras lo acariciaba.
—Me
voy a… —jadeo y si se corrió, justo cuando Alex lo llevaba a su boca y lo
chupaba con fuerza —Dioses —gruñó mientras se corría.
Al
acabar se dejó caer a la cama, a lado de Alex y se quejó. Abrió los ojos para
ver que Alex lo estudiaba abiertamente.
—Te
gusta lo que vez —murmuró. Alex lo miró y sonrió como si nada.
—Sí,
y mucho —soltó con bastante facilidad.
Yerie
se sonrojó y él sonrió aún más.
Alex
se recostó a su lado y ambos miraron el techo.
—Y
que haremos ahora —murmuro.
—Intentar
y probar otras cosas —dijo Alex—, porque hay un lugar en el cual me quiero
meter —lo miró con los ojos muy abiertos —y uno al cual tú te vas a meter —ahora
abrió la boca —pero lo haremos en un rato más.
Yerie
sacudió su cabeza para borrar todos los pensamientos que se le vinieron a la
mente al oírlo.
—Me
referida a esto de nosotros, que va a pasar…
—Seguiremos
siendo amigo —Alex arrugó su frente—, además de pareja.
—¿Qué?
—jadeo Yerie.
—¿No
quieres? —Alex arrugo aún más su frente.
—Sí
quiero —soltó sin pensarlo, Alex sonrió y se relajó —pero sabes que solo lo
seremos hasta que…
Alex
suspiró y asintió.
—Lo
sé —aseguro —hasta el día que uno de nosotros se asignado a una mujer.
Yerie
volvió a recostarse y meditó.
Él
sí quería ser asignado a una mujer, quería tener una familia como la suya, amar
a una mujer y sus hijos, incluso a los otros asignados que ella pudiera tener,
pero ahora, justo ahora que sabía que lo que sentía por Alex era más que una
simple amistad, ya no sabía que pensar.
—No
te preocupes por eso —murmuró Alex y paso un brazos por su pecho, lo miró —lo
veremos cuando suceda, solo disfrutemos de esto.
Yerie
suspiro y asintió. Luego gimió cuando Alex lo besó y volvió a tener una
erección.
—Ahora
—murmuró Alex contra su boca —quiero hacerlo de nuevo.
Se
quejó y jadeo cuando Alex bajó a su sexo para llevarlo a su boca enseguida. Ya
se preocuparía del futuro en otra ocasión, ahora solo quería sentir a Alex
contra él y nada más.
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