Primera Parte
Conociendo al enemigo
Capitulo 5
***
J.:
Mi hermano te adora.
C.: Yo igual a él, tienes una agradable familia.
J.:
Todos dicen eso de las familias de otros.
C.: Tú pediste las clases o fue el profesor.
J.:
Yo lo hice, aunque fue idea de él, solo elegí a mi compañera.
C.: ¿Por qué yo?
J.:
Curiosidad.
C.: Mejor continúo.
J.:
Claro, ahora viene algo interesante.
***
Llevaba tres meses dándole clases a Jet. Casi siempre
nos reuníamos en su casa tres veces a la semana, siempre los sábados, los otro
días dependía de lo que teníamos que hacer. Extrañamente habíamos ampliado las
clases a literatura y biología.
Todo ese tiempo me pregunté si iba a realizar la
apuesta, nunca intentó nada conmigo, ningún acercamiento, ningún nada, a lo
sumo simplemente nos conocimos más y eso me relajo. Al parecer no intentaría
“conquistarme”.
Casi siempre las clases eran en su casa, pocas veces
nos reuníamos en la biblioteca, y jamás en mi casa. Conocía su cuarto casi como
el mío, al igual como parte de su casa. Llegué a tratar a su madre y a
encariñarme con su hermano.
Tenía un extraño trato conmigo misma, si él no hacía
nada con respecto a su apuesta, yo tampoco haría algo. Para mí, ahora, luego de
todo el tiempo que había pasado, se estaba volviendo simplemente en un
compañero de clases.
Sí, claro, dijo mi cabeza, ignoré el comentario.
Ahora esperábamos los resultados de los exámenes de
matemáticas, el profesor paseaba por la clase entregando las pruebas a cada
uno, no sabía porque estaba nerviosa, si por mi examen o por el de Jet.
Observé mi calificación rápidamente, 6.8, no me
emociono nada, así que me di cuenta que estaba así por él.
Maly tomó mi prueba y comenzó a compararla con la
suya, yo solo observe al profesor darle el examen a Jet. Su espalda se tensó y
temí lo peor, pero al ver que el profesor le decía algo y Tomas, que estaba
sentado a su lado lo golpeaba en la espalda sonriendo me relaje, esperaba que
eso fuera una felicitación.
—¿Y para cuando las presentaciones con sus amigos? —susurró
Anita desde atrás, la miré y me acerqué a ella.
—Creí que era Liz la que quería conocer a Tomas —las
tres la miramos y ella arrugó su frente, luego sonrió.
—Es lindo soñar —suspiró y miró al chico un segundo,
luego a nosotras —¿Qué? —preguntó.
—Yo prefiero a Rodrigo —dijo Anita —con esos ojos que
tiene —suspiró.
Miré a Maly esperando algún comentario.
—Me niego a hacerme falsas ilusiones —me reí de sus
palabras —y más te vale a ti no hacerlas, se cómo lo miras —apuntó con su cabeza
a Jet.
Como lo miraba, yo, debía estar bromeando.
—Oye, ¿quién crees que soy?
—Aja —dijeron las tres en coro y les di la espalda.
—No estamos bromeando —dijo Anita —es el novio de
Barbie —la miré —sabes lo que te haría si descubre que pasa algo entre ustedes —se
estremeció.
—Primero que nada es su ex novia —ella alzó una ceja —segundo
no le tengo miedo y tercero no…
—Voy a estudiar más —dijo Liz mirando detrás de mí, me
volteé para ver a Jet acercarse y pararse al lado de mi mesa, dejó el examen encima.
—Guau —dije sonriendo —un 6, eso es bueno —él sonrió
suavemente.
—Ningún tipo de celebración —volteé mis ojos.
—No, sé que te importa eso del qué dirán los demás,
así que no te dejare en vergüenza —él volteó sus ojos pero rio.
—Pero a nosotras no nos importa —dijo Liz sonriendo,
la miré —así que vamos a felicitarte a nuestro estilo.
Ella miró a cada una de nosotras y supe lo que iba a
hacer. Las chicas asintieron y comenzaron a aplaudir, no pude evitarlo, terminé
aplaudiéndole igual que ellas. Jet tomó su examen e inclinó la cabeza
levemente.
—Esa si es una felicitación —sonrió —que todos
deberíamos tener —dijo antes de regresar a su asiento, nos reímos unos
segundos.
Sus amigos lo interrogaron al llegar y él debió
contarles porque se rieron y nos miraron.
—Quien nos hubiera dicho que estaríamos aplaudiendo a
Jet Farraguer por sus calificaciones —dijo Anita —si seguimos así puede que
conozcamos a algunos de ellos.
—Quizás no —le dije —ahora le va bien, no va a
necesitar de mis servicios —ella y Liz se quejaron, un sentimiento incomodo
paso a través de mí.
—¿Por qué nos arruinas el plan? He —dijo Liz.
—¿Plan?
—Lo teníamos fríamente calculado —dijo Anita —incluso
Maly iba a participar, un poco más y hubiéramos terminado las cuatro con pareja
para el baile —miré a Maly y ella se encogió de hombros.
—Aja —murmuré y deje de prestarles atención. Como
podían pensar algo así, ¿y por qué no? me pregunté. Para ellas salir con el
grupo de Jet era un sueño.
El profesor dio terminó a la clase y nos apresuramos a
salir, era día de cine, cuando pasamos cerca de la mesa de Jet me llamó.
—Mañana a la misma hora —dijo, arrugué mi frente.
—Quieres seguir con las clases —mis amigas y sus
amigos nos observaban, asintió.
—Claro, no pienso perder mi racha de suerte —movió su
examen delante de si, volteé mis ojos.
—Puedes más temprano —pregunté, él arrugó su frente.
—Cine —susurró Maly detrás de mí, la ignoré.
—No puedo, tengo una competencia de tenis —jamás lo
había visto jugar, sabía que era una de los mejores, pero solo eso.
—Tenis —dijo Liz.
—Competencia —dijo Anita mirándolo.
—Porque no van mañana a verlo —dijo Tomas —o mejor, lo
animan, incluso si gana pueden volver a felicitarlo —él sonrió.
—No sé, no sé —dijo Liz, la miré y noté que jugaba —no
anímanos a cualquiera.
—Podríamos hacer una excepción —dijo Anita.
—Y lo haremos, pero vámonos, llegaremos tarde —se
quejó Maly, las tres me miraron a mí.
—Por mi está bien —miré a Jet — ¿a qué hora?
—A las 10, en el campo de atrás —dijo él y asentí,
Maly me agarro del brazo y me empujó.
—Tarde —se quejó.
—Por Dios, vamos —dijo Anita.
—Pero…—me empujaron mientras se despedían de los
demás.
En el cine, antes de que comenzara la película miré a
las chicas que no dejaban de hablar del día de mañana.
—El plan está saliendo como esperaban —pregunté, Anita
me miró y asintió seria.
—Pero hemos decidido que lo mejor para esto es que tú
establezcas una relación con Jet —mantuve mi cara seria.
—No se supone que si hago eso Barbie me matara —miré a
las demás. Ella se encogieron de hombros.
—Vale la pena —dijo Liz sonriendo.
—Veré que puede hacer —asentí para darle énfasis a mis
palabras y luego las miré como si estuvieran locas, estallaron en risas
causando que todos nos miraran.
Pero sus comentarios me dieron una idea, si Jet y sus
amigos eran capaces de hacer una apuesta con relación a nosotras, ¿por qué yo
no podía seguirles el juego si se presentaba la oportunidad? Veamos cómo
avanzan las cosas.
***
Me
concentré en mi oponente todo lo posible, él realizo un saque pero la pelota
cayó fuera de la cancha. Él volvió a realizar un saque y de repente sentí un
escalofrió recorrer mi espalda, por suerte pude responder a mi oponente.
Luego
de terminar ese set miré alrededor y descubrí que “Las Microbios” estaban ahí
mirándome y hablando entre ellas, mis amigos se les acercaron.
Los
vi hablar animadamente, observé a Cindy unos segundos y luego suspiré. Ya era
tiempo de que mi relación con ella avanzara, llevaba meses evitándolo y
soportando a Gustavo, ya no podía seguir ignorando esto. Justo cuando el
árbitro nos dijo que regresáramos al partido ella me miró, otra vez sentí un
estremecimiento pasar por mi espalda, ignoré eso y me concentré en el partido.
***
—Así que llegaron —dijeron a mi derecha, vimos a
Tomas, Gustavo y Rodrigo acercarse.
—¿Cómo va? —le pregunté a Tomas.
—Empatados, es el último set —asentí y lo vi mientras
regresaban a la cancha.
—Hay algo atrayente en los pantalones cortos —me
susurró Anita. Miré a Jet más fijamente y noté que tenía razón.
Jet corría en la cancha de un lado a otro golpeando la
pelota, podía ver los musculo de su cuerpo tensarse a mover la raqueta y me
sentí extrañamente fascinada, ¿qué rayos?
—Voleibol —dijo Anita, la miramos, o más bien yo
despegue mis ojos de Jet para verla —voy a ver.
—Oh no —dijo Liz —para qué, mejor veamos el tenis.
—Solo voy a ver —se quejó ella.
—No vinimos a apoyar a Jet —le recordé, ella arrugó su
frente y cruzo sus brazos.
—Ustedes son muy malas conmigo —se quejó ella, negué.
—Si quieres te acompaño —dijo Rodrigo, todos lo
miramos. Yo miré a Anita que se había quedado muda, Liz la empujo suavemente.
—Sí, si quiere —le dijo Liz, Anita la miro y luego a
él.
—Sí, claro —caminaron juntos hacia el partido.
—Increíble —murmuró Maly, la tomé del brazo sonriendo.
—Mejor veamos el partido —le dije.
Al cabo de 20 minutos Jet ganó el último set y el
partido, le aplaudimos con eso y él nos saludó con la mano. Luego de recoger
sus cosas se acercó a nosotros, Anita y Rodrigo también regresaron de ver su
partido.
—Hola —dijo Jet al llegar con nosotros —pensé que no
iban a venir.
—Felicidades amigo —le dijo Rodrigo a Jet.
—¿Cómo estuvo el partido? —le preguntó Liz a Anita.
—Bien, aunque el equipo del colegio perdió.
—¿Y eso estuvo bien? —dijo Maly.
—Solo fue por un punto.
Nos reímos.
—Amigo, apestas —le dijo Tomas a Jet, él volteó sus ojos.
—Será porque no me he bañado.
—Pues hazlo —se quejó Tomas, Jet sonrió.
Maly me dio un codazo certero y la miré, ella alzó una
ceja.
—Ah, claro —recordé que tenía que hablar con él —Jet,
te molesta si dejamos para otro día los estudios —él me miró y arrugo su
frente.
—¿Ocupada en tu casa?—preguntó, negué.
—No, es que con las chicas queremos ir al lago que
está cerca de mi casa—las chicas asintieron.
—¿Un lago? —preguntó Tomas —¿podemos ir? —todos lo
miramos.
—Mm —miré a las chicas —claro —ellas sonrieron, luego miré
a Jet —si quieren.
Él miró a Tomas y luego a mí.
—Claro, no es mala idea.
—Está bien, sabes la dirección de mi casa, nos vemos a
eso de las 2 —él asintió, nos despedimos de los chicos y nos fuimos.
—Esto es increíble —dijo Liz, Anita asintió.
—Un día en el lago con ellos —se miraron entre sí —¿qué
rayos me voy a poner?
—Oh no —se quejó Liz, Maly suspiró.
—Compórtense como chicas con cerebro, no sean otra
versión de Barbie y sus amigas.
Me reí unos segundos.
—No, en serio chicas, comportémonos como si siempre
hiciéramos esto.
—Pero nunca lo hacemos —dijo Anita.
—Sí, déjanos disfrutar esto —dijo Liz.
—Disfrútenlo en silencio —las regañó Maly, me miró —todas
ustedes.
—Qué —me quejé y ellas continuaron hablando de la
salida.
***
—Lago
—dije y miré a Tomas luego de vestirme, él se encogió de hombros y sonrió.
—Vamos,
no es mala idea —miró a los demás, Rodrigo también se encogió de hombros y
Gustavo negó.
—¿Qué
te hace pensar que no teníamos otra cosa que hacer? —dijo.
—Qué,
tienen alguna cita o algo, porque el único aquí que puede quejarse de eso en
Rodrigo.
—Ya
no —dijo él, lo miramos —terminé con la chica, me aburrió.
—Es
no es raro, todo te aburre —dije yo —pero no es mala idea, así continuare con mi
plan y lograré avanzar con Cindy.
—Aun
no lo haces —dijo Gustavo sonriendo, volteé mis ojos.
—Ella
no es como las demás —dije. Arrugué mi frente al darme cuenta de que era en
verdad, no iba a lograr algo con ella con solo decirle que me gustaba como con
las demás.
—Tiene
razón —dijo Rodrigo —cuando son inteligentes son más difíciles.
—Es
una de “Las Microbios”—dijo Gustavo —debería sentirse alagada —me quejé
mentalmente por el apodo.
—¿A
todo esto quién les puso así? —pregunte.
—Creo
que fue Barbie cuando éramos niños —dijo Tomas.
—Te
creo, es capaz de eso.
—La
vi en el partido —dijo Rodrigo, lo miré —me estuvo preguntando por ti —alcé una
ceja.
—¿Y
qué quería?
—Saber
cómo era eso de las clases privadas —él marco con sus manos la palabra clases.
—¿Y?
—Pues
le dije la verdad, que eran eso, clases y que te estaba yendo mejor.
—Ya
veo —tomé mi bolso.
—Crees
que te busque para el baile de fin de año —preguntó Tomas, me encogí de
hombros.
—Aunque
lo hiciera no iría con ella, voy a ir con Cindy —él volteo sus ojos.
—Sí,
lo olvidé, ese es el gran día —él negó y salimos del camarín.
—¿Entonces
iremos? —preguntó Tomas, asentí y miré a los demás, aceptaron —pasaré por
ustedes a eso de la una.
Luego
de despedirnos caminé con Tomas a mi casa, él había dejado su auto allí.
—¿En
serio llegaras tan lejos? —me preguntó, lo miré y suspiré.
—No
lo sé, pero por ahora me conformo con esto, el saber que puedo ganarle a
Gustavo me da cierto incentivo.
—Bien,
tu sabes lo que haces amigo, solo no te enamores de ella como en esas películas
de chica —solté un bufido —siempre pasa —explicó él.
—No
estaba enamorado de Bárbara y crees que lo estaré de ella —negué incrédulo.
—No
son iguales —dijo él —y eso puede jugarte en contra.
Arrugue
mi frente pensando, no lograba entenderle. Yo ya sabía que no eran iguales, lo
veía, pero también sabía que Cindy era más inteligente que Barbie, era una
mejor persona, pero eso no significaba que yo terminaría enamorándome de ella,
imposible, ¿cierto?
***
Mi padre nos observó mientras guardábamos más comida
de lo requerido.
—Entonces irán ustedes y cuatro chicos más —asentí y
lo miré.
—Jet será uno de ellos —él arrugó su frente.
—Señor Alex puedo usar sus especies —preguntó Liz
mirándolas una a una.
—Usa lo que quieras —dijo él sin mirarla —¿y a qué
hora regresaran?
—No lo sabemos, pero no creo que sea tarde.
—Mm —dijo él.
—Papá, estaremos a 20 minutos a pie —le dije, él
volteó sus ojos.
—¿Irán caminando? —preguntó, arrugué mi frente y miré
las cosas que llevaríamos.
—No lo sé —dije y miré a las chicas.
Mi padre sacó las llaves de su auto y me las tendió,
todas las chicas se quejaron.
—No puedo conducir yo —dijo Anita, mi padre arrugó su
frente.
—No le hagas caso, son unas miedosas.
—Debí decir mis últimas oraciones —oí decir a Maly,
todos se rieron incluyendo mi padre.
—Oye, tú me enseñaste a conducir.
Escuchamos un auto afuera y salimos a ver, Jet y sus
amigos aparecieron en un auto 4x4 enorme. Se estacionaron a unos metros de
nosotros y bajaron.
—Guau —dijo Tomas —¿tú vives aquí? —me preguntó y
asentí —y tienes animales, cabellos, esas cosas —me reí y volví a asentir.
—Todo lo que un establo debe tener —dijo Liz imitando
a un vaquero, todos nos reímos.
Me giré cuando sentí a mi padre salir de la casa, se
paró al lado de nosotros, todos los chicos lo miraron y saludaron, yo los presenté.
—Tomas, Gustavo, Rodrigo y Jet —él asintió —mi padre
Alex Berrocal.
—Un gusto señor —dijo Tomas.
—Igualmente —él miró a Jet —así que tú eres Jet, he
oído hablar de ti.
Miré a mis amigas pidiendo ayuda, Liz habló.
—Creen que podemos irnos con ustedes —dijo, todos la
miramos.
—No creo que caigamos los 8 —dijo Tomas arrugando su
frente.
—No le hagan caso —dije —está bromeando —miré a mi
padre —sacaré la camioneta —él asintió.
—En serio —dijo Anita —no nos importa si vamos muy
apretados.
—Fue un gusto conocerlo señor Alex —dijo Maly seria —despídame
de mi madre.
—Que graciosas están hoy —les dije mientras me
alejaba.
— ¿Qué pasa? —preguntó Rodrigo, Anita respondió.
—Cindy va a conducir —dijo como si eso lo explicara
todo.
Al llegar al garaje miré atrás y vi que todos
hablaban, incluido mi padre con Jet.
Mi padre era unos centímetros más alto que él, un poco
más musculoso por el trabajo en la granja, aun así Jet no dejaba de ser enorme.
Saque la camioneta vieja de doble cabina y me detuve
al lado de la otra, al bajarme todos me miraron fijamente.
—Está bien, creo que podemos hacer algo para que se
vayan con nosotros —dijo Tomas serio.
—Que gracioso —dije yo —no conduzco mal —sabía que no
era así.
—No, tú conduces como si estuvieras en un rallye —se
quejó Anita.
—¿Por qué mejor para evitar problemas yo conduzco?
—dijo Jet, él miró a mi padre y este se encogió de hombros.
—Esa es una genial idea —dijo Liz, Anita asintió.
—Por favor —dijo Maly.
—Agg —me quejé y le entregué las llaves a Jet —ya,
dejen de llorar y mejor vámonos.
***
Conduje
la vieja camioneta por el camino indicado por Cindy, ella iba sentada a mi lado
con Rodrigo y Anita sentados atrás, Tomas, Gustavo y las demás iban en su auto
detrás de nosotros siguiéndonos.
—¿Quién
te enseño a conducir? —le pregunté curioso, ella me miró y alzó una ceja.
—Mi
padre me enseño —contestó, Anita se rio.
—Y
extrañamente tu padre no tiene ese problema —dijo ella, Cindy volteo sus ojos.
—Sigue
hablando así y conduciré de regreso —contesté ella, su amiga se calló en
seguida, sonreí —dobla a la derecha más adelante, veras el lago seguida.
Lo
hice y lo vi, un lago enorme rodeado de árboles y plantas, más una cascada a
unos metros.
—Estaciónate
cerca de las mesas —dijo Anita y me estacioné cerca de ellas.
Bajamos
del auto y caminamos hasta el agua, los chicos se estacionaron a lado de la
camioneta y nos acompañaron. Liz empujó a Cindy cuando llegó a su lado, ella se
tambaleo precariamente y estiro un brazo, yo la afirme y ella se estabilizo.
Miró a su amiga que se reía.
—Oye,
que pasa si me caigo —Liz dejo de reírse.
—Te
hubieras ahogado en 10 centímetros de agua — Cindy suspiró y me miró.
—Gracias
—me dijo y la solté.
—Está
bien, solo bromeaba —dijo Liz y la agarró de un brazo —vamos a sacar todo y luego
bañémonos, si —Cindy la miró.
—Está
bien, solo no lo hagas de nuevo.
—Lo
prometo —dijo su amiga.
Las
ayudamos a sacar cosas de las camionetas, bolsos y canastos, miré a Tomas al
ver la cantidad de cosas.
—Mujeres
—dijo él para explicar la situación y asentí de acuerdo.
Las
chicas sacaron cosas de una canasta y armaron una mesa, habían traído mucha
comida.
—Sí
que están hambrientas —dijo Gustavo y tomó un sándwich de una fuente, comenzó a
comérselo.
—Somos
como los boy scout —dijo Liz levantando su mano —siempre listas.
Arrugué
mi frente.
—Ellos
no hacen así —dijo Maly, mostro tres dedos de su mano haciendo la señal de los
boy scout, Liz arrugó su frente mirando sus dedos.
—¿Y
esto que es? —preguntó.
—Creo
que eso es de esa serie futurista, viaje a las estrellas —dijo Tomas mirándola,
ella se encogió de hombros.
—Pero
entendieron la idea.
Todos
nos reímos.
—Hey
—dijo una voz de hombre a los lejos.
Todos
nos giramos para ver a un chico rubio y alto acercarse acompañado de una chica
igual de rubia, eran tal para cual.
—Pero
si no es el diablo —dijo Cindy, el chico se rio y se acercó a ella, nos miró a
todos.
—Bastian
—dijo Liz, todos se acercaron.
—Hey,
chicas —dijo él sonriendo, miró Cindy y alzo una ceja, la miré y noté que ella
miraba a la chica.
—Claro
—dijo él —déjame presentarte a Caroline, una amiga —arrugué mi frente un
segundo al notar que decía amiga en dirección de Cindy, la chica nos saludó —ellas
son Maly, Liz, Anita y Cindy —nos miró a nosotros.
—Ellos
son Tomas, Gustavo, Rodrigo Y Jet —nos presentó Cindy, me acerque un poco a
ella y el tipo alzo una ceja —él es Bastian, un Amigo —dijo ella marcado la
palabra como él, el chico sonrió y no me agrado todo eso.
Me
pregunte si ellos tenían algún tipo de relación, estúpido de mi parte ni
siquiera averiguar eso, miré a Tomas y él alzo una ceja.
—¿Qué
hacen por estos lados? —preguntó Liz.
—Nadar
—dijo él sonriendo.
El
idiota no podía dejar de sonreír, pensé.
—Pues
nosotros igual, porque no nos acompañan —dijo Anita, me tragué mi desagrado.
—Pero…—comenzó
la chica.
—Claro
—soltó él sin mirarla —nos encantaría.
Cindy
tosió a mi lado y noté que intentaba ocultar su risa.
—Está
bien, vamos a bañarnos —miró hacia la mesa —o comemos ahora, creo que Gustavo
no nos esperara —todos nos giramos para verlo de pie al lado de la canasta
comiendo una manzana. Él alzó una ceja.
—Bañémonos,
yo alejo al pozo sin fondo de la comida —dijo Tomas caminando hacia él.
Todas
las chicas se fueron a un lado de la camioneta para cambiarse, nosotros solo
nos quitamos las zapatillas y camisetas. Miré al tipo y noté que parecía un
maldito modelo de revista, luego me pregunté que hacía yo mirándolo.
Bastian
se metió al agua rápidamente y todos los seguimos, me estremecí al sentir el
agua fría un segundo, me hundí rápidamente pero al salir esta se sintió bien.
—¿Que
hacen? —gritó Bastian —¿por qué tardan tanto?, están haciendo los trajes de
baño.
Mis
amigos se rieron.
—Ja,
ja —escuché decir a Cindy, él se rio.
Todos
miramos cuando escuchamos pasos. La primera en salir fue la chica, Caroline,
con un traje de baño simple pero que le quedaba a la perfección, me recordó vagamente
a Barbie. La chica tocó el agua con el dedo de su pie y se estremeció, dio un
paso hacia atrás dudando.
—No
es para tanto —dijo Gustavo.
Maly,
Anita y Liz aparecieron al lado de la chica con diferentes trajes de baño.
Ellas no tenían un cuerpo extraordinario o llamativo como el de la chica, pero
tampoco estaban mal, incluso Liz que era la más
rellenita de todas se veía bien, dentro de lo que cabía.
De
repente me sentí ansioso por verla, me pregunté como seria en traje de baño, yo
sabía que era delgada, había pasado mucho tiempo con ella, pero sabía que esto
era diferente.
Cindy
se paró al lado de sus amigas y la miré, usaba uno de esos trajes de baño de
tres piezas color negro, su cuerpo se veía largo y estilizado, las caderas
anchas y su cintura delgada. Me agradó lo que vi y agradecí estar bajo el agua
fría.
Todas
las chicas menos Cindy tocaron el agua y se quejaron. Abrí mi boca para
decirles algo pero Bastian se adelantó.
—Si
entran rápido no lo notaran —dijo. Exactamente lo que deseaba decir.
Ellas
se miraron entre sí, Cindy dijo algo y se dio la vuelta pero Anita la agarró
del brazo.
Cindy
y Anita entraron rápidamente, Liz las siguió quejándose y luego lo hicieron las
demás más despacio. Luego solo me fije en Cindy hundirse en el agua y salir, no
se alejó mucho de la orilla aunque nadaba suavemente cerca de nosotros. Noté
que Bastian se acercaba a ella pero me adelanté, tenía que hablar con ella.
***
Vi que Jet nadaba hacia mí, se hundió un segundo y
apareció a mi lado, sonrió.
—¿Todo bien? —preguntó, arrugue mi frente, él me miró
esperando.
—Todo bien,
solo que el agua me pone un poco nerviosa —él se movió a mi lado y pude sentir
el agua chocar con mi cuerpo por culpa de sus movimientos.
—¿No te gusta? —preguntó.
—No es eso, solo me pone nerviosa —también tú, pensé,
él alzo una ceja.
Ambos miramos hacia nuestros amigos cuando los
escuchamos reírse, Anita y Rodrigo estaban jugando con los demás, lanzándose
agua y persiguiéndose.
—Yo no podría hacer eso.
—Nadie puede hacer eso —dijo él mirando a mi amiga
nadar como un pez de un lado a otro, haciendo competencias con Rodrigo. Miré a
Bastian, él hablaba con su nueva novia-amiga, como si sintiera mi mirada me
observó y me pregunto si me pasaba algo, negué.
—Si quieres puedes ir a divertirte con ellos, yo solo
me quedare por aquí —él negó y me miró, evité estremecerme por eso, me miraba
como si quisiera algo.
—No, prefiero quedarme contigo —miró a sus amigos y
luego a mí —o podríamos ir a caminar.
Sonreí ante su idea, debía admitir que eso me agradaba
más.
—Seguro, no quiero arruinar tu día —apunté a los
demás.
—No lo haces —sonrió —además podemos venir otro
día—asentí y lo seguí fuera del agua.
— ¿Dónde van? —nos preguntó Liz.
—A caminar —le dije y miramos a Anita gritar debido a
Rodrigo, quien la levanto y la lanzo al agua.
Me acerque a un bolso y saque unos pantalones cortos y
sandalias, me las puse. Miré a Jet y él solo se puso sus zapatillas. Me acerque
a él.
—Vamos —dijo sonriendo y nos alejamos de los demás.
Al cabo de unos minutos caminábamos por un sendero
entre el bosque, él más cerca de lo normal, casi tocándonos, ¿qué es todo esto?
me pregunté.
—¿Bastian y tú se conocen hace mucho? —preguntó de
repente, lo miré.
—Desde que éramos niños, somos vecinos —asintió y toco
un árbol a su lado, se detuvo y lo imité.
—¿Son novios?—soltó, lo miré sorprendida —es que note
que tienen una relación especial —se encogió de hombros.
—Novios, no, pero muy buenos amigos —me moví por el
lugar y metí mis manos en mis bolsillos, arrugue mi frente.
—Pero nunca han tenido nada mas —lo miré, pero que es
lo quiere.
—¿Por qué?
—Siento curiosidad —dijo él y volvió a encogerse de
hombros, yo también me encogí de hombros negándome a responder, solo observé
unas flores blancas pensando cuál sería su nombre, bueno ese pensamiento solo
estuvo una milésima de segundo en mi cabeza, más bien pensaba por qué a él le
interesaba, a menos que...
Lo miré y noté que se había parado a mi lado. Lo
observé a los ojos, él me mantuvo la mirada y suspiró.
—Solo sentí curiosidad, pareció que te divertía el
verlo con una chica —sonreí.
—Me divierte porque él es Bastian, siempre sale con
alguien nuevo, no logra mantener una relación con la misma chica más de unas
semanas.
—¿Te pone celosa? —preguntó. Alcé una ceja y crucé mis
brazos.
—No —dije —¿y a ti? —sonreí al ver su confusión.
—No, graciosa —dijo y negó.
Lo empuje suavemente con mi hombro y me miro.
—¿Por qué tanta curiosidad? te gusta la chica y todo
esto es una manera sutil de preguntarme si puedo hacer algo por ti —él arrugó
su frente mirándome, luego paso sus manos por su cabello — esto es malo —dije,
me miró.
—¿Qué cosa? —preguntó.
—Siempre cuando haces esto —lo imité y pase mi mano
por mi cabeza —significa que algo te molesta y no sabes cómo decirlo.
— ¿Cómo sabes eso?—preguntó intrigado.
—He pasado muchos tiempo contigo, una llega a conocer
a las personas —él me miró fijamente, como si se diera cuenta de algo, suspire
y me pare frente a él, evite pisar las flores —dime que pasa, no lo pienses
tanto, más te molestara.
Miró alrededor pensando, segundos después me miro a
mí.
—Está bien, te lo diré —me miró a los ojos y suspiró —no
solo sentía curiosidad con respecto a ese chico y tú, si no también celos —arrugué
mi frente y me miró de una forma extraña, de una forma que hizo que mi corazón
se acelerara —me gustas Cindy, mucho.
Me quedé muda de la impresión, luego arrugue mi
frente, esto no era posible.
—No es posible —repetí en voz alta. Él me miró
confundido.
— ¿Por qué no es posible? —preguntó, me aleje de él.
Porque te oí en la biblioteca, porque se lo que
quieres, porque me gustas en verdad y sé que yo no, por eso y muchas cosas,
pensé, no podía decirle eso.
—Porque no—conteste negando—no es posible que yo te
guste, eres novio de Barbie—camine unos pasos dejos de él, me siguió.
—No lo soy, desde hace meses—dijo él.
—Uf, te aseguro que entonces lo volverás a ser—él
volteo sus ojos y se detuvo, me paré unos pasos lejos de él.
— ¿Cuál es el problema?—dijo— me gustas, es la verdad.
Mentiroso.
—Pues eso no puede ser posible, mírate y mírame a
mí—solté un bufido exasperada, él me imito pero molesto.
—¿Qué diablos significa eso, no me crees?—preguntó,
negué.
—Dime una cosa, algo que te guste de mi—arrugó su
frente como si le sorprendiera la pregunta.
—Pues, no lo sé—miró alrededor como si buscara la
respuesta entre los árboles, negué y me aleje de él, me alcanzó y me detuvo
agarrándome de un brazo—puedo terminar—espere y suspiró—lo que me gusta de ti
es tu forma de ser, como piensas, como tratas a mi hermano y como él te trata a
ti, me gusta cómo eres con tus amigas, como eres conmigo—me miró fijamente—me
gusta la forma que sonríes y que siempre cuando estas un poco molesta dices
aja—sonrió y se acercó más a mí—a demás siempre me divierto contigo—alce una
ceja.
—Incluso cuando estudiamos—arrugó su frente.
—Extrañamente si, aunque me gustan más los
descansos—sonreí suavemente.
Jet tomo mi mentón y me hizo mirarlo, trague. No me
hagas esto, rogué dentro de mi cabeza, no cuando me relaje contigo, cuando creí
que no eras…vil.
—Dime, no te gusto—negué y él se tensó.
—No es eso—le aclare—si me gustas, pero esto
es…extraño—él sonrió y acaricio con su pulgar mi mentón.
—Extraño pero divertido—dijo y se inclinó hacia mí,
cerré los ojos al darme cuenta de lo que iba a hacer, no podía ni quería
evitarlo—creo que no me aburriré contigo—murmuro, abrí mis ojos molesta.
—Aja—le dije, él soltó una carcajada.
—Aja—repitió antes de besarme.
Cerré los ojos cuando sus labios tocaron los míos,
suaves y agradables, cálidos contra mí. Se alejó un segundo para volver a
besarme pero más intensamente, esta vez puso su mano en mi cuello para
inclinarme más hacia él, su otra mano en mi cintura para mantenerme pegada a su
cuerpo.
En ese pequeño segundo olvide todo, porque tenía que
rechazarlo, porque esto no estaba bien, solo sentí.
Me estremecí al tenerlo tan cerca, lleve una mano a su
cuello, la otra a su hombro y me pare sobre los dedos de mis pies para imitar
lo que hacía, no era experta besando, a decir verdad era mi primer beso pero no
me quedaría atrás.
Sonreí internamente al escucharlo gemir y luego de eso
solo me concentre en el beso.
No sé cuánto tiempo estuvimos así, pero tuve que
alejarme de él para poder respirar correctamente, me sentía mareada, extraña y
muy viva.
—Aire—dije sin pensar, era lo que necesitaba en ese
momento, él sonrió y lo miré.
—Lo siento—aun permanecíamos abrazados.
—No importa, sola falta practica—solté torpemente,
luego sonreí—lo haremos mejor la próxima vez.
—Hay que practicar mucho—aseguró.
Voltee mis ojos.
—Yo debo practicar mucho, tú no creo—alzó una ceja.
—Quien dice—dijo y volvió a besarme, se alejó de mi—no
te dije que también me gustas en traje de baño—miró hacia abajo entre los dos.
—Lástima que no pueda vestirme siempre así.
—Quien lo dice—replico serio.
—Creo que toda la sociedad en general— lo bese
rápidamente y me aleje de él—es mejor que regresemos.
Él se quejó y lo miré.
—¿No podemos seguir besándonos?—me reí, como decirle
que no a esos labios.
—Si quieres—dije y volvió a abrazarme y besarme.
Al cabo de unos minutos ambos llegamos al acuerdo de
regresar, si no comenzarían preocuparse.
Pensé en lo que había hecho, como había caído en sus
brazos tan fácilmente, me tomo de la mano y lo miré, a esto podemos jugar dos.
—¿Que se supone
que somos?—le pregunte como si nada— compañeros con ciertas ventajas.
—Hm—dijo él pensando.
—O no—él se acercó y puso su brazo sobre mis hombros,
caminamos así, yo pase mi brazo por su cintura.
—Y si seguimos los patrones convencionales—lo miré y
arrugue mi frente.
—Amigos con ventaja—él negó—no me digas que solo fue
un momento de desliz—eso me hacía sentir enferma, aunque no debería ser el
caso. Volteo sus ojos.
—Ni pienses que te libraras de mi tan fácil—sonreí—
pensaba más bien en novios—lo miré mientras fingía pensarlo.
—Bien, no está mal—él arrugo su frente y se detuvo,
por lo tanto también yo, me miró con intensidad, me ponía nerviosa cuando me
miraba así. Hablando de miradas penetrantes.
—Entonces somos novios—asentí sin pensarlo en lo más mínimo—te
advierto que vamos a cometer muchos deslices de ahora en adelante.
—Está bien—dije—tendré que vivir con eso.
—Aja—dijo él y me beso.
—Regresemos o Gustavo y Maly no nos dejaran comida.
—Eso es verdad, he visto comer de todo a ese chico.
***
Cuando
llegamos con los demás nos reíamos de una historia sobre Rodrigo y una chica,
todos se giraron a vernos, no llegamos tomados de la mano ni nada y pensé que
hubiera sido mejor.
—¿Por
qué tardaron tanto?—preguntó Liz—ya pensábamos en ir a buscarlos.
Cindy
se sentó en una banca y yo a su lado.
—Eso
no hubiera sido bueno, hubiéramos tenidos que buscarlos—dijo Cindy.
—Les
dejamos comida en la canasta—dijo Anita.
—Me
sorprende que quedara—comente de mejor humor y miré dentro de la canasta, saque
dos sándwich y bebidas, le entregue una a ella.
—Gracias—dijo,
le sonreí.
Mientras
comía note que Tomas me miraba, él alzó una ceja y le sonreí, volteo sus ojos.
—Estábamos
hablando de que podríamos regresar en unas semanas, otro sábado—dijo Tomas.
—En
unas semanas comienzan las vacaciones de invierno—dijo Rodrigo.
—Va
a hacer un frio increíble—dijo Cindy.
—Que
horrible—se quejó Liz—no me gusta el frio.
—Podríamos venir en la noche—dijo Gustavo, lo miré—hacer
una fogata o algo.
Miré
a las chicas que se observaban entre sí.
—No
es mala idea—dijo Liz, miré a Cindy que tenía su frente arrugada.
—No,
no lo es.
—Nosotras
podríamos quedarnos en casa de Cindy después—dijo Maly— ustedes no lo sé.
—Yo
podría ir a dejar a los chicos a sus casas, de eso no hay problema.
Todos
aceptaron, solo fue Cindy que permaneció en silencio y con la frente arrugada.
—Es
buena idea—dije, ella me miró y asintió.
—Pero
ahora les tocaría a ustedes traer la comida—nos miró a todo, arrugue mi frente
y miré a mis amigos.
—Es
gusto—dijo Rodrigo.
—Tú
no cocinas—le recordé.
—Pero
mi madre si—dijo él.
Anita
soltó un bufido y lo miró.
—Ya
me imaginaba que alguien diría algo así—ella negó.
—No
le des ideas—dijo Tomas—si lo retas será capaz de cocinar y todos sufriremos de
una intoxicación.
—Que
gracioso—se quejó él.
Tome
dos sándwich más de la canasta y le tendí uno a Cindy, ella negó.
—Deberías
comer más—le dijo Bastian.
—Estoy
bien, mi peso es normal—se quejó, ella miro a sus amigas—a mi padre y a él se
le ha metido en la cabeza la idea de que estoy muy delgada—todas las chicas
negaron, incluso Caroline.
La
miré mejor, era una chica delgada, pero se veía saludable, no consideraba que
estaba mal.
—Yo
creo que estas bien—le dije, todos me miraron y me congele un segundo.
Ella
me miró y sonrió con dulzura, puso su mano sobre la mía.
—Gracias—me
dijo, ya que estábamos todos ahí, decidí sacar a relucir lo nuestro.
Tome
su mentón para afirmarla un poco y la bese, note que todos que quedaron
callados de la impresión, al alejarme vi que se había sonrojado.
—De
nada—seguí comiendo.
Por
un segundo nadie dijo nada hasta que todos comenzaron a hablar, claro excepto
Gustavo que arrugó su frente, lo miré alzando una ceja.
Las
chicas la llenaron de preguntas de todo tipo mientras se reían, a mi igual me
tomaron el pelo un poco pero al final le aclaramos que éramos novios, nos
felicitaron.
Luego
regresamos a su casa, Bastian y su chica se fueron caminando y asegurando que
los volveríamos a ver. Nos despedimos de las chicas, yo de Cindy pero solo de
la mano, su padre estaba ahí y no sabía si ella deseaba que lo supiera,
solamente le recordé lo de juntarnos el martes como siempre a estudiar, ella
asintió.
En
el auto de Tomas solo pasaron 10 segundos antes de que comenzaran a hablar.
—Ya
lo tenías planeado—dijo Rodrigo—hacer todo esto, no creas que no nos dimos
cuenta.
—Pues
sí, no la salida pero lo considere una buena oportunidad—miré por la ventana.
—Pues
si sigues así ganaras—dijo Tomas.
—No
te molesta que en la escuela lo sepan—preguntó Gustavo, lo miré—te aseguro que
ellas se lo dirán a todos.
—A
decir verdad no, incluso creo que será divertido.
—Sobre
todo ver la cara de Barbie cuando se entere—dijo Rodrigo, voltee mis ojos.
—Ni
siquiera puedo imaginarlo—dije, pero quería ver su expresión, a ver qué pensaba
ahora al saber que estaba saliendo con otra chica, arrugue mi frente—en verdad
quieren volver a salir con ellas.
—Si—dijo
Tomas—me divertí bastante—miré a los demás, Rodrigo asintió y Gustavo se
encogió de hombros.
—Por
ahora no tengo nada mejor que hacer—dijo él.
—Está
bien.
Dejamos
a Rodrigo y Gustavo en sus casas y Tomas me llevo a la mía.
—Amigo,
no deberías hacer esto—lo miré—esa chica es agradable, le vas a ser daño.
—No,
sino se entera, no tiene porqué—me encogí de hombros—cuando termine el año y
gane esperare un poco y le diré que simplemente lo nuestro se acabó, pasa.
Tomas
suspiro y negó.
—Creo
que el que más mal va a salir de esto eres tú—voltee mis ojos.
—No
empieces con tus teorías, no voy a maltratarla o algo, saldré con ella un
tiempo y luego esto acabara, muchas relaciones son así, casi todas, la única
diferencia es que ella jamás se enterara que se debió a una apuesta.
—Eso
espero—lo oí murmurar, luego de un rato suspiro, cuando se estaciono frente a
mi casa lo miré.
—Tanto
te molesta—pregunte, me miró y negó.
—No,
solo pensaba que me caen bien esas chicas, no entiendo porque les dicen
microbios.
—Yo
tampoco si viene al caso—me quite el cinturón de seguridad y comencé a salir
del coche hasta que tuve una idea— ¿te gusta una de ellas?—pregunte, él me miró
y arrugó su frente.
—Por
qué preguntas eso.
—No
lo sé, una idea que tuve—miró alrededor.
—Pues
no, aunque creo que le gusto a esa chica, Liz, no siento lo mismo—asentí.
Tomas
era de lo más agradable, por eso era mi mejor amigo. Él era el chico rico de la
escuela, su padre era dueño de una de la empresas agrícolas más grandes del
país, aun así él era sencillo y amable, probablemente yo a su lado era un
idiota, a él nunca le importaría el aspecto o la clase de una chica si esta le
gustara, aunque siempre salía con las más bonitas.
—Nos
vemos el lunes—me despedí, él se despidió con su cabeza.
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