martes, 26 de noviembre de 2013

El placer de Jenna, Tercera parte, Capitulo 5.



Capitulo 5

Jenna observó a Fabián unos segundos.
Estaban en la cocina, era temprano y él debía ir a trabajar.
En la mañana, ninguno dijo nada de lo que había pasado, no porque se sintieran incómodos, sino porque simplemente no merecía explicación. Jenna lo había acompañado en su ducha y él la había vuelto a tomar contra la pared de azulejos con la misma intensidad que la noche anterior.
La puerta fue abierta justo cuando Fabián abría la boca para decir algo, se calló al ver a su hermano allí.
Jenna le sonrió a Hugo cuando este la abrazó, solo que arrugó su frente como él al verlo hacer ese mismo gesto.
—¿Qué? —le preguntó.
—Nada —murmuró y observó a su hermano unos segundos, luego volvió a mirarla —hoy me quedaré en casa contigo.
Jenna observó a Fabián un segundo y luego asintió.

—Bien —termino por decir.
Hugo volvió a arrugar su frente.
No es que no lo quería cerca, es que sabía que si era así, Hugo le preguntaría que había pasado, casi podía ver su cerebro trabajando para averiguar qué pasaba aquí.
La puerta fue abierta otra vez y todos observaron a Sebastián allí, él los ignoro y luego de prepararse un café, salió de la cocina.
Jenna suspiró.
—Déjalo —le oyó decir a Fabián—  ya se le pasara.
—¿Qué cosa?
—Está molesto —dijo Hugo, lo miró —pero no creo que se le pase —él observó a su hermano —siempre está molesto, es innato en él.
Luego de despedirse de Fabián Jenna observó a Hugo unos segundos, preguntándose qué iba a suceder.
Algo le decía que él sabía que había pasado entre su hermano y ella, su mirada expectante se lo decía.
Solo tuvo que esperar un par de horas.
Jenna jadeó y empujó con su cadera al igual que Hugo, él gruñó y besó su cuello. Sintió sus manos recorriendo su cintura y llegar a su cadera para levantar su vestido vaporoso. Jadeó cuando sintió sus dedos calientes contra su piel y más aún cuando él se alejó para caer de rodillas delante de ella.
Estaban en la sala, no recordaba porque o para que, solo se había dicho suavemente que no tenía por qué esperar ni pensar y luego de eso lo había besado.
Hugo le respondió enseguida, como si lo hubiera estado esperando y no dudaba de eso.
—Hugo —susurró y tragó al verlo en esa posición.
Él la observó un segundo antes de tomar los bordes de su ropa interior y bajarla un poco.
—Si no quieres esto debes detenerme ahora, no podre luego, o si podre, pero eso me molestaría mucho—Jenna tomo aire al oírla. Solo atino a asentir —¿así que… —preguntó él con voz ronca.
—No te detengas —susurró.
Él gimió y terminó por quitársela. Luego levantó completamente su vestido y le dijo que lo afirmara. Jenna no podía creer que estaba haciendo esto, sus manos prácticamente temblaban y no sabía si era por el nerviosismo, la tensión, la ansiedad o qué. Solo sabía que si el hacia lo que pensaba iba a hacer, se correría en una milésima de segundo.
—Mm —gruño él, observó su rostro —necesito que estés más cómoda.
—¿Qué? —jadeó.
Él se levantó y la tomó en brazos, Jenna observó su rostro mientras la depositaba con cuidado sobre el enorme sofá. Y esta vez, se sintió más valiente y volvió a levantar su vestido y separó sus piernas para él.
Hugo gimió al verla.
—Voy a adorar hacer esto —le oyó decir, se estremeció por la intensidad de su voz.
Si su corazón sobrevivía a esto, Jenna se dijo que le devolvería el favor, claro, solo si en verdad no tenía un colapso antes.
Hugo se agachó entre sus piernas y en vez de ir lento, como imaginó, se lanzó a su húmedo sexo para acariciarlo con su boca. Jenna casi gritó de la impresión y luego jadeo por la intensidad. Sintió sus dedos en sus muslos, abriéndola más para él. Hugo empujó sus piernas más arriba y se acomodó mejor en el sofá, todo esto sin detenerse ni un segundo.
—Dios —jadeó ella al sentirlo tan claramente.
Él se alejó y la observó a la cara mientras sus dedos siguieron torturándola, ella alzó las caderas cuando la penetró con dos dedos, quiso moverse contra su mano pero Hugo se lo impidió y la detuvo empujando su vientre hacia abajo. Luego el movió su mano por su vientre hasta su nudo y lo acaricio con el pulgar. Se mantuvo así un largo rato, manteniéndola en el borde, observándola con intensidad.
—Necesito…—jadeó ella y cerró los ojos, gimió cuando él movió sus dedos y lo miró.
Hugo se los llevó a la boca y acaricio cada falange con su lengua.
—Basta —soltó molesta y se levantó, de un empujón lo recostó en el sofá y sonrió al ver la sorpresa de Hugo —no me gusta que me hagan esperar.
Hugo la dejó hacer.
Jenna recorrió su pecho duro y llego a su vientre. Observó el bulto en sus pantalones y lo tocó con un dedo, sonrió al oírlo jadear. Volvió a hacerlo con la mano solo para disfrutar de la sensación contra su palma.
—Desnúdame —jadeó Hugo.
Ella tomó su chaqueta y la quitó, luego hizo lo mismo con su camiseta y observó unos segundos su cuerpo. Aunque era más delgado de lo que estaba acostumbrada, disfruto de su textura y de los músculos en su vientre que se contraían bajo la punta de sus dedos. Luego llegó más bajo, bajo el cierre del pantalón y lo abrió. Lentamente se los quitó, sonrió un poco al descubrir que no llevaba calzoncillos.
—Parece que te gusta ir a lo comando —él la miró confundido —sin ropa interior.
—Siempre listo —le sonrió y ella se rio entre dientes.
—Si es así, significa que yo también debo ir sin ropa interior —el gimió.
—Por favor, seria increíblemente erótico saber eso —él tocó sus muslos y jalo su vestido —y quítate esto, quieres.
—Aun no —murmuró y terminó de desnudarlo.
Cuando acabó, observó detenidamente todo de él. Suspiró al ver lo listo que estaba, cuando la deseaba. Lo tomó con una mano para acariciarlo y al verlo estremecerse sonrió. Siguió su exploración mientras que con su otra mano acariciaba sus muslos. Él agarró su mano y la empujó hacia él, Jenna tuvo que afirmarse para no caer con fuerza.
Hugo se rio al ver la expresión de su cara y luego aún más cuando ella chillo luego de que los girara.
—Ahora —murmuró él y besó su mentón —vamos a hacer esto lentamente, la primera vez es la más importante.
Él se restregó contra ella haciéndola gemir.
—Yo te quiero ahora —jadeo y también se movió, Hugo gimió y afirmó su cintura.
—No linda, tenemos todo el día para hacer esto —con eso ingresó a su cuerpo y gimió. Jenna jadeó y cerró los ojos.
Hugo la tomó lentamente, la beso y devoró sin detenerse en ningún segundo. Ella se quejó luego de unos minutos, no porque no le gustará, sino porque ya no podía más. Sentía su cuerpo más que listo, llevaba demasiado tiempo colgando del borde, esperando por fin alcanzar su liberación.
—Hugo —jadeo y agarró su rostro— ya no puedo más… necesito… —se ahogó cuando él hizo círculos con su cadera.
Hugo volvió a besarla mientras movía una mano entre los dos. Cuando por fin acaricio su nudo ella gimió.
—Si —Hugo dejó su boca y ella jadeo.

Por fin, pensó Jenna mientras se estremecía. Su cuerpo convulsiono y miles de estrellas estallaron en su cabeza. Solo que no esperó que un segundo después, cuando Hugo cambió su ritmo, a uno más desesperado, su cuerpo volviera a tensarse y a correrse. La segunda vez gritó y no fue consiente de nada más.

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