Segunda Parte
Yo tengo control
Capitulo 4
***
J.:
Lo bueno de las discusiones son las reconciliaciones.
C.: Estoy de acuerdo en eso, aunque tú eras el que
siempre me hacía enojar.
J.:
No siempre, a veces simplemente amanecías de mal humor.
C.: Como sea, mejor continuemos.
J.:
Ves, pero continuemos, que sigue ahora.
C.: Barbie.
J.:
Claro, no hay mejor tema.
***
Estaba en el baño sola cuando Barbie entro, la miré
por el espejo y supe en seguida que era lo que quería.
Sabía que esto iba a pasar en algún momento, más
cuando Jet y yo nos encontramos con una de las amigas de Barbie en la cola del
cine, tomados de las manos y para que no quedara dudas besándonos. Eso había
sido el viernes en la noche, hoy era lunes, nada mal.
Observé que Barbie me miraba directamente, con sus
amigas detrás, creando un muro. Me seque las manos en la máquina y me moví a la
puerta. Las cuatro chicas se movieron para impedirme el paso, me aleje de
ellas.
—Me conto un pajarito que estas saliendo con mi
novio—dijo ella, arrugue mi frente.
—Pues tu pajarito está muy mal informado—ella alzo una
ceja.
—¿Estas saliendo con Jet Farraguer?—preguntó.
—Sí—le dije—pero no es tu novio.
Ella entrecerró sus ojos y miró a sus amigas, sonrió
mostrando todos sus perfectos dientes blancos.
—Sí, lo es—dijo segura.
—Pues yo sabía que no, incluso que tú habías terminado
con él—ella negó riendo suavemente.
—No terminamos, solo nos dimos un tiempo para poder
concentrarnos en nuestros equipos de deportes y los estudios.
—Ha, ya veo, claro, eso lo explica todo—volvió a
entrecerrar sus ojos y esta vez sus amigas la imitaron.
—Ya te acostaste con él—soltó como si nada, me
sonroje—lo conozco más de lo que cree—sonrió y se me revolvió el estómago— es
hombre—arrugó su frente—incluso dudo de que en verdad estén saliendo—miró a sus
amigas y luego a mí como si me examinara—probablemente solo lo hace o para que
sigas ayudándole en clases o porque quiere sexo, me inclino más por la primera.
Las cuatro chicas se rieron de mí, mi estómago se
contrajo por sus palabras y las miradas desdeñosas, Barbie me miró seria, como
si quisiera dar miedo.
—Te lo voy a decir solo para que no sufras tanto—me
apuntó con dedo—cuando acaben las competencias de gimnasia regresare con él y
juntos iremos a la fiesta de fin de año, vamos a pasar el verano juntos y
volveremos a ser la mejor pareja de esta escuela, tú vas a desaparecer de su
vida más rápido de lo que crees, te lo aseguro.
Se giró y comenzó a salir del lugar, no pude quedarme
callada.
—No estés tan segura de eso—ella se detuvo y me miró.
Regreso para pararse más cerca de mí y casi escupió.
—No te metas conmigo idiota, porque si lo haces te
arrepentirás el resto de tu vida, Jet es mío y siempre lo será, aléjate de
él—sonreí y me cruce de brazos.
—Primero que nada—le dije más seria y molesta de lo
que había estado en toda mí vida—a mí no me vas a amenazar, no te tengo miedo.
Segundo, no me dirás lo que puedo o no puedo hacer, no soy como tus lacayos que
te siguen por miedo, admiración o cualquier tontería—apunte a sus
amigas—tercero, no pienses que porque vengas a decirme que Jet regresara
contigo o todas esas tonterías lo creeré, te conozco, se lo bajo que puedes
caer y aunque te cueste creerlo sí—sonreí—somos novios—ella apretó su
mandíbula—así que vete a molestar a otros—apunte la puerta con mi mano.
Nos miramos a los ojos unos segundos y supe lo que
haría, el trabajar con animales que se molestaban sin razón aparente, el
siempre tener cuidado y mantenerlos vigilados por si atacaban extrañamente me
sirvió en esa oportunidad con ella. Barbie levantó su mano para golpearme pero
la detuve agarrándola de la muñeca, me miró sorprendida. Lance su mano hacia un
lado y me acerque lo más que pude, sin dejar de mirarla a los ojos, le dije.
—La próxima vez que intentes si quiera tocarme te
arrepentirás Barbie, porque yo no dudare en responderte de la misma manera—pase
a su lado y entre sus amigas que se movieron para dejarme salir.
Camine rápidamente a clases de matemáticas, entre en
la sala justo cuando tocaron la campana, por suerte el profesor aun no llegaba.
Pase cerca de la mesa de Jet, lo vi abrir la boca para
decirme algo pero se arrepintió al verme, arrugo su frente. Me senté al lado de
mis amigas casi lanzando mi mochila sobre la mesa.
—¿Qué pasa?—preguntó Maly a mi lado, miré alrededor un
segundo antes de inclinare hacia ellas y relatarles el incidente.
***
Observe
a Cindy pasar a mi lado hecha una furia, nunca la había visto tan molesta. Miré
a Tomas confundido y él se encogió de hombros, luego miré hacia donde ella se
sentaba con sus amigas, se juntaron para hablar y luego unos minutos escuche a
Maly soltar una maldición, Cindy la calló y continuaron hablando.
El
profesor entro en la sala justo cuando había decidido ir con ella a ver qué
pasaba.
—Bien
comencemos—dijo él y tuve que aguantarme la curiosidad.
Luego
de un rato la miré, ella estaba escribiendo concentrada, aún tenía esa
expresión molesta y el cuerpo tenso. Miré a Anita tras de ella y le pregunte en
silencio que pasaba, ella me dijo que esperara y apunto una hoja, asentí, me lo
escribiría.
Me
gire para ver a Anita doblar un papel justo en el momento que Cindy se volteaba
para sacar algo de su mesa, ella miro el papel, hablo algo y me miró un
segundo, negando se lo quito y guardo en su bolsillo, su amiga le dijo algo y
ella negó.
Anita
me miró y se encogió de hombros, le dije que no se preocupara. Ya lo
averiguaría después de clases.
Se
me hizo la hora más larga del día, pero apenas tocaron la campana guarde mis
cosas y salí con mis amigos detrás hasta alcanzar a las chicas en un casillero.
—
¿Qué paso?—le pregunte a Cindy, ella estaba de espaldas a mi sacando un libro,
se tensó cuando escucho mi voz. Luego de un rato se giró para verme.
—Nada—dijo
intentando parecer tranquila, voltee mis ojos.
—Esto
no es nada—dije yo, miré a sus amigas— ¿qué paso?
Liz
miró a Cindy y luego a mí, suspiró.
—Lo
siento—le dijo a ella—pero tienen que saberlo.
—Liz,
no…—levante mi mano y la puse sobre su boca para callarla, arrugó su frente.
—Barbie
la abordo en el baño con sus amigas y le dijo que tú solo salías con ella para
obtener algo a cambio y que ustedes volverían a ser novios apenas terminara la
competencia de Gimnasia— abrí mi boca sorprendido y la miré, quite mi mano de
su boca.
—Es
cierto, Bárbara se atrevió a hacer algo así—ella suspiró y asintió.
—Lo
peor no es eso—dijo Anita.
—¿Hay
más?—pregunte.
—Barbie
la amenazo para que se alejara de ti—dijo Maly.
—E
intento abofetearla—termino Liz.
—¿Qué?—pregunte
incrédulo junto con los demás, miré a Cindy, ella miraba hacia otro lado con la
frente arrugada—Cindy—la llame, pasaron unos segundos antes de que me
mirara—intento golpearte—asintió—maldita sea.
—Esa
chica está loca—dijo Tomas.
—Más
que eso—concluyo Rodrigo, Gustavo permaneció callado.
—Debo
hablar con esa chica—dije pero Cindy me detuvo.
—No
puedes hacer eso.
—Que,
no puedo dejar esto así, debo poner a Barbará en su lugar—ella negó.
—Es
un problema entre ella y yo, si te entrometes solo será peor—miré a mis amigos,
Tomas se veía igual de confundido que yo.
—Tiene
razón—dijo Anita—solo vas a causar más problemas, es mejor que te mantengas
aparte.
—No
puedo creer esto—dije molesto—esto se debe a mí.
—Sí,
pero lo único que lograras es que Barbie la moleste más—dijo Anita.
—Tiene
razón, soy yo la que tiene que defenderse, estaré bien—la miré.
—Pero…—dije,
ella negó.
—Me
ayudas más si permanecer alejado de esto—suspire y tome su mano, entrelace sus
dedos con los míos.
—Segura—asintió—está
bien, pero si vuelve a pasar dímelo.
—Está
bien, lo hare.
Caminamos
hasta la salida de la escuela y nos dependimos. Esta vez la bese, si Barbie
sabía lo que pasaba ya toda la escuela debía saberlo.
—Hasta
mañana—le dije, sonrió.
—Hasta
mañana.
Nos
dependimos de las chicas y observe a Cindy doblar en una esquina.
—¿Que
vas a hacer?—preguntó Tomas, lo miré—no te quedaras callado.
—No,
no voy a dejar que arruine esto—él asintió y miré a los demás.
—Yo
estoy de acuerdo—dijo Rodrigo, miré a Gustavo y asintió.
—Tú
le dijiste a Barbie sobre mi relación con ella—él arrugo su frente.
—¿Que
te hace pensar eso?—preguntó.
—Que
eso serviría para ponerla contra Cindy y arruinar la relación—alzo una ceja.
—Pues
no lo hice, aunque tienes razón—suspire y miré a Tomas.
—Buscare
a esa chica para que no vuelva a meterse en esto—me despedí de ellos y regrese
a la escuela.
No
me tomó mucho tiempo encontrarla, estaba en su clase de gimnasia entrenando,
llevaba uno de esos leotardos que antes me habían atraído, ahora los
consideraba horribles. Al verme sonrió y como terminó su turno se acercó a mí.
—¿Que
pasa cariño?—dijo poniendo una mano en mi pecho, la tome y aleje de mí, alzo
una ceja.
—Le
dijiste a Cindy que yo salía con ella por conveniencia, para obtener algo—ella
arrugó su frente—dime si fuiste tan estúpida de decirle que yo regresaría
contigo, que intestaste golpearla—me molesto el solo pensar que ella se hubiera
acercado a Cindy.
—Tú
me crees capaz de algo así—dijo molesta—claro que no.
—No
me mientas Bárbara, te conozco, sé que eres capaz de eso y más—ella me miro
como si la hubiera ofendido.
—Yo
jamás haría algo así, menos intentar golpearla, por Dios—me miró y entrecerró
los ojos—no me digas que te fue con ese cuento, te aseguro que solo lo hizo
para llamar tu atención, sabes que anda diciendo que es tu novia—soltó un
bufido y tuve deseos de golpear algo, me controle—como si tu salieras con
alguien como ella.
Entrecerré
los ojos y sonreí, no me molesto que todas las chicas nos estuvieran
escuchando.
—Escúchame
bien, no te lo voy a repetir—me miró fijamente—no te vuelvas a acercar a ella,
no quiero que le digas estupideces como que vamos a regresar, porque no es
así—apretó su mandíbula—si me entero de que la golpeaste, no, de que solo
intestaste hacerle daño, juro que te vas a arrepentir.
—No
puedo creer lo que dices, le crees más a ella que a mí, fui tu novia por dos
años.
—Sí,
le creo a ella y siempre le creeré a ella por sobre ti—tomó aire con fuerza y
dio un paso hacia atrás— y no creo eso de que ella anda diciendo por ahí que es
mi novia, no sé cómo te habrás enterado y para tu curiosidad es verdad, Cindy
es mi novia—eso ultimo lo dije con más fuerza para asegurarme que todas me
escucharan—así que deja de molestarla. Fui lo suficientemente claro.
No
espere a que respondiera, solo me aleje de ella dejándola con la boca abierta
de la impresión y echando chispas por los ojos. Sonreí, sí había valido la pena
decírselo.
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