miércoles, 4 de diciembre de 2013

El placer de Jenna, Cuarta parte, Capitulo 5.



Capitulo 5

—¿Qué? —preguntó Sebastián despertándola. Jenna alzó la cabeza y observó sorprendida a Hugo en la puerta.
Estaba en la habitación de Sebastián y Hugo los observaba tenso, con la mandíbula apretada.
—No sabía dónde estabas —le dijo a ella —solo venía a despedirme.
—No vuelvas a entrar a mi habitación —soltó Sebastián molesto y se sentó en la cama, ambos se observaron.
Jenna tragó y se puso de pie, al ver que el rostro de Hugo pasaba de la molestia a algo más grave se cubrió con una sábana.
—Hugo…
—Me voy —él se giró y salir del lugar, lo siguió.
Observó un segundo a Fabián salir de su habitación.

—Espera —le dijo a Hugo pero él no se detuvo, Fabián si la atajó a ella.
Lo miró y él negó.
—Déjalo.
—Pero…
—Se le pasará, debe comprender que las cosas no son como él quiere.
—No entiendo porque es así —él acaricio su rostro y sonrió un poco.
—Probablemente porque siempre creyó que solo nosotros compartiríamos una mujer, como las cosas son diferentes…
—Se molesta —Fabián asintió  —debo mostrarle que no es algo malo.
Fabián la miró curioso. Ella sonrió y lo besó enseguida, él gimió y la rodeo con sus brazos.
—Me voy —murmuró contra su boca, asintió y rio al sentir las manos de Fabián en su trasero.
—No vemos en la noche.
Ella caminó hacia su habitación pensando.
Debía mostrarle a Hugo que no tenía por qué molestarse, que esto podía ser mejor entre los cuatro. Al darse cuenta de sus ideas, volteó sus ojos y se metió bajo la ducha. Aun así siguió planeado una forma de hacer que Hugo fuera participe de esta aventura.

Jenna observó a Sebastián a su lado, luego a los gemelos y por ultimó la televisión. Los tres estaban pendientes de ella, esperando cualquier noticia mala.
Había tenido una idea y esperaba que funcionara. Además, jamás había hecho algo así, ya era tiempo.
Cuando acabaron las noticias ella se acercó a Sebastián sonriendo y lo beso. Él le respondió enseguida. Como escuchó pasos se alejó de él y observó a los gemelos, ambos salían de la sala.
—Siéntense —les dijo —quiero hacer algo.
Fabián alzo una ceja y Hugo arrugó su frente.
—Es algo que nos incumbe a los cuatro.
Sonrió al ver que Fabián se sentaba enseguida, Hugo fue más reticente. Incluso observó la salida casi como si meditara si quedarse o no.
—Hugo —lo llamó y él suspiró.
Luego de que se sentara observo a Sebastián, quien acariciaba su cabello. Ella sonrió y volvió a besarlo.
—Alto—dijo Hugo, lo miró —si vamos a hacer esto, hagámoslo en otro lugar.
—Uno más cómodo —terminó por decir Fabián y se puso de pie.
—Estoy de acuerdo —dijo Sebastián y la alzó sin problemas.
Ella se afirmó de su cuello y rio un poco.
Cuando llegaron a su habitación, Sebastián la depositó sobre la cama. Jenna intentó levantarse pero Hugo apareció a su lado para volver a recostarla. Al ver a Fabián a sus pies tragó un poco nerviosa.
Tres hombres, pensó. Quizás era mucho para ella.
Fabián detuvo sus pensamientos al posicionarse entre sus piernas y subir su vestido. Hugo termino por quitárselo y Sebastián la beso. Gimió contra sus labios al sentir dedos acariciar su centro mientras otros hacían lo mismo con los picos duros de sus pechos. Jadeó contra el cuándo alguien le quitó su ropa interior para meter dos dedos en su cuerpo.
Sebastián dejo de besarla y se movió hacia sus pechos. Él se unió a las caricias y suspiro. Cuando la cama se movió abrió los ojos y observo a Hugo alejarse. Justo cuando estuvo a punto de llamarlo él regresó con un tubo en sus manos. Tragó.
Al ver su mirada Hugo sonrió como si nada.
—También hay algo que quiero hacer —volvió a tragar.
—Qué —murmuró, todos dejaron de tocarla y observó cómo se desnudaban.
Gimió al ver al trio listo para ella. Nunca los había visto así, ni comparado de alguna manera. Pero ahora no pudo evitar hacerlo.
Sebastián era más musculosos que los gemelos, solo un poco y de una forma elegante y fuerte. En cambio los gemelos eran más esbeltos, largos y definidos.
Cuando vio que Fabián le decía algo a Sebastián y este asentía arrugó su frente. Él se movió en la cama y la ayudó a arrodillarse más cerca del borde.
—Siéntate aquí —murmuró y fácilmente la sentó a horcajadas sobre él. Gimió al sentirlo y jadeó cuando lo sintió ingresar a su cuerpo enseguida.
Jenna se movió un poco contra él y tomó aire suavemente, solo que se detuvo al sentir a alguien detrás de ella. Hugo sonrió al verla y besó su cuello, movió sus manos su espalda y llegó a su trasero. Se estremeció al sentir uno de sus dedos húmedos jugar con su entrada trasera. Solo ocultó su rostro contra el cuello de Sebastián y le dejó hacer.
No era la primera vez que alguien hacia eso y tampoco le gustaba mucho. Solo que ahora sentía curiosidad y deseo. Quería sentirlo dentro de su cuerpo, junto al de Sebastián, también quería sentir a Fabián en ella y pronto.
Se tensó un poco cuando el metió su dedo profundamente y con cuidado. Sebastián movió sus caderas contra ella logrando que un gemido escapara de su boca.
—Dime si te molesta —murmuró Hugo y empujó con dos dedos esta vez.
Jenna se obligó a relajarse contra Sebastián. Sintió sus manos en su cuello y al levantar la cabeza él la besó suavemente.
Se miraron a los ojos hasta que él observó detrás de ella y luego la afirmó levemente. Ella tomó aire cuando Hugo decidió que podía entrar a su cuerpo. Solo que no esperó que Sebastián saliera mientras él entraba.
Hugo gimió al acabar y la afirmo de la cintura.
—Dime cuando pueda moverse —le dijo tenso.
Cuando sintió otras manos aparecieron en su espalda, observó a Fabián a un lado, estudiándola detenidamente, midiendo su reacción.
—Hazlo —jadeó sin dejar de verlo.
Hugo la penetró un par de veces, solo cuando ya podía moverse sin esa extraña incomodidad en ella Sebastián también la tomó.
Eso provocó que se estremeciera y jadeara. Que se desesperara por algo, por eso agarró el cuello de Fabián y lo acercó para besarlo.
Fabián le devolvió el beso con la misma intensidad mientras sentía a ambos hombres moverse como uno. No pudo evitar ver la ironía del asunto. Estaban sincronizados, moviéndose iguales, compartiendo su cuerpo.
Ella se alejó de Fabián y le dijo.
—Quiero tenerte en mi boca —él gimió y se levantó enseguida para hacer lo que le pedía.
Jenna lo recibió enseguida, probándolo. Lo acarició con una mano mientras que con la otra se afirmaba del hombro de Sebastián. Fabián acaricio su cabello y jadeo cuando lo chupó.
—No voy a aguantar mucho —gruñó Hugo tras ella.
Aumentó su empuje y Sebastián igual.
Todos se quejaron a su alrededor.
—Dioses —jadeó Sebastián y lo escuchó gemir.
El primero en correrse fue Hugo. Él se estremeció tras ella y gimió. Sebastián lo siguió enseguida y Fabián abandonó su boca.
Ella jadeó y también se corrió, cerró los ojos con fuerza y se estremeció entre ambos.
Cuando la acomodaron en la cama observó a Fabián abrir sus piernas y observar su rostro. Sin decir nada el entro en su cuerpo con un empuje suave y profundo. La besó mientras movía sus caderas contra ella. Jenna gimió y lo abrazó. Otra vez el placer creció dentro de su cuerpo, solo que más rápido.
—Fabián —jadeó y él acaricio su nudo con intensidad.
Jenna grito sorprendida y se corrió a su alrededor, él la siguió enseguida, con un quejido ronco.

Minutos después Jenna abrió los ojos y observó alrededor. Fabián estaba a un lado de ella y Sebastián al otro. Hugo salía del baño igual de desnudo que antes. Al verla sonrió y se acercó a ella. Rio cuando él se subió sobre ella y se acomodó entre sus piernas sin llegar a penetrarla.
—Hagámoslo de nuevo— le dijo y beso su cuello.
—Primero déjame descansar un poco —él se quejó y mordió su cuello.
—No tienes que hacer mucho —lo miró y alzó una ceja—déjame todo a mí.
—Déjala descansar —le dijo Sebastián y se sentó en la cama.
Jenna observó su espalda y como los músculos se estiraban al alzar sus brazos.
—Lo que pasa es que a mí se me ocurrió primero la idea, estas celoso —Jenna observó enseguida a Sebastián que los miraba.
—Pues sí —confesó él y se puso de pie.
Ambos lo miraron un tanto sorprendidos mientras se movía hacia el baño. Hugo la miró aun con los ojos abiertos por la impresión.
Fabián también se movió de la cama y la , le sonrió.
—Me voy a dormir, mañana se supone debo salir muy temprano —Hugo soltó un bufido.
—Aburridos —murmuró antes de que besara su cuello y le hiciera cosquillas.
Cuando estuvieron solos él la miró.

—Ahora —acarició su cuello —vamos por esa segunda ronda.

1 comentario:

  1. Por dios!!! Que aquí hace frío ahora para duchas e agua helada jajajajaja que calentura!!!!!!!!!!

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