viernes, 8 de noviembre de 2013

El placer de Jenna, Primera Parte, Capitulo 2.





Capitulo 2

Dos meses después…
—¿Cómo que nada? —dijo Jenna. Observó a Leslie y luego a Anais, esta última negó.
—Nada, desde su última carta, no hemos sabido nada más.
Arrugó su frente.
—Pensé que se estaba comunicando con ustedes —Leslie suspiró y se sentó.
—Si estuviera en comunicación conmigo, por lo menos les hubiera dicho que está bien —Anais asintió de cuerdo y tuvo que admitir que tenía razón.
Ella también les hubiera dicho que Bárbara estaba bien.
Negó sin entender que pasaba.
—Pero se supone que solo iba a pasar dos meses allí, quizás se quedó más tiempo y no puede comunicase con nosotras —observó a sus amigas.
Ellas se miraron entre sí.
—Quizás —murmuró Leslie —pero por lo menos debería llamarnos si es así.
Suspiró.
—Quizás no puede, o se le olvido, saben como es —ella se puso de pie —miren, esperemos unas semanas, si no tenemos noticias comenzaremos a buscarla.
Se miraron entre si y asintieron.

Esperarían unas semanas.
Un mes después…
—Bien, lo acepto, incluso ella no desaparecería tanto tiempo sin decir nada, claro, excepto la mujer aquí —Jenna apuntó a Anais, quien había pasado tres semanas encerrada en su trabajo sin hablar con nadie.
Ella la miró y se sonrojó enseguida.
—Solo estaba experimentando y…
—Sí, si —dijo Leslie interrumpiéndola, Jenna volteó sus ojos. Hasta ella, que era odiosa, sabia cuando callarse y dejar hablar a las demás.
—Después me cuentas —le dijo a Anais, esta asintió.
—¿Entonces qué vamos a hacer? —preguntó Leslie.
Jenna lo pensó y las observó.
—Comenzar a averiguar, alguien tiene que saber dónde está.
—Llamaré a la ONG que realizó esto —dijo Anais, asintió.
—Yo tengo contactos por allá, veré que puedo hacer.
Leslie suspiró.
—Yo conozco a algunas personas, voy a preguntarles si pueden ayudarme.
—Bien —dijo Jenna —apenas sepamos algo nos reuniremos de nuevo.
Otros dos meses después…
—Se acabó —dijo Jenna molesta y arrojó el teléfono contra el sofá. Luego se dejó caer al lado de Anais, quien no dejaba de observar su computadora —¿Cómo puede desaparecer de esa manera?
Leslie también arrojó su celular lejos.
—He intentado todo y nadie sabe nada de ella.
—Y la ONG dijo que ella había desaparecido una semana después de comenzar el viaje —murmuró Anaïs. Jenna gruñó.
—Como rayos no avisaron que eso había pasado. Ellos son responsables por su seguridad y si nosotras no estuviéramos investigando ni siquiera nos habrían informado.
Todas suspiraron.
Era demasiado tiempo, pensó Jenna. Y si algo malo le había pasado, y si ella estaba…negó, no podía pensar así, no podía.
Observé al par, que estaba igual de desanimado y preocupado que ella y tomó una decisión.
—Nos vamos de viaje —ambas la miraron enseguida —me canse de esto, no la encontró la policía, ni el ejército, ni el maldito detective. Siempre lo he dicho, si quieres algo bien hecho…
—Hazlo tú mismo —terminaron ambas.
—Está bien —dijo Anais—yo también voy, solo voy a avisar en mi trabajo y ya está.
Leslie suspiró.
—Yo igual voy, no pienso quedarme sola aquí y que ustedes averigüen que locura está haciendo esa mujer.
Jenna asintió.

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